jueves, 27 de junio de 2024

Bitácora de viaje 10: Día del Padre en Comala

 


El domingo 16 de junio emprendimos un viaje a Comala, el pueblo mágico colimense, no porque alguien nos hubiera dicho que ahí vivía nuestro padre sino solo para hacer un viaje familiar a manera de festejo del Día del Padre. Salimos de Autlán pocos minutos después de las 7:00 horas, luego de alguna indecisión sobre la pertinencia del paseo provocada por la tormenta que se desató sobre aquella región la misma madrugada del domingo, visible y audible desde Autlán. La vista matutina de los volcanes luego de la tormenta, recortados en un cielo nublado pero apacible, nos decidió definitivamente a tomar camino.

Cruzamos los pueblos por los que pasa la carretera que nos conecta con Ciudad Guzmán mientras en ellos revoloteaba la animación propia de una mañana de domingo: la fonda de Alicia en Las Paredes comenzando a llenarse, fritangas de puerco en casi cualquier pueblo, puestos de pajaretes de vaca o de chiva, el ajetreo en los invernaderos de Bioparques y el pueblito que se ha ido desarrollando alrededor de esta agroindustria (que ya cuenta hasta con tianguis), una moderada carga vehicular en la carretera, todo con un toque más alegre de lo habitual, acaso producido por la reciente lluvia, la primera abundante del deseado temporal… con este ambiente cruzamos el valle de Autlán y el llano rulfiano: El Mentidero, Las Paredes, El Grullo, El Limón, Tonaya, Apulco, La Croix...

Unos cuantos kilómetros más allá de Cuatro Caminos llegamos al crucero que conecta a la carretera estatal con la cabecera municipal de Zapotitlán de Vadillo, desde donde se toma una nueva carretera estatal que lleva directo a Comala. Decidimos tomar este camino, a pesar de ser más estrecho y plagado de baches que el que rodea por Ciudad Guzmán, con tal de conocer otra región de Jalisco y otra de sus fronteras con Colima, una menos conflictiva que la de Cihuatlán y menos trillada que la del rumbo de Tuxpan.


El Volcán de Fuego, asomándose detrás de un cerro.

Y la elección fue muy acertada: el simple recorrido del camino entre Zapotitlán y Comala es una experiencia estética placentera. La carretera serpentea, en un constante pero suave descenso, entre barrancas labradas por escurrimientos que por milenios han bajado de los volcanes, cuya imponente presencia enmarca el viaje de forma casi continua. A la salida de cada curva, detrás de cada árbol, ora al lado izquierdo, ora al derecho, se ve brotar a las majestuosas montañas que vigilan esta región del país. Pero no solo son los volcanes lo que hay que ver en esta parte de Jalisco: hay una zona arqueológica que se llama Los Cerritos, que desde la carretera luce como una serie de pequeñas cuevas labradas en el paredón de la montaña; la vista del cerro del Petacal como despidiéndose del llano que se va quedando atrás y el paulatino cambio de vegetación conforme se avanza hacia la llanura costera también son elementos atractivos. Fue una sorpresa encontrar pequeños autobuses que hacen la ruta entre Zapotitlán y Comala, prestando un invaluable servicio a los habitantes de Chancuéllar, Mazatán, San José del Carmen y otras poblaciones pequeñas asentadas en estos volcánicos parajes.


Cerca de Los Cerritos.

El más ancho de los arroyos que bajan de los volcanes, tributario del río Armería (el Ayuquila de nuestra región) es el que hace las veces de frontera entre Jalisco y Colima en estos lares. Se da uno cuenta de esto gracias a los señalamientos que se encuentran antes de llegar al puente que lo cruza y que lleva el sugerente nombre de Puente Río de Lumbre. Aquí se entra al estado de Colima y, no sé si por la realidad o por simple sugestión, se siente un cambio en la calidad de la carretera, favorable al estado vecino.

Antes de llegar a Comala hay que manejar algunos kilómetros entre una vegetación exuberante, en una carretera flanqueada por grandes árboles. Se pasa por Suchitlán, que viene a ser el espacio fresa de Comala, algo así como lo que es Ajijic a Chapala: hay restaurantes a orilla de carretera, muchos de ellos con nombres e imagen basados en el concepto del café. Acaso por ser domingo, a la hora que pasamos por ahí los dichos restaurantes ya estaban llenos, con cada espacio de estacionamiento ocupado por algún vehículo. Pero ese no era nuestro destino, así que no pasó de ser solo un dato curioso.

Calle Hacienda Nogueras.


Llegamos a Nogueras, una población del municipio de Comala, poco después de las 10:30 horas, dejamos el carro bajo la sombra de un árbol y pasamos a conocer la parte medular de este lugar, sobre la calle que se llama precisamente Hacienda Nogueras. Ahí se encuentran las tres sedes del Museo Universitario Alejandro Rangel Hidalgo y el Centro Universitario de Gestión Ambiental y Ecoparque Nogueras, administrados por la Universidad de Colima. Nogueras fue una hacienda azucarera, floreciente durante el siglo XIX y un tanto venida a menos en el XX, que pasó por las manos de varias familias prominentes. De ella quedan en pie el chacuaco y la capilla, entre otros vestigios desperdigados por el pueblo, lo que hace recordar a la hacienda de Ahuacapán.

Una fachada de Nogueras.


La calle que ya mencioné y sus alrededores tienen la particularidad de albergar algunas casas cuyas fachadas llevan el sello rangeliano: colores vivos, diseños triangulares en las pequeñas ventanas y una simbiosis con la naturaleza del lugar, representada por un árbol frondoso, macetas o jardineras bien cuidadas. La calle es bastante bonita, todas sus fincas son de arquitectura regional, cuenta con un arbolado sano y bien cuidado y con elementos sobrevivientes de la hacienda, como un tramo de acueducto ahora flanqueado por bugambilias. Aquí se encuentra también la capilla, pequeña y austera pero bien conservada, en un estilo que recuerda a la de Ahuacapán pero mucho más pequeña. Las campanas de la capilla están ahora resguardadas dentro del templo, debido a que el último terremoto dejó unas feas cuarteaduras en el campanario, que esperan a ser reparadas.

Una vista de la capilla de Nogueras.


Entramos a dos de las sedes del Museo de Alejandro Rangel, la principal y la que fue su estudio, ambas son pequeñas pero cargadas de objetos de interés. En la primera hay una sala con obra original del pintor colimense, incluyendo su interpretación del retablo barroco de Santa María Tonantzintla, el cuaderno donde está su primer dibujo y algunos muebles diseñados por él. Esta sala desemboca en las que resguardan la colección de piezas prehispánicas que Rangel fue conformando a lo largo del tiempo, con figuras que los habitantes de los alrededores de Nogueras le llevaban a regalar. Hay aquí piezas de gran valor, muy bien conservadas y dispuestas en vitrinas en una organización basada en lo que las figuras representan: vasijas de diversos tipos, dirigentes o personas prominentes, escenas de la vida cotidiana, los famosos perritos colimotes, entre otras. Desafortunadamente, no se cuenta con fichas técnicas por no conocerse el origen exacto y el contexto en que fueron halladas las piezas.




