jueves, 17 de octubre de 2024

Un concierto de la Banda de Música de la V Región Militar en el centro de Autlán


 La tarde-noche del miércoles 16 de octubre el centro de Autlán vio una concentración de personas poco común, que ya no ocurre ni siquiera en fin de semana. Cientos de autlenses acudimos al centro gracias al anuncio de que esa tarde se presentaría ahí la Banda de Música de la V Región Militar, un grupo musical que en los últimos cinco años ha ofrecido varios conciertos en Autlán, en escenarios como el Aula Magna, el exterior del Museo Regional o el auditorio de la UNIVAG.

El gobierno municipal dispuso en el extremo norte de la calle de Ernesto Medina Lima un escenario con equipo de sonido e iluminación, así como sillas y una gradería para unas 200 personas. Este espacio se llenó por completo, a lo que hay que sumar la cantidad de personas que permaneció en el portal Hidalgo y en el jardín del mismo nombre para presenciar el concierto. En el jardín, por cierto, también se instalaron unos toldos en los que personal militar ofrecía información sobre las distintas escuelas castrenses que existen en el país y lo que los jóvenes pueden estudiar en ellas. Por el centro anduvieron caminando también los sargentos Bravo y Victoria, personajes militares en forma de botarga para que los niños se tomen fotos con ellas.



Hacia las 18:00 horas comenzó la presentación de la banda, aunque no en el escenario que mencioné arriba sino en el jardín Constitución, en formación frente al kiosco y sobre las pinturas navideñas que adornan el piso, que ya están por cumplir siete años. Ahí tocaron algunas piezas, entre las que recuerdo el son de La Negra, atrayendo a los transeúntes que a esa hora pasaban por ahí y, de paso, a algunos de los que esperaban ya instalados en las sillas frente al escenario. De ese lugar, los músicos militares se trasladaron, en correcta formación y tocando sus instrumentos, más o menos a la manera de las bandas musicales del Mardi Gras, para tomar sus lugares en el escenario.

Ya instalados, ahora sí comenzó el concierto, bajo la dirección del capitán primero músico Federico Aguilar. El repertorio fue variado, con una mayoría de piezas de música popular de diversas épocas y con el notorio guiño al público autlense, con la inclusión de la marcha Viva Autlán y música de Carlos Santana. Se integró de la siguiente forma:

Caballería ligera

Viva Autlán

Vals no. 2

La bikina

Hasta que te conocí

En mi viejo San Juan

Nereidas

Popurrí de Los Ángeles Azules

Popurrí de Carlos Santana

Popurrí de Pérez Prado

Me gustas mucho

México lindo y querido

La respuesta del público fue muy buena, no solo en cuanto a la cantidad de asistentes sino también por el buen ánimo y la alegría con que recibieron a los músicos. Eran frecuentes las ovaciones al término la ejecución de las piezas y para responder a algunos comentarios del presentador.



jueves, 10 de octubre de 2024

Exposición fotográfica de historia del CUCSur

Retrato de Hugh Helmut Iltis.

 En la Casa Universitaria se encuentra disponible desde inicios del mes de septiembre una exposición fotográfica conmemorativa de los 30 años del Centro Universitario de la Costa Sur de la Universidad de Guadalajara, coincidente con el aniversario 30 de la Red Universitaria de Jalisco. La exposición está integrada con 72 placas que muestran distintos momentos de la historia del CUCSur, desde su inauguración por el entonces rector Raúl Padilla López en 1994 hasta nuestros días.



En la exposición se muestran imágenes de todas las instalaciones del centro universitario, considerado una red dentro de la Red Universitaria por tener presencia en varios municipios de la región, pero también de momentos históricos, como las tomas de protesta de los rectores que han dirigido este campus, de actividades tan variadas como la Semana Cultural Universitaria, Papirolas o las campañas de conservación de tortugas marinas. Entre los personajes que aparecen en las fotografías que se exhiben están el pintor José Atanasio Monroy, el botánico Hugh Helmut Iltis, descubridor del maíz Zea diploperennis en la Sierra de Manantlán, detonante de la creación de la Reserva de la Biosfera Sierra de Manantlán y el gobernador Aristóteles Sandoval, entre otros. Es curioso observar, a través de estas fotos, la evolución física del centro universitario, pero también los cambios que se han operado en la comunidad de Autlán: la adaptación de la economía local a los ritmos universitarios, los servicios que presta la Universidad a la región en ámbitos tan distintos como la salud y la educación y su influencia en el desarrollo de ésta y, en fin, la forma en que todos hemos cambiado en 30 años.

