martes, 2 de junio de 2020

"Breves palabras" de don Jaime Llamas García


Hoy hace 85 años, el 2 de junio de 1935, fue inaugurada la Feria Pro Autlán, organizada por un comité designado ex profeso y con la finalidad de celebrar la apertura de la carretera a Guadalajara mostrando al mundo los productos y las bondades de esta región, que había permanecido semi aislada durante siglos.
Un día antes de la inauguración de la feria se puso a circular una revista que, bajo el título de Pro-Autlán, ofrecía información relacionada con el desarrollo de la feria, como los diversos programas, fotos de las candidatas a reina y anuncios de algunos de los expositores pero también textos informativos de la historia, geografía, turismo y producción agropecuaria de la región, de plumas como las de don Jaime Llamas García y el doctor José María Casillas Aguirre, fotos de lugares atractivos de la Costa, poemas de autores como Rogaciano Arias Michel y Jesús Nava y la partitura de la marcha Feria Autlán, compuesta para la ocasión por Nicolás Sánchez Gómez.
A manera de prólogo de la revista aparece un texto de don Jaime Llamas que, al paso de casi un siglo, no ha perdido vigencia. Aún los autlenses de hoy podemos tomarlo como un exhorto y un impulso a aplicar todas nuestras fuerzas y talento al desarrollo de nuestra región, contando con más recursos de los que tenían los autlenses de hace dos o tres generaciones.
Transcribimos enseguida este texto por considerarlo de interés para nuestros lectores:

Breves palabras
Por don Jaime Llamas García

Atendiendo a las reiteradas insinuaciones hechas por el Presidente del Comité Pro-Feria Autlán, tendientes a que colaborara en la formación de un Folleto descriptivo de los valores de nuestro suelo regional, he querido bosquejar a guisa de ensayo, algo referente a nuestro solar, bajo su aspecto general, sin especializarme en algún tópico, ya que esto necesitaría una preparación perfecta y una visualidad poliforme a fin de presentar conceptos nacidos de un raciocinio maduro y juicioso. Quizás la cosecha de mi escaso intelecto, forme un emborramiento en esta noble tarea de exposición regional que nos hemos propuesto todos a sacar avante, so pretexto de lanzar la primera clarinada en el resurgimiento de nuestro pueblo, donde ha tiempo impera la inercia, la apatía, la abulia y todas las características de una raza en decadencia postergada por su misma idiosincracia a una positura de gente paria.
Juzgo, bajo un plano sereno y ecuánime, que ha llegado el momento decisivo para poner en práctica todas nuestras capacidades y dinamismo, propios de un espíritu rebelde a fin de iniciar la obra de renovación, inherente a los pueblos que ansían por subsistir y progresar; la obra adaptable a nuestras modalidades y a las múltiples facetas que encierra la vida moderna. Quizás lo que más urge en esta época de plena brega, época donde todos nosotros por un instinto biológico de conservación y superación, luchamos a brazo partido, es desarrollar una acción conjunta y armónica que indiscutiblemente nos traería un máximum de éxito, ya que se contaría con el respaldo otorgado abiertamente por la falange de los que luchan en busca de mejoría.
Contando con positivas ventajas naturales, dotadas por la naturaleza a nuestra región, jirón de tierra donde fue vaciada la cornucopia de los dioses, estamos en posibilidad de hacer resurgir nuestra exuberancia pasada, hoy historia que forma una página de nuestro ayer. La belleza y bondad naturales de nuestra Patria Chica, en sus distintos aspectos, lujuriosamente exhibida por ella misma, será tomada en cuenta en toda su amplitud, cuando los buenos ciudadanos sin distingos de clases, (COMO ERRÓNEAMENTE HAN ESTABLECIDO ALGUNOS) formen un haz de voluntades que luchen con entusiasmo para hacer resurgir el antiguo esplendor de la región, en donde largo tiempo se entonó el himno al trabajo, estructurando una página digna que borre las impresiones penosas surgidas de la etapa dura, dolorosa y caótica formada por nuestra propia negligencia y por las circunstancias especiales de un periodo incubador de pasiones rastreras, de desvarío, de falta de virilidad en nuestro carácter que presionó en nuestro ánimo la carencia de un encauzamiento hacia la senda de la moralidad. Laboremos en beneficio de nuestra tierra y que esos hechos compaginados por la historia misma, carentes de una energía perdida, no sean una afrenta para nosotros, fustigándonos a cada paso el rostro, sino que sean tomados como extravíos a que está sujeta la especie humana en el proceso de su juventud.
Como en esta jornada expositora todo lo que propenda al bienestar de la región, debemos imprimirle un impulso vigoroso, formaremos una relación sintética de lo más notable en ella, hablando de la Patria Chica. Hablar de ella, es algo grato y querido al espíritu; hablar de la tierra de nuestros mayores, del solar donde percibimos los lampos brillantes de la primera luz, del jirón de tierra en donde se meció nuestra cuna y donde se ha desarrollado nuestra vida que paso a paso ha presentado mil facetas y policromías templando nuestro carácter conseguido a duras penas en el ajetreo y constante trafagar de la vida, es algo que forma ese manantial divino de inspiración y de bellas sugerencias. No sabemos qué irresistible fuerza nos hace sentir hondos afectos por nuestra región, en donde quizás y muchas veces bebimos el acíbar de algún dolor. Tal vez la fantasía loca de la edad juvenil, inconsciente de la percepción de la lucha por la existencia va criando paulatinamente hondas raigambres en el corazón de todos nosotros y forma ese algo intangible y hondo que a cada paso sentimos por nuestra tierra, haciéndonos vivir con su recuerdo muchas horas de felicidad.
Encauzados los trabajos de esta Justa Expositora, sería una ingratitud abstenernos de emular esa labor renovadora que tanto necesitamos, porque ya lo dijo el poeta: Renovar es vivir. Para que nuestro pueblo viva, necesitamos buscar por cuantos medios estén a nuestro humano y posible alcance, esa mejoría que se pide y que se canta en los tiempos actuales, pregonándose por todos los ámbitos en el territorio nuestro, pero mejoría real, mejoría moral y espiritual, equiparada muchas veces con la material. En nuestro medio social, relativamente pequeño, la acción conjunta y bien intencionada puede servir de paradigma a otras pequeñas entidades, que como nosotros se debaten en una enconada lucha contra el retroceso. Por ello, hemos de emplear atingentemente nuestras tendencias de superación y mejoría en un plano definido y eficaz, con el objeto de obtener al margen, algo práctico en la jornada emprendida.
Con la aridez de mi lenguaje, falto de coherencia e inconexo, dictado solo por el deseo de colaborar en bien de mi pueblo querido y con mis frases desprovistas de cadencia pero llenas de sinceridad, procuro anheloso una palabra de aliento, cantando el himno de confraternidad que estereotipe en el alma del autlense, lo que significa suelo natal, solar o porción de tierra llena de recuerdos, de sentimientos hondos y de amor puro, prístino y grande.

1 comentario:

Unknown dijo...

Excelente el mensaje de Don Jaime Llamas, no pierde vigencia, ojalá lo retomemos todos los ciudadanos de nuestro querido Autlán