Esta noche la Casa Morumbí se llenó de poesía y música con la presencia del artista tapatío Alberto Escobar, que ofreció un concierto de más de dos horas. Éste comenzó a las 20:40 hrs. y se desarrolló ante unas 120 personas y bajo una pertinaz llovizna, que comenzó justo cuando Escobar comenzó a cantar. Sin embargo, en lugar de asustar al público, la llovizna, junto con un buen café de olla que ofrecieron los organizadores, contribuyeron a mejorar aún más el ambiente.
Alberto Escobar hizo un recorrido por toda su carrera musical, incluyendo a sus piezas más conocidas (no faltó, por supuesto, la conocidísima Coincidir), pero también algunas de las más nuevas, poco conocidas por su mínima exposición en la radio.
De esta forma, con piezas como De corazón a corazón, Allí se quedó dormida, Te encontré en la madrugada, Por primera vez, Nana para un niño chiapaneco o No quisiera compartirte, junto con el autor recorrimos ideas y sentimientos como el amor y admiración por los propios hijos, el placer de vivir el momento presente ante la ilusión del pasado y el futuro, la solidaridad hacia los niños a los que les tocó nacer en medio de la guerra (tema muy presente en nuestros días), la pérdida de individualidad de los habitantes de las grandes ciudades o el deseo de poseer por entero a la persona amada.
La gente mostró en todo momento una buena disposición hacia el cantante coreando algunas de sus piezas y dialogando con él quien, por su parte, se dijo muy contento con la reacción del público. Según sus propias palabras "venir a Autlán es como respirar aire puro".
Al final, por medio del profesor Fausto Nava, director del Grupo Coral Autlán, la Promotora Morumbí, el grupo Amigos de los Viernes y Santa María de los Gurreros, AC entregaron un reconocimiento a Alberto Escobar.
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