Piezas prehispánicas en el Museo Rangel Hidalgo.


La segunda de las salas de piezas prehispánicas está diseñada como un horno, sin ventanas e iluminada con luz roja y con las vitrinas distribuidas en los costados y al fondo de la sala. El horno tiene que ver con el proceso de cocción de las piezas de barro, de las que vemos verdaderas maravillas: una mujer llorando, un murciélago, vasijas cuyas patas son unos pericos, guerreros, cargadores, unos amigos que caminan abrazados… en los textos curatoriales se advierte que, si bien los antiguos habitantes de Colima no dejaron escritos en los que describieran sus costumbres, sí que dejaron una crónica de su vida a través de estas figuras.


Artículos de la vida cotidiana en la hacienda de Nogueras.


Las demás salas de esta sede están dedicadas a la vida durante la época de apogeo de la hacienda, incluyendo una cocina completa con artículos originales, como un filtro de agua, un zarzo y todo lo necesario para la confección de los alimentos, así como muebles diseñados por Rangel.



La sede que antes fue el estudio de Alejandro Rangel está poblada de artículos que le sirvieron en vida. Muebles, libros, herramientas, reproducciones de su obra, que nos ofrecen un ambiente cercano al que él mismo creó en vida. Entre sus libros vimos obras de historia de Colima, de arte y algunas de literatura; también hay fotos familiares en la hacienda de Nogueras, cuando la familia Rangel vivió aquí.

Artículos de la Tiendita Rangeliana.


En la acera de enfrente está la Tiendita Rangeliana, en la que se venden toda clase de artículos estampados con la obra del personaje más relevante de Nogueras: camisetas, llaveros, separadores de libros, tarjetas, posavasos, las infaltables tazas… también hay reproducciones de sus cuadros más conocidos, a precios muy accesibles. Afuera de la tiendita, un señor ofrecía una bebida llamada bate, hecha a base de chan, una semilla semejante a la chía, que se sirve mezclada con jarabe de piloncillo. Esta bebida es refrescante y energizante, y tiene una consistencia muy espesa, como de atole.



Luego de un rato en Nogueras, pasamos a Comala, a donde se llega siguiendo una calle que lleva el nombre del escritor Luis Spota. Se trata de un camino empedrado, a cuyas orillas corren lienzos de piedra y algunas casas, amén de buena cantidad de árboles, conformando una muy buena escenografía para hacer fotos. Nos estacionamos muy cerca de la plaza principal; contrario a lo que creímos, no tuvimos ningún problema para encontrar un espacio, que además estaba a la sombra de un árbol.

Portales de Comala.


Luego de recorrer los portales que rodean la plaza, apretados de comercios que ofrecen souvenirs de todas clases, nos instalamos en el famoso restaurante Don Comalón, que ofrece carnes, mariscos y cantidades generosas de botanas variadas y completas, que van desde los tacos de guisados hasta las tostadas de guacamole. El portal en el que se encuentra este restaurante tiene otros negocios de comida, todos con mesas y sillas instaladas dentro del local pero también en el portal, lo que dificulta mucho transitar por ahí. También abundan los músicos que ofrecen sus servicios a los comensales, de géneros de mariachi y norteño, que tocan al mismo tiempo y producen un ambiente cacofónico, turístico en el peor sentido, que contrasta con la imagen de pueblo provinciano, tranquilo, que ofrece Comala.

El altar mayor de la parroquia de Comala.


La parroquia de Comala, dedicada a san Miguel, se halla también frente a la plaza, al lado contrario de la Presidencia Municipal. Es una construcción espaciosa, fresca, bien cuidada, de un estilo ecléctico con dos campanarios asimétricos. Como la mayor parte del pueblo, el templo está pintado de blanco y tiene elementos que hablan de su historia: la tumba del padre Francisco de Sales Vizcaíno se encuentra en el atrio, junto a una campana fechada en 1873. El altar principal es muy sencillo y muestra un dorado muy bien conservado, es presidido por una imagen de Cristo crucificado.

El kiosco.


La plaza de Comala es limpia y cómoda, tiene un buen arbolado que actualmente sirve como soporte a retratos de personas desaparecidas que son buscadas por sus familiares y que constituyen un recordatorio de que no todo está bien en nuestro entorno. El elemento principal es el kiosco, conformado por una estructura metálica sobre una base de material, coronada por una veleta. El diseño de la estructura recuerda al moderno kiosco de Autlán, cuando estaba en buenas condiciones. Aunque lo que más busca el visitante a Comala cuando llega a la plaza es la estatua de Juan Rulfo, que aparece sentado en una banca en actitud de contar algo a un niño, que lo escucha absorto sentado en el suelo frente a él, obra del escultor Rubén Hernández Guerrero. Al fondo luce la torrecilla de la Presidencia Municipal, como en la famosa fotografía que se le tomó al escritor gabrielense en este lugar en la década de 1960.




En Comala hay que comer pan dulce, en especial picones, la especialidad gastronómica del pueblo. También el café, que se produce aquí mismo, y el ponche son productos que forman parte de la experiencia de visitar este pueblo mágico. Luego de abastecernos de algunos de estos productos, tomamos el camino de regreso a Autlán, a media tarde y por la misma ruta que nos llevó a Comala, la de Colima. Un rato no es suficiente para conocer todo lo que hay aquí, pero es un buen inicio.



sábado, 22 de junio de 2024

Conmemoración del aniversario 133 del general Paulino Navarro


 La tarde del viernes 21 de junio, víspera del aniversario 133 del nacimiento del general Paulino Navarro, mientras en Autlán caía la primera lluvia de la temporada, en la Alameda municipal se celebró un acto cívico para recordar a este militar autlense, cuyo apellido lleva el nombre de nuestro municipio. La conmemoración comenzó a las 16:35 horas, con la asistencia de unas 150 personas, entre las que había regidores y funcionarios municipales, integrantes de la logia masónica Cofradía de la Luz, elementos del 102 Batallón de Infantería encabezados por el capitán primero de infantería Gerardo Iván Jiménez Hoo y alumnos de la secundaria Jesús Velázquez Gómez y de la primaria Lázaro Cárdenas, vecinas de la Alameda.

