lunes, 6 de marzo de 2023

La tragedia de Clipperton en la sesión mensual del Capítulo Costa Sur BSGEEJ

Foto de Martha Corona.

 La mañana del sábado 4 de marzo el Capítulo Costa Sur de la Benemérita Sociedad de Geografía y Estadística del Estado de Jalisco celebró en el salón de usos múltiples del Museo y Centro Regional de las Artes su sesión ordinaria mensual, con la intervención del doctor Nabor de Niz Domínguez como anfitrión. La parte pública de la sesión consistió en la exposición por el doctor Nabor del trabajo La tragedia de Clipperton, comenzó a las 11:10 horas y tuvo una asistencia de alrededor de 20 personas.

El ponente describió a la isla Clipperton o De la Pasión como uno de tantos territorios que ha perdido México desde su Independencia. Comenzó haciendo una descripción física de esta isla del Pacífico, ubicada a 1,220 km del punto más cercano de tierra firme, en las costas mexicanas; es un arrecife coralino de 6 km2 de forma circular, con una laguna de agua salobre al centro. Su principal importancia radica en la determinación del mar territorial mexicano, si se mantuviera la soberanía sobre ella este territorio se extendería mucho más al centro del Pacífico.

El doctor Nabor hizo un recuento de acontecimientos históricos de la isla: en 1521 fue descubierta por Magallanes, quien la nombró Isla de Médanos, aunque no tomó posesión de ella; en 1705 fue redescubierta por el pirata inglés John Clipperton, quien se asentó en ella y la tomó como base para atacar galeones españoles. Seis años después los franceses Martin de Chassiron y Michel Dubrocage la redescubren el Viernes Santo de 1711 y, por la fecha, la bautizan como Isla de la Pasión, reclamándola para Francia.

La isla estuvo bajo dominio mexicano entre 1821 y 1858, aunque en este último año el emperador de Francia Napoleón III la reclamó como territorio francés de ultramar. Para entonces ya se había descubierto la única riqueza material con que contaba la isla, que no era otro que el guano: en 1856 la Compañía Minera Estadounidense del Guano la reclamó para Estados Unidos y en 1883 un grupo de inversionistas de ese país enviaron un grupo de mineros para iniciar la explotación. Durante la guerra Hispano-Estadounidense, en 1898, Estados Unidos se posesionó de la isla.

Sin embargo, antes de esto México ya había entrado también en la disputa por ese trozo de tierra. En 1897 se estableció la primera guarnición militar mexicana en la isla Clipperton, que en 1906 quedó bajo el mando del capitán Ramón Arnaud Vignon, quien establece una colonia con algunas familias, incluyendo la suya propia. La historia de esta colonia es la que da el título trágico a la ponencia.

Bajo el mando de Artaud, se construyó en la isla un faro de diez mil bujías y algunas otras instalaciones; para 1913 la colonia ya contaba con 100 personas. En 1908 el alemán Gustavo Schultz, representante de una de las empresas guaneras, sembró 13 cocos en las playas de la isla, en 1910 las empresas se retiraron ante la baja calidad del guano de la isla.

En este último año también estalló la Revolución, quedando abandonada la guarnición de la isla. Esto fue grave porque sus integrantes dependían para su sustento de los pertrechos y víveres que se les enviaban regularmente del continente, lo cual se interrumpió con la caída de Porfirio Díaz. Sin más fuente de alimento que los pájaros bobos que anidaban en la isla y las trece palmeras de Schultz, el capitán Arnaud viajó en 1914, con muchas penalidades, a México, para pedir provisiones. Éstas se las envió el gobierno de Victoriano Huerta, pero el buque Tampico, que las transportaría, fue hundido frente a Mazatlán por el buque Vicente Guerrero, en lo que sería la única batalla naval de la Revolución.

Las solicitudes de auxilio continuarían luego de la caída de Huerta, pero serían negadas siempre bajo el argumento de no auxiliar a una guarnición huertista. El drama de los colonos tendría otros episodios: un buque de bandera estadounidense ofreció evacuar a los habitantes cuando fue a rescatar a una goleta de la misma nacionalidad que había encallado en la isla, pero el capitán Arnaud se negó por no contar con órdenes superiores para desalojar la isla; poco después él y el resto de los hombres, menos uno, se ahogaron al intentar alcanzar en una lancha a un barco que avistaron a lo lejos; el único hombre que sobrevivió, el colimense Victoriano Álvarez, se autoproclamó rey de Clipperton y cometió violaciones y asesinatos contra las mujeres hasta que fue muerto por Alicia Rovira, la viuda de Arnaud, y otra mujer. El punto final ocurrió el 18 de julio de 1917, cuando el USS Yorktown llevó a los sobrevivientes, cuatro mujeres y siete niños, a Salina Cruz, Oaxaca.

La disputa entre México y Francia por la posesión de la isla se dirimió con el arbitraje de la Santa Sede, que delegó en el rey Víctor Manuel III de Italia, quien dio el fallo a favor del país europeo. La exposición concluyó con una revisión de las apariciones de la historia de esta isla en la literatura y el cine y con un comentario de Miguel González Avelar, publicado en la revista de la UNAM, sobre los territorios perdidos por México desde la Independencia.

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