La exposición forma parte de una colección mayor de fotografías, de las cuales hay otras expuestas en las sedes de El Grullo y Jaluco. Estará disponible en la Casa Universitaria hasta el inicio de la Semana Cultural Universitaria.



Debutó la banda de rock Génesis en la Casa Universitaria


 Dentro de las actividades por el aniversario 30 de la Red Universitaria de Jalisco se están llevando a cabo actividades artísticas de diversos tipos. Así como el pasado jueves se presentó en el Aula Magna el ballet folclórico de la Universidad de Guadalajara, este miércoles 9 de octubre ofreció un concierto en el patio central de la Casa Universitaria la banda de rock Génesis, integrada con alumnos de la Escuela Preparatoria Regional de Autlán, bajo la dirección del profesor Érick Ríos Vázquez.

La propuesta de Génesis integra elementos del rock en español y el indie. A pesar de su corta vida, el grupo ya tiene alguna experiencia en escenarios: participó en un concurso de bandas en Guadalajara y en el festival por el 30 aniversario del Centro Universitario de la Costa Sur, además de los festejos por el aniversario 40 de la integración de su escuela a la Universidad de Guadalajara. La de la Casa Universitaria de este jueves es, entonces, su debut en este espacio y una de sus primeras presentaciones. La alineación de la banda varía en distintos momentos de su concierto y según la pieza que vayan a interpretar; está conformada por Cristopher en el piano y voz, Marco, Luis y Abraham en las guitarras eléctricas, Ángel en el bajo y Carla en la batería y Daniela en la voz.

En su presentación en la Casa Universitaria, Génesis tocó música de bandas como The Arctic Monkeys, Café Tacuba, Radiohead y The Strokes, además de canciones de Adele (Rolling in the Deep) y Billie Eilish (The greatest). Su programa terminaba con American idiot, de Green Day, aunque tuvieron que interpretar una pieza más a petición del público, que no fue otra que En la ciudad de la furia.

Luego de un mensaje de agradecimiento por el coordinador de Extensión del Centro Universitario de la Costa Sur, Francisco Brambila González, les fueron entregados reconocimientos a Génesis y al profesor Érick Ríos, así como un ejemplar en pasta dura del libro La grana de Autlán, de Lilia Victoria Oliver Sánchez, como regalo. Un dato curioso es que hace 17 años, a mediados del año 2007, el entonces muy joven Érick Ríos debutó como pianista en este mismo escenario, durante una semana cultural del Grupo Cultural Autlense.

domingo, 6 de octubre de 2024

Se celebró el primer Conversatorio de Historia de Tecalitlán, con participación autlense


 Desde el año 2016 se celebra en Tecalitlán, con la sola interrupción obligada en los años de la pandemia, el Festival Cultural de Mariachi “De Tecalitlán los Sones”, con la intención de difundir la cultura del mariachi y activar la economía del sur de Jalisco mediante el turismo. En su séptima edición, que se está celebrando en este mes de octubre, por primera vez se incluyó en el programa del festival un Conversatorio de Historia de Tecalitlán, bajo el tema general de “Manifestaciones musicales en nuestra región”. El conversatorio fue organizado, de forma coordinada, por el gobierno municipal de Tecalitlán, el comité organizador del Festival Cultural de Mariachi y la Asociación de Cronistas de Pueblos y Ciudades del Estado de Colima y se celebró la mañana del sábado 5 de octubre en el Museo Silvestre Vargas. Este primer conversatorio contó con presencia autlense, puesto que el cronista municipal Guillermo Tovar Vázquez presentó una ponencia en la segunda mesa de trabajo.

A las 9:00 horas comenzó una breve ceremonia de inauguración del conversatorio, presidida por la señora Brenda Patricia Barriga López, presidente municipal de Tecalitlán; la regidora de Cultura y Educación Yéssica Alejandra Cárdenas Torres; el presidente de los cronistas colimenses Humberto Muñiz Mercado; el director general de Cultura y Turismo y coordinador general del Festival Cultural del Mariachi, Sergio Alberto Ramos Medrano, y el cronista municipal de Tecalitlán, René Chávez Deniz.

Durante la inauguración. De izq. a der.: René Chávez, Humberto Muñiz, Brenda Barriga, Yéssica Cárdenas y Sergio Ramos.