El acto comenzó con honores a la Bandera, que se realizaron bajo la dirección del profesor Moisés Tapia Chagolla y con la intervención de la escolta de Seguridad Pública y la banda de guerra municipal. Enseguida el cronista municipal, Guillermo Tovar Vázquez, hizo una semblanza del general Paulino Navarro, nacido el 22 de junio de 1891 en la población de El Aguacate, entonces dentro del territorio del municipio de Autlán, en la que enfatizó la raigambre autlense de este personaje: afirmó que hay documentados antepasados suyos de hasta seis generaciones que nacieron en Autlán. Dijo también que la familia de Paulino Navarro se avecindó en Autlán desde la infancia del futuro general, quien aquí desempeñó varios oficios desde su primera juventud, destacando su trabajo en la docencia: fue auxiliar de su hermana Lucía en lo que hoy es el Instituto Autlense y se desempeñó como maestro en esa escuela y en la de la profesora María Mares, antes de partir a la Costa de Jalisco y, por fin, a la ciudad de Colima, donde estudió en la Escuela Normal de ese lugar hasta conseguir el grado equivalente al bachillerato. En eso, llegó la traición de Victoriano Huerta a Madero, momento en que Paulino Navarro participó en protestas estudiantiles cuya represión lo obligó a salir de Colima para enrolarse en el Ejército del Noroeste. Aquí comenzó su fulgurante carrera militar que, aunque no llegó a diez años, sí tuvo momentos de gran relevancia, como la investigación del asesinato de Pancho Villa y su participación en el combate a la rebelión delahuertista, en la que encontró la muerte.

El cronista también hizo un recuento de los momentos en que Autlán le rindió homenajes a Paulino Navarro, mediante la imposición de su nombre a lugares públicos: la Alameda en 1924, el cambio de nombre del municipio en 1939 y la inauguración de la escuela Paulino Navarro en 1960, así como la instalación de su estatua en 1939, fruto del trabajo de un comité ciudadano integrado por instrucciones del general Marcelino García Barragán. Sin embargo, dijo, pasaron varias décadas en que Paulino Navarro cayó en el olvido, convirtiéndose solo en un nombre de lugar público, hasta que recientemente comenzó a retomarse la costumbre de recordarlo en las fechas de su nacimiento y de su muerte. Por lo tanto, celebró que se organicen este tipo de conmemoraciones e invitó a los asistentes, especialmente a los niños, a documentarse sobre la vida de Paulino Navarro e imitar sus virtudes, de entre las cuales consideró a la lealtad como la principal.

Enseguida, la profesora Olga Lidia Pelayo Corona leyó un poema de su propia autoría dedicada a Paulino Navarro, para luego ceder el micrófono a la regidora Claudia Alejandra Galván García, en representación del presidente municipal, dio un mensaje dirigido preponderantemente a los alumnos que asistieron esa tarde, en el que llamó a “reflexionar sobre la historia de Paulino Navarro, a continuar con su legado revolucionario” y a agradecer los servicios que prestó a la Patria, desde la docencia y desde su carrera militar.

Para terminar la ceremonia y de manera ya algo apresurada ante la inminencia de la tormenta, se colocó una ofrenda floral al pie del monumento al general Paulino Navarro, en el costado poniente de la Alameda.

Conmemoración del aniversario 203 de la jura de la Independencia en Autlán


 En la húmeda mañana del viernes 21 de junio se celebró en el jardín Hidalgo un acto cívico para conmemorar la ceremonia que en misma fecha del año 1821 tuvo lugar en este mismo lugar y en el que las autoridades civiles, militares y religiosas de Autlán juraron la Independencia de México, adhiriéndose al Plan de Iguala. Al acto, que comenzó a las 8:06 horas, asistieron unas 120 personas, incluyendo a regidores y funcionarios municipales y alumnos de las secundarias Manuel López Cotilla y Técnica #7 y de la primaria Paulino Navarro. En representación del presidente municipal asistió la síndica Nelly Yalitza López Mardueño.

El primer momento fueron los honores a la Bandera, dirigidos por el profesor Moisés Tapia Chagolla y con la participación de la escolta de la dirección de Seguridad Pública y la banda de guerra municipal. Enseguida, el cronista municipal, Guillermo Tovar Vázquez, dio un mensaje sobre la importancia del acontecimiento histórico que recordamos en este acto. Comenzó proponiendo a los asistentes un ejercicio de imaginación, para ubicarnos en la Plaza de Armas, hoy jardín Hidalgo, hace 200 años: no había automóviles ni ruidos, ni bancos ni la Presidencia Municipal, tampoco estaban la cuadra que limita al sur el jardín; ni siquiera la torrecilla del reloj había sido construida. En su lugar, estaban el cementerio de la parroquia y las instalaciones que habían sido del convento franciscano, las casas consistoriales; de esa época solo se conservan el jardín Hidalgo, ya muy modificado, y el pórtico de la parroquia, que data de 1745.

En ese contexto físico se realizó la ceremonia de jura de la Independencia, que el cronista narró muy brevemente: dijo que fue muy sencilla pero sumamente relevante y la calificó como uno de los momentos más importantes de la historia de Autlán. En ella, el párroco de Autlán, José Diego Gómez, les hizo tres preguntas a las autoridades civiles y militares y al pueblo en general, la segunda de ellas era si juraban reconocer la independencia y guardar la paz entre europeos y americanos, luego de las respuestas afirmativas, los participantes pasaron en procesión a la parroquia a oír misa, al término de la cual las autoridades pasaron a tomar sus puestos a las casas consistoriales. Así nacía la vida independiente en Autlán.

El cronista también dio un contexto histórico de este acontecimiento, relatando cómo después de más de diez años de guerra civil comenzó una serie de conspiraciones entre militares realistas, que después integrarían a líderes insurgentes, de donde nació el Plan de Iguala, al que se fueron adhiriendo jefes realistas de las diversas provincias del reino de la Nueva España. En el caso de la provincia de Guadalajara, el general Pedro Celestino Negrete se adhirió a él en San Pedro Tlaquepaque el 13 de junio de 1821, para tomar la ciudad de Guadalajara al día siguiente y enviar a las capitales de los 28 partidos en que se dividía la provincia la orden de jurar la independencia. El día 20 llegó esa orden a Autlán, que se ejecutó al día siguiente.

La síndica Nelly López habló enseguida, destacando la importancia de la armonía y la empatía, dijo que en tiempos de la guerra de Independencia se luchaba con las armas y que actualmente se hace con la educación y el conocimiento.

Al término de los discursos se montaron guardias de honor, de alumnos de las escuelas asistentes y de funcionarios municipales, y se colocó una ofrenda floral en el monumento a Miguel Hidalgo que preside el jardín.

viernes, 21 de junio de 2024

Mariposas de la noche en el Cantinero Científico de la librería Carlos Fuentes


 El miércoles 19 de junio, por la tarde, tuvo lugar en el patio central de la Casa Universitaria una nueva sesión del Cantinero Científico, la actividad de divulgación de la ciencia que auspicia la librería Carlos Fuentes. La sesión comenzó a las 18:05 horas, con la presencia de unas 20 personas.

