Esta noche, dentro de los festejos por el primer aniversario del Museo Regional, se organizó en el patio central de este recinto un café literario, con el tema central del Orfeón Proa, el recordado conjunto musical que se formó en Autlán en los años 40. Con una asistencia de unas 15 personas y con el profesor Fausto Nava como moderador, el evento comenzó poco después de las 20:00 hrs.
La reunión tuvo poco de literatura, pero mucho de historia y reflexión. Comenzó con la proyección de una presentación de Power Point basada en una reseña del orfeón realizada por don Ignacio Cárdenas, donde cuenta brevemente la historia del grupo desde su fundación el 17 de marzo de 1949, hasta sus mejores momentos en el año 1952, acompañada de fotografías de las presentaciones del grupo.
Según esta semblanza, el presidente municipal profesor Francisco Espinosa Sánchez tuvo la idea de formar un grupo dedicado a la difusión de la cultura, que se acabó formando en la fecha que mencioné arriba. Este grupo trajo a Autlán literatos, artistas, a la Orquesta Sinfónica de Guadalajara dirigida todavía por Leslie Hodge (12/10/1949) y, entre todas sus actividades, tenía al orfeón.
Según Ignacio Cárdenas, el Orfeón Proa, que era dirigido por el mismo profesor Espinosa Sánchez (¡un presidente municipal dirigiendo a un grupo coral!) tenía una composición muy variada en cuanto al origen de sus integrantes: había señoritas "de sociedad", obreros, campesinos, profesionistas, ninguno de ellos con una formación académica en el canto. El repertorio que interpretaban también era muy amplio, yendo de la música popular mexicana a la música formal.
Aunque el grupo hizo giras por varios lugares del Estado, el momento más recordado sin duda fue su viaje a la ciudad de México. Entre el 9 y el 14 de febrero de 1952, los cantantes autlenses que conformaban este "modesto esfuerzo de provincia en pro de la cultura", como la llamaba el profesor Espinosa Sánchez, se presentaron en lugares como el palacio de Bellas Artes, la XEW, el Conservatorio Nacional de Música y la residencia oficial de Los Pinos, ante el presidente Miguel Alemán y su familia. Los conciertos de esta gira quedaron plasmados en crónicas publicadas en medios como la revista Mañana y los diarios Excélsior y Esto, todas con buenos comentarios sobre la calidad del grupo. El Orfeón Proa terminaría desintegrándose en 1953, cuando su director regresó a vivir a Guadalajara.
Hasta aquí lo que aprendí hoy escuchando la reseña de Ignacio Cárdenas. Después de la lectura, los integrantes del orfeón que asistieron al evento (María Elena y María de Jesús Cobián y Rodolfo Pérez) compartieron algunos de sus recuerdos, como su partida a la gira capitalina en un camión que salió del hotel Jardín, donde hoy está la sucursal de HSBC, la dinámica de los ensayos, la personalidad de su director, el trato que recibían de sus anfitriones en las giras y lo novedoso que resultaba para un autlense de esa época salir a conocer otros lugares.
No podía faltar también la reflexión sobre el rarísimo caso del profesor Espinosa Sánchez, un presidente municipal que, en sus ratos libres, se dedicara a hacer difusión cultural (no cobraba por hacerlo). Un interesante ejercicio de rescate de nuestra memoria histórica fue el que se desarrolló hoy en el museo.
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