Aunque hace tiempo que está rebasada
la idea de que el rock solo se puede tocar con la alineación típica de
guitarra, bajo, batería y voz, sigue siendo la guitarra eléctrica el símbolo por
antonomasia de este género musical, nacido en los Estados Unidos pero que ya
podemos considerar universal. Antes de pensar en unas baquetas o un micrófono,
es la figura de una guitarra lo que primero se nos viene a la mente al hablar
de rock.
La relación entre estos elementos
quedó de manifiesto la noche del sábado 9 de enero en el bar Hooligans, donde
el músico grullense Héctor Ochoa ofreció un recital de guitarra eléctrica en el
que hizo un repaso por varios subgéneros y estilos del rock. A partir de las
21:00 horas y ante unas 15 personas, distribuidas en las mesas del lugar
tratando de mantener la sana distancia, Héctor interpretó con la guitarra y
apoyado con pistas musicales pregrabadas piezas de bandas tan diversas como Red
Hot Chili Peppers (Suck my kiss), Led
Zeppelin (Immigrant song), Stone
Temple Pilots, Nirvana… todo con una muy buena técnica de ejecución y una
notable precisión.
Hooligans nació con la idea de ofrecer un foro para la difusión del trabajo de músicos y bandas de rock en sus diversos géneros. Aunque la pandemia ha sido un formidable obstáculo para esto, no se ha abandonado el objetivo y la presentación de Héctor Ochoa es una muestra.
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