El tema de esta ocasión fueron las mariposas nocturnas o polillas, animales cargados de estigmas y temidos por muchas personas. Llevó por título Fauna olvidada: el caso de las mariposas nocturnas y cómo la ciencia ciudadana promueve su conocimiento y valor y fue presentado por el doctor Carlos Palomera García, quien aclaró que no es experto en ellos, pero lleva cinco años estudiándolos, de manera un tanto marginal, puesto que su especialidad son las aves.

Comenzó su ponencia dando algunas generalidades sobre las diferencias entre la fauna “carismática”, colorida, bonita, majestuosa, que le cae bien a la mayoría: jaguares, osos, leones, guacamayas, entre otros, y la “fauna olvidada”, la que no siempre nos viene a la mente cuando escuchamos el término “vida silvestre”. Entre las especies de este último rubro están las mariposas nocturnas. El doctor Palomera explicó que las mariposas diurnas provienen de las nocturnas y se originaron en Norteamérica, donde se separaron ambos tipos de mariposas. Mostró enseguida una tabla en la que explicó algunas diferencias entre ambas: la posición de las alas en reposo, extendidas en las nocturnas y plegadas en las diurnas; la forma del cuerpo, los hábitos… entre sus semejanzas están que, en su fase larvaria, ambas son herbívoras, algunas consideradas plagas, son alimento de otros animales y su presencia es indicador de calidad y cambio ambiental.

Las mariposas diurnas y las nocturnas tienen metamorfosis holometábola y existen, en México, entre 14,500 y 20 mil especies de mariposas, de las cuales, unas 12,600 son nocturnas. Una mayoría muy amplia. Tienen valor económico y cultural, algunas especies son motor de actividades turísticas, como la monarca, y han servido como emblemas o como protagonistas de leyendas. Las nocturnas, sin embargo, son infravaloradas, debido precisamente a mitos y creencias que las consideran heraldos de la muerte, algunas se consideran plagas por alimentarse de madera, papel y otros objetos de uso cotidiano y las larvas de unas pocas especies son “de importancia médica”, es decir, venenosas.

La última parte de la exposición estuvo dedicada a la ciencia ciudadana, herramienta que permite recolectar datos de campo por personas que no se dedican a la investigación y a la academia, pero cuyos datos pueden ser utilizados por investigadores. El proceso de la ciencia ciudadana, simplificado, sería: observación + captura en Internet + retroalimentación. El ponente mencionó algunos proyectos de ciencia ciudadana que se desarrollan alrededor del mundo, como el Home River Bioblitz y la National Moth Week, semana de observación de mariposas nocturnas, que este 2024 cumple 10 años de actividad. También mostró fotografías de algunas especies de mariposas nocturnas, tomadas en Autlán en los últimos años, que demuestran que también hay especies coloridas y atractivas entre ellas.

Carlos Palomera cerró su presentación mencionando que hace falta mucho por conocer, en especial de lo pequeño, lo invisible, lo feo. La ciencia ciudadana es una buena herramienta para aumentar el conocimiento.

lunes, 17 de junio de 2024

Presentación de “El maestro rural”, memorias del profesor Víctor Manuel Preciado Ruiz

De izq. a der.: Armida Maldonado, Víctor Preciado Ruiz y Víctor Preciado Ramírez.

 La tarde del sábado 15 de junio en el salón de usos múltiples del Museo y Centro Regional de las Artes fue presentado el libro El maestro rural, de Víctor Manuel Preciado Ruiz, quien desempeñó esta noble profesión durante muchos años en varias poblaciones de Jalisco. La presentación comenzó a las 18:00 horas y tuvo una asistencia aproximada de 60 personas.

Luego de que el doctor Carlos Adolfo Preciado Ortiz, coordinador del Capítulo Costa Sur de la Benemérita Sociedad de Geografía y Estadística del Estado de Jalisco, institución que, junto con el gobierno municipal, organizó esta presentación, leyera una semblanza del autor y de los dos comentaristas, todos ellos relacionados en algún modo con la educación, comenzó la serie de intervenciones que resumo enseguida.

La maestra Armida Briceida Maldonado Rubio, profesora de nivel básico y promotora cultural, hizo un resumen de lo que el autor cuenta en cada uno de los capítulos del libro, resaltando algunas vivencias y anécdotas y enlazándolas con el desarrollo y las reformas a la educación a nivel nacional que ocurrían en el tiempo de la narración. Habló de personas con las que el autor convivió y con quienes trabajó, los retos y obstáculos que enfrentó y cómo logró vencerlos. Agradeció, por último, al autor y a su esposa e hijos por facilitarle su trabajo cuando la maestra Armida desempeñó sus primeras encomiendas en la educación pública, en el estado de Guanajuato donde Víctor Preciado era director federal de educación primaria en esa entidad.

Enseguida, Víctor Manuel Preciado Ramírez, hijo del autor y auditor de obra pública en la Auditoría Superior del Estado de Jalisco, leyó un texto en el que define al libro presentado como un cúmulo de experiencias, cuyo autor busca inspirar a los lectores a vences obstáculos. Se trata, dijo, de un testimonio de perseverancia, pasión y dedicación. Completó su intervención con algunas consideraciones sobre la sociedad del conocimiento, como un ente que busca compartir un saber y sobre la capacidad para procesar la información para el desarrollo humano.

En su intervención, con la que cerró la ceremonia de presentación, el autor habló de dos compromisos que siguió durante toda su carrera, desde que comenzó a dar clases debajo de un árbol en la comunidad de Copalitos, en el municipio de San Sebastián del Oeste, hasta que ocupó un alto cargo en el estado de Guanajuato: uno fue el apoyo a la escuela rural, donde conoció las limitaciones de todo tipo que padecen los habitantes de las zonas rurales; y a la evaluación, puesto que considera de la mayor importancia supervisar los trabajos realizados y sus resultados. En un tono anecdótico, recordó que fue profesor titulado a los 16 años de edad, gracias a que a los 3 entró a la primaria, por influencia de una de sus tías.

Al terminar la presentación la maestra Armida develó un retrato al óleo del autor, que ella misma realizó y que con este acto entregó al maestro Preciado. Luego de esto, el autor del libro regaló ejemplares de su obra a los asistentes, con el correspondiente autógrafo.

sábado, 15 de junio de 2024

Fue presentado el libro “La silla de don Pedro y otros cuentos” en el Palacio del Arte

Efrén Rangel Uribe y Andrea Reynoso.

 La noche del jueves 13 de junio en el recinto cultural Palacio del Arte se llevó a cabo la presentación del libro La silla de don Pedro y otros cuentos, del escritor jalpense Efrén Rangel Uribe. Con la asistencia de unas 25 personas, la presentación comenzó a las 19:50 horas.

