viernes, 6 de septiembre de 2024

Presentación de “Cien años de Antonio Alatorre” en la Casa Taller Literario Juan José Arreola

De izq. a der.: Ricardo Sigala, Felipe Angulo, Andrea Reynoso, Guillermo Tovar y Carlos Axel Flores.

 La noche del jueves 5 de septiembre fue presentado en la Casa Taller Literario Juan José Arreola, en Ciudad Guzmán, el libro Cien años de Antonio Alatorre, cuya segunda edición fue publicada en junio pasado por la editorial Aotli, en Autlán. A la presentación acudieron unas 15 personas, entre quienes encontramos al cronista municipal de Ayotlán, Eduardo Ramírez, y al investigador de la loza de Sayula, Ricardo Cortez. La sesión comenzó a las 19:45 horas.

Luego de un mensaje de bienvenida de la coordinadora de la Casa, Azucena Rodríguez Anaya, comenzó un panel en el que participaron los autores de cuatro de los catorce textos que componen el libro, moderados por la recopiladora, Andrea Estephanía Reynoso Gutiérrez. Cada uno de los panelistas tuvo un turno en el uso de la voz; al terminar los turnos de todos hubo un espacio para preguntas y comentarios de los asistentes.

Fue Andrea Reynoso quien abrió la actividad, leyendo el texto de contraportada del libro, en el que se habla de la trascendencia del legado de Antonio Alatorre, vigente a más de cien años de su nacimiento. Además, explicó el proceso que siguió para reclutar a los autores de los catorce textos: los “stalkeó” para conocer sus gustos e intereses, los contactó para invitarlos a colaborar con un escrito de tema libre sobre Antonio Alatorre y, con el miedo de que alguno rechazara la invitación, fue recibiendo las colaboraciones. De ahí vino la siguiente dificultad, que fue conseguir los recursos para poner en papel todos esos textos y distribuirlos, para lo que contó con el apoyo de su esposo. Para terminar, hizo una reseña del libro, mencionando brevemente el tema de algunos de los textos, y recordó los inicios del Festival de Poesía Antonio Alatorre, del que la publicación de este libro forma parte.

Felipe Angulo, del colectivo zapotlense Bestiario, ponderó el trabajo que realiza Andrea en el rescate de personajes como Antonio Alatorre desde su lugar de origen, además de haber conseguido que más personas se involucraran. Enseguida, leyó un texto, que se incluye en el libro, sobre la participación de Bestiario en el Festival de Poesía Antonio Alatorre, del que destacó el hecho de que se celebrara en dos municipios en conjunto, algo que se ve poco en Jalisco. Dijo que el acercamiento con los autores de los textos del libro fue un acierto para conocer otras facetas de Alatorre.

Ricardo Sigala, académico del Centro Universitario del Sur, explicó que quiso abordar, en su texto, la amistad entre Antonio Alatorre y Juan José Arreola, así como el polígono geográfico y temporal que los involucra a ellos, pero también a Juan Rulfo y a José Luis Martínez, protagonistas de la vida cultural mexicana a mediados del siglo XX y originarios del sur de Jalisco. Afirmó que en la actualidad se están dando nuevamente condiciones que propician la convergencia de personas de esta región que están realizando trabajos de investigación y producción literaria; en este sentido, vaticinó que seguirán produciéndose trabajos como este libro. Sobre la obra, dijo que aporta un acercamiento a varias facetas de Alatorre, desde la familiar hasta la profesional, pasando por acercamientos al viejo Autlán y los testimonios de quienes fueron sus alumnos; también afirmó que realizar actividades que lleven la discusión de la obra de estos personajes a la vida cotidiana ayuda a difundirla entre más personas.

Carlos Axel Flores Valdovinos, investigador de temas literarios, habló de la relación entre Alatorre y Arreola, y cómo su amistad sirvió a ambos para crecer en un momento crítico de sus vidas. Dio algunos datos sobre esta amistad, como el momento en que fueron presentados por Alfonso de Alba, los trabajos que realizaron juntos en Guadalajara y las lecturas que compartieron.

Guillermo Tovar Vázquez, cronista municipal de Autlán, explicó que su texto está dedicado a María Mares, la profesora de primaria de Antonio Alatorre, aunque prefirió alejarse de la faceta docente de ella para narrar algunos momentos que demuestran su papel como una líder social en el Autlán del segundo tercio del siglo XX, al que definió como una época crucial en la historia reciente del municipio. Dijo que, en esa época, María Mares ocupó cargos de responsabilidad en organizaciones ciudadanas, como el patronato que trabajó para la construcción del Hospital de Las Montañas, así como del reconocimiento que sus ex alumnos le rindieron en 1944, luego de su jubilación. El cronista también mencionó que este libro ayuda a que la figura de Antonio Alatorre no sea objeto de interés exclusivo de los investigadores y académicos y que esté al alcance del lector promedio, para el que Alatorre escribió algunas de sus mejores obras.

De una forma simbólica, esa noche de jueves se reprodujo la nunca concluida conversación entre Juan José Arreola y Antonio Alatorre.

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