Este viernes en las instalaciones del Club de Leones de Autlán se realizó la segunda edición del festival de música alternativa La Pachanga, organizada por los negocios locales Gómez Shop y XI Producciones.
En La Pachanga 2 participaron 13 bandas de seis municipios de Jalisco, con una gran diversidad de géneros musicales, pasando del hip hop al metal, incluyendo algunas fusiones y propuestas artísticas de vanguardia. Aquí hay que destacar que todos los participantes mostraron composiciones propias.
El festival comenzó a las 17:30 hrs., con una entrada muy pobre, debida posiblemente a ser un día y hora laborales. Sin embargo, con el paso de las horas la cantidad de gente y su participación en el ambiente fue mejorando, hasta llegar a unas 150 personas.
Enseguida les dejo un repaso de la actuación de cada agrupación:
Flanger, de Autlán, fue el encargado de abrir el programa. Con un frío público de apenas unas 10 personas, la banda mostró lo mejor de su repertorio, en el género de post grunge. Con su característico sonido crudo, presentaron su más reciente composición Culpable, sus ya reconocidas Loco y Leche light y cerraron con un cover a una pieza de Nirvana.
No Name, de El Grullo. Dentro del género del metal, la banda consiste en la alineación básica del rock, con una guitarra, un bajo, batería y voz. Casi la mitad de su actuación la hicieron sin su vocalista, quien llegó tarde. Su sonido está basado de forma importante en la batería, cuyo ejecutante es bastante competente. Ya con un poco de más gente y gracias a su energética actuación, con No Name comenzó a prenderse el evento.
Big Bang, de Ciudad Guzmán. Rapero solista, sobre la base de una pista grabada canta letras sobre vivencias cotidianas, desde la percepción de la inseguridad entre los chavos de los barrios populares hasta un elaborado elogio de la mujer.
Rasneuro y Zopi, de La Huerta. Presentaron una interesante fusión entre el rap y el reggae. Las dos voces rapean sobre una base musical que puede ser de hip hop o reggae en una pista grabada, aunque en algunos pasajes Rasneuro canta en el estilo del género musical jamaiquino. Muy bien recibidos por el público.
Piripitiflautiska, de Cuautitlán. Una bien lograda banda de ska y reggae, con una muy completa alineación que incluye teclado, metales, batería, bajo y guitarras. Ellos pusieron a bailar a bastante gente, con lo que comenzó en serio la fiesta, ya con la noche encima.
Perfylic, de Autlán. De las mejores bandas que se han formado en Autlán en los últimos años. Perfylic produce un fino sonido grunge, muy cercano a Nirvana, su principal influencia. Por una media hora tocaron su ya amplio repertorio de composiciones propias, muy celebradas por la gente.
Perfylic, de Autlán. De las mejores bandas que se han formado en Autlán en los últimos años. Perfylic produce un fino sonido grunge, muy cercano a Nirvana, su principal influencia. Por una media hora tocaron su ya amplio repertorio de composiciones propias, muy celebradas por la gente.
Kuartel-F, de El Grullo. Integrante del fuerte movimiento de hip hop de El Grullo, este trío de raperos ofreció una breve y accidentada actuación, debido a problemas técnicos con la reproducción de sus pistas musicales. Aún así lograron mantener la atención del público, quien los acompañó cantando algunas de sus letras.
Disonos, de El Grullo. Ellos trajeron lo que su líder, Cheshvan Santana, definió como "un pedo psicológico audiovisual". Se trata de una propuesta muy novedosa en la región, que incluye rock progresivo en vivo (batería, bajo y guitarra, la voz participa de forma marginal), con algunos pasajes electrónicos. Conforme transcurre la música se proyectan imágenes sobre la pared del fondo del escenario, que van desde un jaripeo hasta imágenes espaciales, pasando por composiciones psicodélicas con movimientos (paneos, cambios de velocidad, sacudidas) al compás de la música. Una experiencia alucinante.