En el recinto estuvieron presentes algunos escritores autlenses: los cuentistas Feliciano Medina y Luis Rangel, la poeta Olga Pelayo, Carlos Efrén Rangel y el cronista Guillermo Tovar, además del autor y la comentarista de la obra que se presentó. Esto y que ese preciso día se celebra en Argentina el Día del Escritor fue motivo para destacar la presencia de estas personas, antes de comenzar la presentación. La anfitriona, maestra Armida Maldonado, dio un mensaje de agradecimiento a los asistentes y al autor del libro, por decidir presentarlo en este lugar.

Enseguida, la también escritora Andrea Reynoso comenzó su intervención como comentarista del libro, destacando la capacidad de un buen narrador para verter lo que produce su imaginación a un texto que sea disfrutable para el lector. Luego vendría la lectura del prólogo del libro, que ella misma escribió, en el que reflexiona sobre la silla como un objeto indispensable para los escritores de todas las culturas e imagina qué ocurriría si estos muebles cobraran vida, a la manera de los protagonistas de Toy Story y nos contaran sobre el contexto en que trabajaron personajes como Adolfo Hitler o Antonio Alatorre o qué tendrían para narrarnos la silla presidencial de Autlán o la que usaba María Mares en su escuela.

En breves frases, Andrea da una idea del argumento de cada uno de los siete cuentos que componen el volumen, aunque se detuvo un poco más en Nukene, el viajero, donde encontró referencias a la antropología mística que estuvo vigente en décadas pasadas.

El autor del libro, Efrén Rangel Uribe, también hizo una breve sinopsis de cada cuento, para comentar enseguida el origen del título de su obra: se trata de una silla de madera y tule que su padre, Pedro Rangel, tenía en su casa de Jalpa, en el municipio de Chiquilistlán, y que usaba en las tareas de la peluquería, que fue uno de sus oficios. Desde esa silla don Pedro relataba historias a sus clientes y a cuantos quisieran escucharlo. La silla de don Pedro como púlpito o ágora para la narración.

Luego de estas intervenciones se dio una como entrevista entre el autor y la comentarista del libro, en el que lo mismo reflexionaron sobre el arte y sus alcances, el trabajo de la creación de personajes y cómo el autor establece una relación con ellos, que comentaron algunos pasajes, lugares y personajes que aparecen en los siete cuentos.

Al final de la presentación se desencadenó una sesión de preguntas y comentarios del público, para pasar a la firma de ejemplares del libro por parte del autor. La silla de don Pedro y otros cuentos se puede conseguir directamente con su autor, a quien se puede encontrar en Facebook con su nombre.

viernes, 14 de junio de 2024

Defensa de una tesis de maestría sobre la recuperación socioambiental del arroyo El Coajinque


 En la sala José Trinidad Lepe Preciado del Centro Cultural José Atanasio Monroy, en el Centro Universitario de la Costa Sur, la investigadora Lanci Amapola Duque Zepeda defendió el pasado martes 11 de junio su tesis de maestría, titulada Estrategia para la recuperación socioambiental del arroyo El Coajinque, en Autlán de la Grana, Jalisco. La sesión para la defensa de la tesis comenzó a las 9:07 horas, con la presencia de unas 15 personas.

La tesis fue presentada ante un presídium integrado por los doctores Gabriela Pérez Carrillo como presidente, Francia Elizabeth Rodríguez Contreras como secretaria y Claudia Ortiz Arrona, Luis Manuel Martínez Rivera y Óscar Gilberto Cárdenas Hernández como vocales.

La maestrante comenzó su presentación dando algunos conceptos generales sobre los ríos y arroyos y su importancia ambiental, así como su relación con las sociedades que, de ser casi sagrada en tiempos pasados, ha ido degenerando hasta dejar a estos cuerpos de agua como meros vertederos de los desechos de los asentamientos humanos.

Sobre el Coajinque, mencionó que se trata de un sitio de prioridad media y alta para la conservación de la biodiversidad. En su hipótesis, la ponente plantea que este arroyo padece una problemática ambiental derivada de la actividad humana al cruce con la ciudad de Autlán, iniciando un proceso de degradación que, sin embargo, se puede abordar de manera efectiva a través de una estrategia participativa que involucre a sociedad organizada y gobierno.

Al planteamiento de la hipótesis siguió una interesante exposición de datos del Coajinque, en los ámbitos de la geografía, la geología y la edafología, de su biodiversidad y su importancia cultural para Autlán, así como del impacto ambiental que se advierte a lo largo de su cuenca. Como sabemos, se trata de un arroyo intermitente, que nace en la sierra de Cacoma, en los límites entre los municipios de Villa Purificación y Autlán y es un tributario del río Ayuquila. Lo que pocos sabemos es que el Coajinque forma parte de la región hidrológica 16 Bc, su cuenca tiene una superficie de 75km2 y su cauce va de los 1,863 msnm a los 862, con una pendiente de casi mil metros. Lo alimentan 461 escurrimientos a lo largo de su recorrido hacia el Ayuquila, siendo los más importantes los arroyos Potrero de Enmedio, Agua Salada y El Cristiano, todos ubicados antes de que el Coajinque entre a la zona urbana de Autlán.

Con respecto a la relación del Coajinque con los autlenses, la ponente explicó que existen 51 servicios ambientales que el arroyo potencialmente puede prestar a la sociedad del municipio, que se dividen en servicios de aprovisionamiento, de regulación y culturales. Enseguida, habló del grado de conservación ambiental de la cuenca, dividida en cuatro zonas: rural, desde su nacimiento hasta la Casa de Piedra; periurbana alta, de la Casa de Piedra a la colonia Obrera; urbana, al paso por la ciudad; y periurbana baja, en los suburbios de Autlán, más allá del periférico. El nivel de conservación va empeorando conforme avanza el arroyo desde la zona rural.

En la primera de estas zonas, según la exposición, la calidad ambiental del arroyo es moderada, con impactos por extracción de agua de forma irregular y contaminación por la cercanía de asentamientos humanos, así como por el cambio de uso de suelo, agravado este último por la apertura de la carretera a Purificación. La zona periurbana alta tiene una calidad ambiental pobre, afectada por la erosión, el vertimiento de aguas residuales y de basura y escombros. Es un poco peor la calidad ambiental en la zona urbana, que presenta, además de las afectaciones de la zona periurbana alta, el confinamiento de márgenes por urbanización y la invasión de la zona federal, además de trabajos de desazolve mal planeados. Es, sin embargo, la zona más visitada por las personas con fines recreativos.

La zona periurbana baja es la peor conservada, tiene muy poca vegetación, presencia de especies invasoras y vertimiento de drenaje, además de los impactos que presentan las zonas anteriores. Aquí se vierten las aguas negras de Autlán, incluyendo los desechos del rastro municipal, sin tratamiento.