La presidente municipal dio un mensaje de bienvenida, en el que destacó la importancia que tiene el mariachi en la identidad tecalitlense y el valor de la música en la vida comunitaria: dijo, en el cierre de su intervención, que la música “es memoria, es resistencia, es unión”. El presidente de la Asociación de Cronistas de Colima dijo en su mensaje que esta clase de actividades demuestran la cercanía cultural entre el sur de Jalisco y Colima. Al concluir la ceremonia de inauguración hubo un espacio para que la rondalla de los talleres de música de la Casa de la Cultura de Tecalitlán, bajo la dirección del profesor Miguel Ángel Mora Martínez, interpretara las canciones El reloj, El primer tonto y Te quiero tanto, instalados sus doce integrantes en las escaleras que conducen a la segunda planta del Museo.

Luego de la intervención musical, comenzó la primera mesa de trabajo, moderada por el cronista de Autlán, Guillermo Tovar. Las ponencias de esta mesa fueron las siguientes:

J. Ángel Chávez Nájar, cronista emérito de Tecalitlán, presentó el trabajo titulado Anécdotas de las visitas de Pedro Infante a Tecalitlán, en el que narró, basado en entrevistas a personas que vivieron los hechos e intervinieron en ellos, como el restaurantero Rigoberto Arellano, cómo fue la visita que le hicieron al ídolo de Guamúchil don Silvestre Vargas y el mismo Rigoberto, para proponerle que fuera a Tecalitlán a dar un concierto. Pedro se comprometió a acudir a la fiesta patronal, cosa que cumplió, iniciando de esa forma una relación estrecha entre este pueblo sureño y el cantante, que varias veces se presentó en Tecalitlán, sin cobrar honorarios, para ayudar a recabar dinero para diversas obras. Don Ángel compartió algunas anécdotas y comentarios de quienes convivieron con Pedro Infante en Tecalitlán, como Salvador Martínez Rolón, Ezequiel Gutiérrez y la familia Macías Macías: contó cómo le tocó hospedarse en hoteles sin muchas comodidades, donde se tuvo que bañar a jicarazos, así como su apertura para con las personas que se acercaban a saludarlo, ejemplificada en la ocasión en que el mismo don Ángel lo vio jugar a las canicas con chiquillos del pueblo.

Humberto Muñiz Mercado, presidente de los cronistas de Colima, expuso La musicalización de las misas con mariachi en Manzanillo, un trabajo sobre cómo la música de mariachi se fue introduciendo a las ceremonias religiosas en esa ciudad, espacio que antes estaba vedado para esta manifestación musical. Para esto, compartió una semblanza de Hilario González Martínez, músico originario de Tapalpa y avecindado en Manzanillo, quien fue el principal promotor de que las misas pudieran celebrarse con mariachi. Nacido el 3 de noviembre de 1938 y con antecedentes como monaguillo y como jornalero,  don Hilario había aprendido música en su pueblo natal, gracias al cura Juan Nepomuceno Gaytán Zárate, quien formó ahí un grupo musical del que designó a Hilario como trompetista. Al mariachi Hilario llegó por casualidad, al tener que cubrir la ausencia del trompetista del mariachi Corona, de Ciudad Guzmán en una presentación; posteriormente formaría los mariachis Manzanillo y Santiago, ya en el puerto colimense. Hacia 1970 un compadre suyo le pidió tocar en la misa de quince años de una de sus hijas, lo que desencadenó una negociación con el sacerdote Cárdenas Pallares, quien les permitió tocar, por primera vez, en el templo del Carmen, prácticamente dirigidos por el cura, quien les iba dando las indicaciones de cuándo tocar. A partir de esa primera presentación vinieron otras, haciendo los ajustes necesarios en el sonido del mariachi y en la vestimenta, para ajustarse a la liturgia y a las costumbres dentro del templo. Con esto nacieron, a decir del mismo don Hilario, las misas que ya no eran romanas sino mexicanas.

José Kamey Ibáñez, de San José del Tule, municipio de Pihuamo, compartió el resultado de una investigación de años en la que identificó a todos los cantantes y músicos que han grabado con el mariachi Vargas de Tecalitlán, relación que compartió en su intervención: desde el dueto Pepe y Chabela hasta Juan Gabriel, pasando por los más variados estilos y géneros.

Víctor Ramiro Gil Castañeda, cronista de Manzanillo, expuso el trabajo Los Hernández Corona, hermanos compositores y cantantes manzanillenses, que comenzó con la escucha de la canción Comala, compuesta por estos personajes e interpretada por Ángeles Ochoa. El cronista habló de la formación musical que René, Jorge Luis y Javier Hernández Corona tuvieron desde su infancia, así como de su trayectoria y algunas de las obras más importantes de ellos y de sus descendientes.

