Fue un benefactor del pueblo de Autlán, nacido en el año de 1813, hijo de don Domingo Corona y doña Petra Araiza. Considerado uno de los autlenses más cultos de su época, formó parte del Ayuntamiento en 1831 y lo presidió en 1846.
También administró honoríficamente un hospital para pobres durante más de veinte años, además de ayudar financieramente a su sostenimiento. Ayudó de la misma forma en la reconstrucción de la parroquia del Divino Salvador en 1869, en la reconstrucción del templo de Las Montañas en 1872 y en la construcción de una casa de ejercicios y del dique que protegió a la población de inundaciones en 1867.
Falleció en 1879 y sus restos se encuentran en una urna en la parte antigua del panteón de los Dolores. Una de las principales calles de Autlán lleva su nombre.
Texto basado en información del libro Ciudadanos distinguidos de Autlán, coordinado por la ESP Bertha Alicia Gutiérrez Lugo.
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