La Guishi Funk, de El Grullo y Autlán. Quizás la banda más esperada por todos los asistentes, muy reconocida por su bien logrado sonido de funk y jazz. Esta vez tocaron en la formación de trío, con guitarra, bajo y batería y todavía se dieron tiempo de hacer la música de fondo para un freestyle entre los raperos Doble R y Kuartel-F.
Mobimiento Subterráneo, de El Grullo. Quizás el grupo más maduro del movimiento hiphopero grullense, cuenta con varias grabaciones de estudio, además de video. Sus letras no son nada superficiales, reflejan situaciones sociales como la inclusión de las minorías en la sociedad.
H-Nandex y Doble R, de El Grullo. Raperos con muy buen manejo del escenario; contrario a muchos de sus colegas, ellos evitan las actitudes serias y fatalistas para adoptar una festiva y relajada. Muy bien aceptados, lograron una muy buena comunicación con el público.
Sweet fiction, de Guadalajara. Una banda de punk rock con un sonido muy potente y crudo, con algunas influencias de hardcore. En menos de media hora concluyeron su participación, que fue muy fluida y bien lograda, demostrando un excelente acoplamiento y absolutamente ninguna pose de rock stars (no tardaron nada en conectar sus instrumentos y ponerse a tocar).
Disonos, de El Grullo. Ellos trajeron lo que su líder, Cheshvan Santana, definió como "un pedo psicológico audiovisual". Se trata de una propuesta muy novedosa en la región, que incluye rock progresivo en vivo (batería, bajo y guitarra, la voz participa de forma marginal), con algunos pasajes electrónicos. Conforme transcurre la música se proyectan imágenes sobre la pared del fondo del escenario, que van desde un jaripeo hasta imágenes espaciales, pasando por composiciones psicodélicas con movimientos (paneos, cambios de velocidad, sacudidas) al compás de la música. Una experiencia alucinante.
La Guishi Funk, de El Grullo y Autlán. Quizás la banda más esperada por todos los asistentes, muy reconocida por su bien logrado sonido de funk y jazz. Esta vez tocaron en la formación de trío, con guitarra, bajo y batería y todavía se dieron tiempo de hacer la música de fondo para un freestyle entre los raperos Doble R y Kuartel-F.
Mobimiento Subterráneo, de El Grullo. Quizás el grupo más maduro del movimiento hiphopero grullense, cuenta con varias grabaciones de estudio, además de video. Sus letras no son nada superficiales, reflejan situaciones sociales como la inclusión de las minorías en la sociedad.
H-Nandex y Doble R, de El Grullo. Raperos con muy buen manejo del escenario; contrario a muchos de sus colegas, ellos evitan las actitudes serias y fatalistas para adoptar una festiva y relajada. Muy bien aceptados, lograron una muy buena comunicación con el público.
Sweet fiction, de Guadalajara. Una banda de punk rock con un sonido muy potente y crudo, con algunas influencias de hardcore. En menos de media hora concluyeron su participación, que fue muy fluida y bien lograda, demostrando un excelente acoplamiento y absolutamente ninguna pose de rock stars (no tardaron nada en conectar sus instrumentos y ponerse a tocar).
Astoria, de Guadalajara. Esta banda de metalcore batalló durante casi toda su presentación con los problemas técnicos, por lo que tuvieron que interrumpir varias veces. A pesar de esto y de que, por la hora, ya había menos gente, lograron mover a los presentes gracias a su sonido agresivo y lleno de energía, junto con la constante comunicación entre el grupo y el público. La espera para ver a estas dos últimas bandas valió mucho la pena.
La Pachanga 2 fue un evento que vino a refrescar la oferta musical en el pueblo, que no suele ser muy variada. Aunque hubo algunas fallas técnicas en el sonido (la acústica del lugar tampoco es la mejor) la organización fue muy buena y no se tuvo ninguna manifestación de violencia o vandalismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario