El acto comenzó con honores a la
Bandera, que se realizaron bajo la dirección del profesor Moisés Tapia Chagolla
y con la intervención de la escolta de Seguridad Pública y la banda de guerra
municipal. Enseguida el cronista municipal, Guillermo Tovar Vázquez, hizo una
semblanza del general Paulino Navarro, nacido el 22 de junio de 1891 en la
población de El Aguacate, entonces dentro del territorio del municipio de
Autlán, en la que enfatizó la raigambre autlense de este personaje: afirmó que
hay documentados antepasados suyos de hasta seis generaciones que nacieron en
Autlán. Dijo también que la familia de Paulino Navarro se avecindó en Autlán
desde la infancia del futuro general, quien aquí desempeñó varios oficios desde
su primera juventud, destacando su trabajo en la docencia: fue auxiliar de su hermana
Lucía en lo que hoy es el Instituto Autlense y se desempeñó como maestro en esa
escuela y en la de la profesora María Mares, antes de partir a la Costa de
Jalisco y, por fin, a la ciudad de Colima, donde estudió en la Escuela Normal
de ese lugar hasta conseguir el grado equivalente al bachillerato. En eso, llegó
la traición de Victoriano Huerta a Madero, momento en que Paulino Navarro
participó en protestas estudiantiles cuya represión lo obligó a salir de Colima
para enrolarse en el Ejército del Noroeste. Aquí comenzó su fulgurante carrera
militar que, aunque no llegó a diez años, sí tuvo momentos de gran relevancia,
como la investigación del asesinato de Pancho Villa y su participación en el
combate a la rebelión delahuertista, en la que encontró la muerte.
El cronista también hizo un
recuento de los momentos en que Autlán le rindió homenajes a Paulino Navarro,
mediante la imposición de su nombre a lugares públicos: la Alameda en 1924, el cambio
de nombre del municipio en 1939 y la inauguración de la escuela Paulino Navarro
en 1960, así como la instalación de su estatua en 1939, fruto del trabajo de un
comité ciudadano integrado por instrucciones del general Marcelino García
Barragán. Sin embargo, dijo, pasaron varias décadas en que Paulino Navarro cayó
en el olvido, convirtiéndose solo en un nombre de lugar público, hasta que
recientemente comenzó a retomarse la costumbre de recordarlo en las fechas de
su nacimiento y de su muerte. Por lo tanto, celebró que se organicen este tipo
de conmemoraciones e invitó a los asistentes, especialmente a los niños, a documentarse
sobre la vida de Paulino Navarro e imitar sus virtudes, de entre las cuales
consideró a la lealtad como la principal.
Enseguida, la profesora Olga Lidia Pelayo Corona leyó un poema de su propia autoría dedicada a Paulino Navarro, para luego ceder el micrófono a la regidora Claudia
Alejandra Galván García, en representación del presidente municipal, dio un
mensaje dirigido preponderantemente a los alumnos que asistieron esa tarde, en
el que llamó a “reflexionar sobre la historia de Paulino Navarro, a continuar con
su legado revolucionario” y a agradecer los servicios que prestó a la Patria,
desde la docencia y desde su carrera militar.
Honor a quien honor merece ! Que una vida ofrendada por la Patria… nunca quede en el olvido.
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