lunes, 25 de septiembre de 2023

Concluyó el Taller de Crónica con Sabor Autlense


 A lo largo de cuatro sesiones, que comenzaron el martes 29 de agosto y concluyeron el martes 19 de septiembre, se desarrolló en la Casa Universitaria un taller de crónica dirigido por Carlos Efrén Rangel García, profesor de Español y periodista, y por Guillermo Tovar Vázquez, cronista municipal de Autlán. Esta actividad llevó el nombre de Taller de Crónica con Sabor Autlense, aunque también tuvo un fuerte sabor grullense, y fue organizada por la sucursal en Autlán de la librería Carlos Fuentes.

Las sesiones no tuvieron una duración muy precisa, pero todas rondaron la hora y media, comenzando a las 16:30 horas. Tuvieron lugar el martes 29 y el jueves 31 de agosto y los martes 5 y 19 de septiembre y fueron eminentemente prácticas: a lo largo de las cuatro sesiones, pero también en su casa, los participantes en el taller fueron bordando una crónica bajo el tema general de “Lo que me gusta de vivir en Autlán o en El Grullo”. Carlos Efrén y Guillermo compartieron con los talleristas algunos datos, ideas y experiencias para abordar un tema con el fin de escribir una crónica, como la llamada “engorda” de ideas, el estímulo de los sentidos del lector a lo largo del texto, el manejo de diversas fuentes para fundamentar lo que se afirma en la crónica o el manejo de los personajes.

El taller incluyó sesiones en la Casa Universitaria y una visita al jardín Hidalgo, en la que el cronista municipal habló de momentos históricos y personajes que han sido protagonistas en la vida de este sitio, esto con la finalidad de dar elementos a los talleristas para los trabajos de redacción de su crónica. En la sesión final, la del 19 de septiembre, tres de los talleristas compartieron el avance de sus crónicas, tres magníficos textos sobre la vida cotidiana en Autlán y El Grullo pero también sobre memoria familiar, mudanza y adaptación a un nuevo lugar de residencia, atmósferas y costumbres ya perdidas.

Patricia Pérez hizo una crónica titulada Te vas a hacer globera, sobre el cambio en su vida cuando se mudó a vivir a El Grullo luego de casarse: la rivalidad entre los pueblos, las costumbres y dinámica social de su pueblo adoptivo, la música, el cooperativismo y el cambio que todo esto operó en su conciencia sobre el sentido del término “pueblo globero”. Un argumento en contra de la rivalidad y a favor de la cooperación y el trabajo conjunto.

Claudia Vargas, con una crónica titulada Recuerdos de mi infancia, recorrió las calles de Vicente Guerrero y Guillermo Prieto, describiendo las casas, las familias, el ambiente y las costumbres del centro de Autlán en la todavía no tan lejana década de 1980, pero que ya han cambiado radicalmente. Aparecen ahí la casa de la profesora Magdalena Arias, la soberbia arquitectura de las casas de la calle de Guillermo Prieto, las fiestas patronales y la estentórea voz del padre Larios, el enorme árbol que estaba en el jardín Constitución y las travesuras de los zanates que habitaban en él.

Rubén Figueroa, en su crónica El nino Félix, recordó el oficio de alfalfero, que desempeñaba su abuelo y que él vivió de cerca, junto con sus primos, en El Grullo. El autor menciona el carretón, las mañanas frías en el campo de alfalfa y el reparto de los entregos, el pan dulce y los juegos en los caminos vecinales, los chapuzones en el canal y el carácter del nino Félix, para describir de forma entrañable un oficio ya extinto pero que dejó una huella en toda una generación.

Los tres cronistas coincidieron en que esta fue su primera experiencia escribiendo crónica. A juzgar por la buena calidad de sus textos, creemos que será el inicio de una muy buena producción, que dejará un testimonio de la vida en nuestro valle.

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