La segunda mesa fue moderada por Humberto Muñiz Mercado y estuvo integrada de la siguiente forma:

Guillermo Tovar Vázquez, cronista municipal de Autlán, expuso el tema Manuel Morán Godoy, un músico de mariachi en el Autlán de principios del siglo XX, consistente en una semblanza de este músico nacido en Unión de Tula y que, de ocupación jornalero, dirigió un mariachi o “arpón”, integrado por dos violines, quinta de golpe y arpa. Su vida, dijo, es un buen ejemplo de la de los músicos de este género en esa época, ubicados en la periferia geográfica y social: eran personas dedicadas a otros oficios, que tocaban en fiestas populares que se celebraban en el campo o los barrios marginales, su música era despreciada por las élites. Sin embargo, de don Manuel nació una familia entre cuyos descendientes hay grandes ejecutantes y hasta un director de orquesta.

Rogelio Camarillo Carrillo, de la ciudad de Colima, leyó un interesante texto titulado Crónica de Tecalitlán: cuna del mariachi y sus sones, una semblanza idílica de Tecalitlán y su relación con la música de mariachi, así como la importancia que tiene esta manifestación musical como atractivo turístico tecalitense.

La mesa 3 también fue moderada por el cronista de Autlán y en ella se presentaron los siguientes trabajos:

Mirtea Elizabeth Acuña Cepeda, de Tecomán, expuso Mariachi, origen de la palabra, que comenzó con una reflexión sobre la importancia de la etimología para conocer el significado de las palabras y de cómo en la región conocida como Jaliscolimán, es decir, Colima y el sur de Jalisco, se pueden todavía escuchar palabras del castellano del siglo XVI. Sobre el origen de la palabra mariachi, dijo que es posible que venga del nombre del árbol mariachi, de cuya madera se hacían las tarimas para el baile, o de una deformación de la palabra maliantzin. También podría estar relacionado con la diosa madre, Guadalupe o Tonantzin, mediante el vocablo María o Malintzin. Su significado sería “la familia del espíritu de la vida”.

Martín Rodrigo López Sevilla, de Manzanillo, presentó ¿El último adiós a la chirimía?, un trabajo sobre esta manifestación musical, que incluyó datos técnicos e históricos sobre sus componentes. Luego de exhibir un video sobre la chirimía en Oaxaca, el ponente dio ejemplos del uso de este instrumento en algunos lugares, especialmente de Jalisco, con ejemplos como el Día de la Chirimía en Autlán y la declaratoria como patrimonio cultural inmaterial en municipios como Casimiro Castillo y Villa Purificación. En Manzanillo, dijo, esta forma musical se está perdiendo, mientras que en Comala ya no participa en las fiestas del pueblo desde 2001. Llamó, entonces, a voltear la mirada a otras generaciones, para no tener que lamentar el último adiós a la tradicional música de chirimía.

Guillermo Tovar y Abelardo Ahumada.


Abelardo Ahumada González, de Villa de Álvarez, expuso Origen y desarrollo del mariachi en Colima y la región, que ubica que en la combinación de géneros e instrumentos musicales de origen indígena y español, con componentes traídos por los esclavos africanos. Habló del trabajo de evangelización realizado en esta región por fray Juan de Padilla, quien solicitó al virrey Antonio de Mendoza que enviara maestros que le ayudaran, llegando a la región jóvenes indígenas que habían sido educados en el colegio de Tlatelolco con quienes se fundó la primera escuela de música, en Tuxpan. Como conclusión, dijo que “nadie puede apropiarse del acta de nacimiento del mariachi”.

René Chávez Deniz, cronista de Tecalitlán, concluyó el conversatorio con el trabajo Edward Marsh, apasionado por la música de mariachi, una semblanza de este personaje estadounidense que dice ser amante del mariachi desde antes de nacer, afición heredada de sus padres. El cronista recordó los actos de violencia que ocurrieron en Tecalitlán el 10 de diciembre de 2010, día de fiesta guadalupana, que sembraron el miedo entre la población y propiciaron el descenso de la actividad turística. Buscando una solución a esto, en 2015 comienza a gestionarse la creación de un festival de mariachi, que nacería en 2016 y que está celebrando su séptima edición. En ese 2015, Edward Marsh estaba organizando en Rosarito, Baja California, un “gran concierto” de mariachi, consistente en una gala con el mariachi Vargas y una orquesta sinfónica, además de conciertos de otros mariachis, que es considerado todavía el mayor concierto de este tipo. En 2017 Edward Marsh vino a Tecalitlán, al segundo festival, donde nació una relación estrecha que aún perdura: Marsh es considerado un hijo ilustre de Tecalitlán, debido a que se ha convertido en un benefactor del pueblo y de su cultura. Por ejemplo, donó las esculturas y un cuadro al óleo que se encuentran en el Museo Silvestre Vargas, hace donaciones en dinero para cada edición del festival y regaló instrumentos musicales a la Escuela Secundaria Técnica #32 para que los niños aprendieran a tocar música de mariachi. En 2022 se develó una placa en la calle Victoria, como reconocimiento a sus aportaciones y, además, esta séptima edición del festival está dedicada a él.