Con todo, el Coajinque es una zona de gran relevancia en términos de biodiversidad, poco estudiada y sometida a varios agentes de degradación, principalmente por acción humana. Ante este problema, Lanci Duque propone una propuesta de intervención de 43 acciones en ocho ejes temáticos, con los que se alcanzarían 55 metas específicas. Algunas de estas acciones ya están en marcha a través del grupo Amigos del Coajinque y de la creación de un consejo municipal para el cuidado de las cuencas.

Entre las conclusiones, la ponente mencionó la importancia cultural y ambiental que tiene el Coajinque para Autlán y la conexión de sus habitantes con este arroyo, que presenta desafíos ambientales y socioeconómicos que se pueden enfrentar, todavía.

sábado, 8 de junio de 2024

Exposición de artes plásticas de alumnos de la licenciatura en Artes

Títeres de la serie Llaves. Ana Araceli Galindo Castro. 

 En la Casa Universitaria se encuentra disponible una exposición de obra de alumnos de la licenciatura en Artes del Centro Universitario de la Costa Sur, de la especialidad en artes plásticas. Está integrada por 42 piezas de bulto, realizadas en técnicas y estilos muy distintos y con diversos materiales, la mayor parte montadas dentro de vitrinas, aunque algunas están colgadas en las paredes, colocadas sobre alguna base de madera e, incluso, colgando del techo.



Podemos ver en las salas una obra muy diversa: hay figuras inspiradas en la mitología moderna, como el sombrero seleccionador de Harry Potter, también hay alebrijes, composiciones que parecen extraídas de los sueños, representaciones de la maternidad y hasta un trío de títeres. Los materiales de que echaron mano los autores son igual de variados: barro, cerámica, papel aluminio, papel maché, telas, alambre y elementos reciclados, como madera quemada y hasta cáscaras de pistache. La mayoría de las piezas combina dos o más de estos materiales.

La exposición no tiene un título ni un texto curatorial que nos diga algo sobre ella, esto y su gran diversidad parecen explicar que no hay un discurso o tema en particular, aparte de exhibir el trabajo de los alumnos. Por otro lado, la mayoría de las obras son muy bien logradas, agradables a la vista. Algunas son parte de colecciones mayores, que no se exhiben completas en esta ocasión.

Esta exposición estará disponible hasta el último día del mes de julio, en los horarios habituales de la Casa Universitaria: lunes a sábado de 10:00 a 14:00 y de 16:00 a 18:00 horas.

Mirada universal, de Lorena Leticia Cisneros Vargas. Escultura con papel. 


jueves, 6 de junio de 2024

Las arañas y su encanto en el Cantinero Científico


 El miércoles 5 de junio, Día Mundial del Medio Ambiente, se celebró en el patio central de la Casa Universitaria una sesión más del Cantinero Científico, una actividad de divulgación de la ciencia auspiciada por la librería Carlos Fuentes. Esta sesión comenzó a las 18:00 horas en punto, con la asistencia de unas 20 personas.

El tema de esta ocasión fueron las arañas y las particularidades de su anatomía, sus superpoderes y su relación con otros seres vivos, incluyendo los humanos. Fue presentado por el biólogo Luis Fernando Limón Pelayo, quien tituló a su exposición Del monstruo terrible al animal comprensible; las arañas, ¿en verdad son tan terribles? Bajo este largo título hubo una intención de mostrar al mundo la verdad sobre estos animales y eliminar la mala imagen que tienen entre la gran mayoría de las personas.

La exposición comenzó con una definición de araña, lo cual no es poca cosa si tomamos en cuenta que se suele confundir a estos animales con otros: las arañas son esos animales que tienen cuatro pares de patas y los órganos llamados quelíceros y pedipalpos y carecen de antenas y alas. Las arañas están en todo el mundo, excepto en la Antártida, y en todos los ambientes, existen más de 52 mil especies registradas. Son seres que tienen una muy mala fama, derivada en buena medida por la mala información que existe alrededor de ellos.

Y, a propósito de la relación de las arañas con los humanos, el ponente mostró algunos datos del impacto que tienen ellas en la cultura: habló del origen de las arañas según la mitología griega, que narra el conflicto entre la gran tejedora Aracné y la diosa Atenea; la tarantela, el frenético baile con que los habitantes de Tarento, en Italia, se “curaban” de los efectos de la picadura de la tarántula; el origen del nombre de las tarántulas, arañas americanas a las que los españoles llamaron así al encontrarles semejanza con las arañas tarentinas… también, desde luego, analizó cómo es el papel que las arañas han jugado en el cine y la televisión, además de en caricaturas y videojuegos, casi siempre como villanas y bestias terribles. Para concluir con esta sección, el biólogo habló también de los pocos casos en que las arañas aparecen como personajes positivos, como en la novela La telaraña de Carlota.

En cuanto a su anatomía interna, además del sistema digestivo y el circulatorio y otros órganos que también tienen otros animales, las arañas cuentan con unos órganos llamados hileras, que solo ellas tienen y que les sirven para tejer sus telarañas. Cada hilera segrega un hilo que, unido al de las demás hileras, va formando la fibra con la que se teje la red que llamamos telaraña. Ésta es la herramienta con la que la araña caza, siendo el único animal, a decir del ponente, capaz de fabricar su propio instrumento de trabajo.

En cuanto a los superpoderes de las arañas, llamados así por el expositor, se trata de ciertas capacidades que tienen las arañas, como conocer su entorno y las posibles presas que se encuentren alrededor de ellas solo con la vibración que producen, desplazarse por la telaraña rápido y sin caerse y cazar a sus presas, aunque sean mucho más grandes que ellas. Esto lo logran gracias a su equipamiento: veneno, uñas en la punta de sus patas y vellos por todo el cuerpo. Porque las arañas son animales depredadores oportunistas, que también son capaces de vivir en lo que el ponente llama mutualismo con otras especies.

