Esta noche en el patio central del Museo Regional se presentó el libro Las pitayas en las artes plásticas, la historia y la literatura, del investigador de la Universidad Autónoma Chapingo Adolfo Rodríguez Canto. Con una asistencia de unas 25 personas, el evento comenzó a las 20:10 hrs. La presentación corrió a cargo del autor del libro, del pintor autlense Luis Javier Rubio y de mí.
Yo centré mi participación en la relación que tenemos los autlenses con las pitayas. Para esto, comencé leyendo un fragmento del texto La ruta de los pitayeros, del libro Autlán, de Ramón Rubín, donde el autor sinaloense describe de forma muy precisa la afición de los autlenses por el fruto primaveral. Recordé algunos ejemplos de cómo la pitaya está presente en nuestra cultura popular, en refranes, apodos y costumbres, y cómo nos ha hecho falta detenernos a pensar en la trascendencia de esta fruta más allá de su valor como alimento. Esta carencia, sin embargo, viene a ser suplida con la publicación del libro presentado hoy.
Luis Javier Rubio, prolífico pintor, con una gran colección de cuadros sobre pitayas (algunos de los cuales aparecen en el libro), recordó la exposición que montó en 2011 en la Casa Universitaria titulada Homenaje a la pitaya y mencionó cómo esta fruta aparece recurrentemente en su obra desde los inicios de su carrera. De hecho, como parte de la ambientación del acto, Rubio prestó tres de sus cuadros.
El doctor Adolfo explicó cómo nació la idea de trabajar en este libro precisamente al darse cuenta por Internet de la exposición de Luis Javier Rubio que acabamos de mencionar. El hecho de que existiera un artista plástico que dedicara toda una exposición (con todo el trabajo que implica) a hacer un homenaje a este fruto lo motivó a investigar formalmente para conocer la presencia de las pitayas en otras manifestaciones artísticas, investigación de donde nació Las pitayas en las artes plásticas, la historia y la literatura.
También hizo un recuento de las zonas pitayeras de México, comenzando con Autlán y otras regiones de Jalisco (San Gabriel, Amacueca, Techaluta, las 9 Esquinas de Guadalajara) y siguiendo con otros lugares del país con tradición pitayera, especialmente el estado de Oaxaca. Nos platicó también el proceso de construcción de su libro y cómo le sirvió a él mismo para aprender más sobre esta fruta, en la que no era especialista. Este aprendizaje fue integral: la conoció como producto agrícola, como elemento cultural y como inspiración de obras de arte.
Para finalizar, el autor nos dejó a los autlenses una sugerencia: organizar, como lo hacen otros pueblos en Jalisco y Oaxaca, una feria de la pitaya donde podamos intercambiar experiencias, productos y costumbres con lugares de tradiciones similares y ayudarnos a darle más importancia a la pitaya como elemento cultural.
Para finalizar, el autor nos dejó a los autlenses una sugerencia: organizar, como lo hacen otros pueblos en Jalisco y Oaxaca, una feria de la pitaya donde podamos intercambiar experiencias, productos y costumbres con lugares de tradiciones similares y ayudarnos a darle más importancia a la pitaya como elemento cultural.
Las pitayas en las artes plásticas, la historia y la literatura es una exhaustiva recopilación de obras de arte plástico (fotografía, pintura y escultura), de crónicas históricas y de literatura con el común denominador de estar inspiradas en las pitayas. Abarca desde el arte prehispánico hasta las vanguardias artísticas, incluyendo la obra de personajes como Juan Rulfo, Frida, José María Velasco, Raúl Anguiano y nuestro paisano Luis Javier Rubio. Un total de 200 obras de 65 autores.
La edición es también muy buena, con materiales e impresión de muy alta calidad, lo que permite apreciar perfectamente todas las imágenes.
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