Placa de Edward Marsh.



Al terminar el conversatorio los organizadores entregaron reconocimientos y un presente a los ponentes, quienes pasaron a tomar los alimentos a la cercana Casa de la Cultura, donde se abrió un espacio de convivencia. Luego de un rato nos despedimos, mientras en Tecalitlán se vivía el ambiente de fiesta mariachera gracias a que en el centro del pueblo se tenía instalado un escenario profesional para los conciertos nocturnos, donde a partir de las 15:00 horas ya se hacían pruebas de sonido. Con este ambiente y lo que se expuso en el conversatorio, pudimos confirmar varias cosas, entre las que contamos el estrecho vínculo entre Tecalitlán y el mariachi y entre Colima y el sur de Jalisco.
Algunas de las estatuas en el Museo Silvestre Vargas.

viernes, 4 de octubre de 2024

Se presentó el ballet folclórico de la Universidad de Guadalajara en el Aula Magna

Danza de Quetzales.

 Dentro de las actividades conmemorativas del aniversario 30 de la Red Universitaria y del consiguiente nacimiento del Centro Universitario de la Costa Sur, la noche de este jueves 3 de octubre el ballet folclórico de la Universidad de Guadalajara ofreció una presentación en el Aula Magna del Centro Cultural José Atanasio Monroy, que lució un lleno casi total. La tercera llamada se dio hacia las 19:13 horas, ante un público expectante que, contrario a lo que ha ocurrido en otros espectáculos, ya prácticamente había llenado la sala antes del inicio de la presentación. A pesar de la magnitud del grupo artístico que se presentaría, la publicidad de esta presentación fue prácticamente nula: la gran mayoría de los asistentes eran trabajadores y académicos del CUCSur, unos pocos estudiantes y una buena cantidad de invitados especiales, entre quienes estaban algunos presidentes municipales de la región.

El ballet, dirigido por Isaac Alberto Mercado Morales, presentó un espectáculo con una producción de muy buen nivel, con su propio equipo de iluminación de sala y de escenario que incluía una programación especial para cada estampa y algo que no habíamos visto antes: su propia tarima, integrada por 88 módulos que fueron montados sobre el escenario del Aula Magna, tan lisa como si fuera de una sola pieza y sonora como las famosas tarimas de los fandangos.

Michoacán.


La velada inició con la poblana Danza de Quetzales, con mucho la estampa más vistosa y colorida de la presentación, merced al tocado de los bailarines y los movimientos que ejecutan, que llenan por completo el escenario. Sin prácticamente transición alguna, como no sea el oscurecimiento del escenario, las estampas se fueron encadenando para completar un poco más de una hora de espectáculo.

Las cuatro estampas siguientes tuvieron música en vivo, con grupos musicales de diversa instrumentación, según la identidad de cada región. Es de llamar la atención, en lo respectivo a la música, la calidad de las voces y de la música toda, que podrían protagonizar un espectáculo por ellas mismas. En el caso de Michoacán, que fue la segunda estampa, la música estuvo a cargo de cinco violines, guitarrón y vihuela, además de las siete voces femeninas y cinco masculinas que estuvieron también presentes en las siguientes estampas. Comenzó la estampa con la interpretación de algunas pirecuas y continuó, siempre con música en vivo, con danzas que representan el trabajo en el campo y en la pesca.

Veracruz.


Para la estampa de Veracruz la música fue interpretada con arpa, guitarrón y tres jaranas, que acompañaron a los bailarines con algunos sones jarochos y canciones populares mexicanas, como Veracruz, de Agustín Lara. Luego vendría Guerrero, con dos guitarras, guitarrón, vihuela y cajón, para acompañar a los bailarines. El cierre sería con la estampa de Jalisco, al son de un mariachi moderno integrado por tres trompetas, cinco violines, guitarrón y vihuela, además de las voces, que se encargaron de tocar sones del sur de Jalisco y canciones como Guadalajara. El cierre fue con La culebra, dejando una segunda interpretación de Guadalajara como rúbrica, para reunirse todos los artistas en el escenario a despedirse del público.

Jalisco.