Las arañas, además de sus superpoderes, tienen otras características sorprendentes. Una de ellas es la variedad de formas que pueden tener: las hay muy pequeñas y más grandes que la palma de una mano, pero también las hay alargadas al extremo de poder tomar la forma de una ramita, las que se mimetizan con animales como hormigas, las que tienen colores que envidiaría un pavorreal o las que parecen tener espejos que reflejan la luz…

Por último, a pesar de que hay especies que son de importancia médica, capaces de causar la muerte a una persona, es también mucho lo que los humanos hemos tomado de ellas, comenzando por el concepto de red y los tejidos, además de sustancias que son útiles para la medicina. Por lo tanto, el biólogo Fernando Limón concluyó su ponencia llamando a cambiar la idea negativa que tenemos de las arañas y dejarlas vivir en paz, cumpliendo su función en el ecosistema.

miércoles, 5 de junio de 2024

Crónica de una jornada electoral en la escuela Paulino Navarro


 Según la placa que ostenta el monumento al general Lázaro Cárdenas que preside su patio, la escuela primaria Paulino Navarro del barrio de la Alameda fue inaugurada el 10 de diciembre de 1960, en aquella recordada visita a Autlán del presidente de la República Adolfo López Mateos. Sin embargo, don Ernesto Medina Lima menciona que la escuela se estableció en 1957. De cualquier forma, su fisonomía en aquellos años era algo distinta: ya estaba el monumento a Lázaro Cárdenas y el patio central, pero las aulas eran de un solo piso; el cancel de ingreso a la escuela era mucho más bajo y sencillo que el actual y la calle Casimiro Castillo, que corre frente a ella, todavía no era peatonal.

Esta escuela fue la sede de las casillas en las que los votantes de la sección 208 pudieron emitir sus sufragios en la jornada electoral del 2 de junio pasado. En tres de las aulas de la planta baja del edificio norte se colocaron las casillas básica y contiguas de esta sección, que abarca una parte de la zona centro-sureste de la ciudad: desde el barrio de la Alameda hasta Villas Taurinas y cuadras adyacentes.

A la casilla contigua 2 le fue asignado un bonito salón, que creemos que normalmente sirve a algún grupo de alumnos de primer grado, a juzgar por el tamaño de los muebles. Bien iluminado y ventilado gracias a sus grandes ventanas y a unos ventiladores de techo que ese domingo también trabajaron más que en un día normal, el aula contaba con testimonios silenciosos de su verdadera vocación: un librero empotrado en la pared del fondo, conteniendo libros para niños, coloridos y con dibujos atractivos; carteles con información didáctica útil para conocer las letras y sus sonidos y un mueble de madera con espacios para que los niños dejen ahí sus libros de texto y no los tengan que cargar hasta su casa. Los rótulos que ostenta cada uno de esos espacios y que personalizan su contenido también son un signo de los tiempos: nombres procedentes de otros idiomas, como Christopher o Jhosselin, alternan con los “cristianos” Martín o Rodrigo. Para completar, en el marco de una de las ventanas había frascos de vidrio con algodones húmedos en los que comienzan a germinar semillas de frijol, prueba de que los niños que ahí estudian ya están conociendo los fundamentos de la biología. Todo esto sin más lujo que el orden, el buen gusto y el ingenio de la maestra y los padres de familia.

Hasta ese lugar llegaron, pocos minutos antes de las 7:30 horas del domingo 2 de junio, este cronista y su esposa, cargados con la papelería y el material necesarios para que ahí se instalara la mencionada casilla, en la que serví como presidente. 612 boletas para cada una de las seis elecciones (presidente de la República, senadores, diputados federales y locales, gobernador y Ayuntamientos), actas, hojas de operaciones, útiles, urnas, las piezas para armar las mamparas, bolsas para guardar las boletas luego del conteo… una vez completa la mesa directiva, de la que formaron parte cuatro personas menores de 30 años, una de ellas viviendo apenas su primer proceso electoral, comenzamos con el armado de las urnas y de las mamparas y la colocación afuera del salón de los carteles informativos que nos proporcionaron el IEPC y el INE. Esto nos llevó más tiempo del que teníamos presupuestado, entre la inexperiencia de los funcionarios de casilla y lo endeble del material, que hacía difícil insertar, por ejemplo, las pestañas de las barreras de las mamparas en las ranuras de su base. Sin embargo, el proceso se completó satisfactoriamente, para comenzar a recibir a los primeros votantes hacia las 8:30 horas.

En ese momento comenzó un continuo desfile de ciudadanos que duraría poco más de nueve horas, prácticamente sin interrupción. Sin embargo, a excepción de algunos minutos en las primeras horas de la mañana, en que se formó una fila de más de 20 votantes, algunos de ellos ya impacientes, el resto del día no hubo aglomeraciones. En este proceso, los funcionarios nos enfrentamos a otra dificultad derivada de la mala calidad del material: las boletas para las tres elecciones federales sí contaban con la línea punteada que permite arrancarlas de los talonarios, aunque los puntos estaban tan mal marcados que era casi imposible arrancarlas a mano. Hubo que echar mano de las tijeras y de un cúter que una votante, que vio los trabajos que pasábamos, nos envió con su hija cuando ésta acudió a votar. Porque, claro, no solo introduciendo la boleta en la urna se demuestra la civilidad.

De esta forma fuimos recibiendo a los votantes, usando las bajitas mesas y sillas del salón. El ciudadano llegaba, se identificaba con su credencial para votar y, luego de verificar que no había votado antes y que sí aparecía en la lista nominal, se le entregaba su juego de boletas y pasaba a la mampara para emitir su opinión. El proceso transcurrió con tranquilidad y sin sobresaltos, en un ambiente que pasó de cierto nerviosismo a una franca camaradería y cordialidad entre todos los participantes en la jornada, sin algún asomo de conflicto. A las 18:00 horas en punto, al no haber votantes esperando para ingresar a la casilla, se dio por cerrada la votación e inició el conteo de votos, la parte culminante de la jornada.

Este conteo se realiza simultáneamente entre las elecciones federales y locales y consiste, a grandes rasgos, en la apertura de las urnas y la clasificación de las boletas que contiene, apilando en distinto sitio de una guía impresa que es entregada junto con el resto del material electoral a las que contienen votos para cada partido político y por cada una de las posibilidades que ofrecen las dos coaliciones que se registraron en esta ocasión. En total, más de diez pilas de boletas, para cada una de las seis elecciones. En un primer momento se clasifican y cuentan los votos para presidente y gobernador, luego las de senadores y diputados locales y, por último, las de diputados federales y Ayuntamientos. Los resultados de cada conteo son asentados por los secretarios en las hojas de operaciones y, finalmente, en las actas de escrutinio y cómputo.

Durante el conteo no hubo observaciones de los representantes de los partidos, por lo que todo transcurrió con relativa rapidez. La votación, como en todo Jalisco, fue diversificada, con claros ganadores en cada una de las seis elecciones, pero sin que los votantes de esta casilla aplicaran el llamado voto masivo. Luego del conteo de votos y del llenado y firma de las actas correspondientes y la colocación afuera de la escuela de los carteles con los resultados de la casilla, se cerró la jornada hacia la 1:30 del lunes. En total, se procesaron 334 sufragios, quedando 278 boletas sobrantes, que fueron canceladas por los secretarios. Hubo muy pocos votos nulos, la mayoría de ellos intencionalmente y solo un par por aparentes equivocaciones de los votantes. Uno de ellos, no teniendo suficiente con marcar un recuadro o dos, aprovechó sus boletas para dejar mensajes en los que protestaba contra la agroindustria jalisciense y contra el drama de la desaparición de personas. Uno de sus mensajes fue épico: “nuestros sueños no caben en sus urnas”.

Con todo y que fue una jornada de mucho trabajo y cierta presión y estrés, fue también una experiencia invaluable, que volvería a repetir si las autoridades electorales me lo volvieran a pedir. Acaso la tecnología pueda ayudar a mejorar en la velocidad y precisión del proceso, abriendo la posibilidad emitir el voto y llenar las actas de forma electrónica.

Dentro de ese salón de escuela primaria se reprodujo un principio de la política que no se limita a la simple emisión del voto: un equipo de desconocidos coordinamos nuestros esfuerzos y capacidades para alcanzar un objetivo común, aunque eso implicara postergar nuestros intereses particulares. De eso se trata.

martes, 4 de junio de 2024

Una conferencia sobre la familia Mares en el Capítulo Costa Sur BSGEEJ


 El sábado 1 de junio por la mañana, el Capítulo Costa Sur de la Benemérita Sociedad de Geografía y Estadística del Estado de Jalisco celebró su sesión ordinaria en el salón de usos múltiples del Museo y Centro Regional de las Artes. La parte pública de la sesión comenzó a las 11:15 horas, con la asistencia de 20 personas.

El anfitrión este mes fue Agustín Godoy Pelayo, quien presentó el trabajo La huella de la familia Mares y su paso por Autlán, en el que trató acerca de la profesora María Mares y sus antepasados, que llegaron a nuestra ciudad desde mediados del siglo XIX, y el trabajo que realizaron aquí. El primero de ellos en llegar a Autlán fue el pintor de iglesia y, luego, fotógrafo Bruno Mares, el padre de la profesora María, quien se estableció aquí en 1857, según el ponente. Bruno, a su vez, traería a su padre, el también pintor José María, de quien aún se conserva obra en Guadalajara, en el año 1867. Ambos trabajaron en Autlán haciendo pintura religiosa y, en el caso de Bruno, realizando también fotografía de estudio desde finales de ese siglo y hasta inicios del XX, aunque también produjo fotos en locaciones abiertas, en las que aparecían tipos y lugares del Autlán de esa época. Lamentablemente, esa obra fotográfica se ha perdido.

La mayor parte de la exposición estuvo dedicada a María Mares, de quien Agustín Godoy dio algunos datos que permiten precisar el conocimiento que se tiene de ella. Por ejemplo, aclaró que su nombre completo fue María de los Ángeles, con el que fue bautizada, por lo que en ocasiones se da una confusión con su hermana María del Refugio, también profesora. Esta parte de la conferencia consistió en un repaso por algunos de los alumnos más destacados de María Mares, que pasaron por la Escuela Superior para Niños que ella dirigió durante más de 20 años: el pintor Atanasio Monroy, el cineasta Alfonso Corona Blake, el ingeniero Rodolfo Godoy Ruiz, el filólogo Antonio Alatorre, el general Marcelino García Barragán, entre otros. De cada uno de ellos, el ponente mencionó sus principales méritos y, en su caso, el recuerdo de María Mares que ellos dejaron en entrevistas o escritos.

Los datos de la familia Mares que fueron expuestos en esta conferencia estuvieron sustentados en documentos y complementados con fotografías de la época, incluyendo retratos de los personajes mencionados y la familia Mares Germán.

En la sesión estuvo presente el señor Gabriel Lima Velásquez, quien fue alumno de María Mares y compartió, en la sección de preguntas y comentarios, algunos recuerdos de ella, como su férrea disciplina, su fuerte carácter y la forma de enseñar y mantener el orden entre sus alumnos.

sábado, 1 de junio de 2024

Proyectos agroecológicos del sur de Jalisco en la sesión mensual del Capítulo Juvenil Costa Sur BSGEEJ


 La noche del viernes 31 de mayo sesionó a través de la plataforma Zoom el Capítulo Juvenil Costa Sur de la Benemérita Sociedad de Geografía y Estadística del Estado de Jalisco, con la periodista Mayra Elizabeth Vargas Espinoza como anfitriona. La sesión comenzó a las 20:05 horas y tuvo la asistencia de diez personas.

La anfitriona expuso en esta sesión el trabajo Las mujeres de Jalisco que están salvando la tierra, producto de una investigación realizada por ella dentro del proyecto #NoSomosVíctimas, en el que reporteó seis casos de mujeres de municipios de las regiones Sierra de Amula y Sur de Jalisco que encabezan proyectos de agroecología. Este reportaje se llevó a cabo, con financiamiento de la Embajada de Suiza en México, para Alianza de Medios, un grupo de medios de comunicación mexicanos del que forma parte el autlense Letra Fría. Con este trabajo se pretende mostrar otro rostro de las mujeres, el de la fuerza y valentía y la capacidad de liderar proyectos productivos viables y que ayudan a cuidar el medio ambiente.

En el trabajo que expuso Mayra en esta sesión contó las historias de seis de estos proyectos, ubicados en cinco municipios de las regiones ya mencionadas, que reman contra la corriente de la agroindustria en el contexto de la consideración de Jalisco como gigante agroalimentario y la existencia de alimentos contaminados con agroquímicos en los mercados de la región. Son los proyectos de Herlen Quintero, del rancho El Casco, en la agencia municipal de Las Paredes, en Autlán, quien produce con su familia hortalizas, huevo, pescado y otros productos para autoconsumo y venta de excedentes, a partir del objetivo de cuidar la propia salud; Karla y Julieta, que trabajan la parcela escolar de la telesecundaria de El Mentidero, también en Autlán, que se estableció a partir del caso del hallazgo de agroquímicos en el cuerpo de niños de esa comunidad en 2019 para producir alimentos limpios de estas sustancias; el huerto orgánico de Ayuquila, en El Grullo, creado en 2020, en plena pandemia, que también sirve como terapia ocupacional para sus integrantes; la producción de Jamaica orgánica de doña Lidia en El Limón, cuya producción se distribuye principalmente en la cooperativa de El Grullo y que es demandada incluso por clientes del extranjero; el huerto orgánico de Maricela Rosales en Los García, municipio de San Gabriel, que nació de su necesidad de una ocupación que la sacara de la depresión en que había caído mientras vivía en Guadalajara y que ahora produce frutas orgánicas y, por último, la forma en que Modesta Guerra revivió un terreno muerto por el abuso en la aplicación de agroquímicos en el municipio de Gómez Farías.

De cada caso conocimos las motivaciones, retos, objetivos y resultados, además de las historias que hay detrás de cada uno de ellos. Nos enseñan que hay alternativas a las formas de producción convencionales, que pueden ser exitosas y que dejen a sus promotores más que solo una ganancia económica.