Pedro Vargas Ávalos en el uso de la voz. |
A El Grullo, que este 13 de
diciembre cumple 110 años como municipio, acudieron cronistas de los municipios
de Atemajac de Brizuela, Autlán de Navarro, Teuchitlán, El Limón, Zapotlán el
Grande, Unión de Tula, Etzatlán, Tuxpan, Tenamaxtlán, Cuautitlán de García Barragán,
Tlajomulco de Zúñiga, Villa Guerrero, Atenguillo y Zacoalco de Torres, casi
todos con acompañantes. En total, asistieron unas 40 personas, la mayoría visitantes
de otros municipios.
Para la inauguración del Congreso
fue instalado un nutrido presídium en el que figuraron el presidente municipal
de El Grullo, Milton Cárdenas Osorio; la secretaria general de ese municipio,
Vanessa Ramírez; el jefe de gabinete, Ignacio Tello; los regidores Gloria Ayala
y Filiberto González; el director de Turismo, Edgar Cobián Bautista; el
cronista municipal, Ignacio Gómez Zepeda; el presidente de la Asociación de Cronistas,
Pedro Vargas Ávalos; y el vicepresidente, Carlos Martín Boyzo Nolasco.
Pocos minutos después de las
10:30 horas el presidente municipal de El Grullo abrió las actividades del
Congreso con un mensaje de bienvenida, en el que habló de la importancia del
trabajo del cronista, que “mueve fibras” y hace sensibles a los habitantes del
municipio a saber y amar la historia. Este trabajo, dijo, sirve para recuperar
el tejido social.
Enseguida, el presidente de la
Asociación habló del proceso de erección del municipio de El Grullo, población
que “siempre aspiró a lo grande”, desde que era una hacienda. Pidió al
presidente municipal que hiciera justicia a los personajes importantes de la historia
de El Grullo, como Porfirio Corona, imponiendo su nombre a alguna calle o
espacio público porque, dijo, la memoria debe permanecer vívida.
Para terminar los mensajes preliminares,
el vicepresidente de la Asociación recordó sus amistades y vínculo con El
Grullo, para enseguida entregar al presidente municipal copia de los
expedientes de la erección del municipio y de la declaratoria de ciudad,
obtenidos del archivo histórico del Congreso de Jalisco.
El segundo momento del Congreso
fue la entrega de preseas a cronistas destacados, de la siguiente forma:
Milton Cárdenas, Pedro Vargas y Gabriel Michel. |
Gabriel de la Asunción Michel
Padilla, cronista de El Limón, recibió la presea Fray Antonio Tello, habiendo
leído su semblanza el cronista de Cuautitlán, Abel Vargas Ávalos.
El cronista de Zacoalco de Torres,
Salvador Encarnación, recibió la presea Luis Pérez Verdía; su semblanza fue
leída por el cronista de Zapotlán, Fernando G. Castolo.
Pedro Vargas y Fernando Castolo con el reconocimiento a Enrique García González. |
También se entregó un
reconocimiento al cronista de Teocuitatlán de Corona, Enrique García González, “por
su destacada trayectoria y aportaciones en pro de la crónica” de su municipio. Don
Enrique no pudo asistir al Congreso, debido a su avanzada edad, y el
reconocimiento fue entregado al cronista de Zapotlán.
Estos cronistas se han destacado
por la cantidad y calidad de sus publicaciones y por un largo camino andado en
la investigación y difusión de la historia y la cultura de sus municipios.
El tercer momento del Congreso
fue la exposición de ponencias de diversos temas, en el siguiente orden:
Carlos Boyzo e Ignacio Gómez Zepeda. |
El cronista de El Grullo, Ignacio
Gómez Zepeda, presentó 110 años de la creación del municipio de El Grullo,
trabajo en el que establece el origen de la historia de esta población en 1825,
cuando el hacendado Pedro Michel Corona formó parte del primer Congreso de
Jalisco. En realidad, esta exposición fue un recorrido por momentos importantes
en la historia grullense, con menciones del Plan de Zacate Grullo, promulgado
en la casa grande de la hacienda el 13 de diciembre de 1864 por los
republicanos, encabezados por Antonio Rojas; la elevación de El Grullo a
comisaría de policía en 1895, dependiente de El Chante, y a comisaría política
en 1900; la integración del primer Ayuntamiento; la elección del primer gobierno
municipal de oposición, en 1948, y las dificultades que tuvo que sortear. El cronista
dijo que el momento más importante en la historia de El Grullo fue la visita
del presidente Miguel Alemán y la petición que se le hizo de construir la presa
de Tacotán, culminada en 1958, que permitió la irrigación y desarrollo del
valle de Autlán y el cultivo de algodón, melón, caña de azúcar y la llegada del
ingenio Melchor Ocampo. Por último, afirmó que El Grullo está ahora en su mejor
momento.
Sones jaliscienses. |
Luego de esta presentación vino
una intervención del ballet folclórico del Centro Cultural Regional de El
Grullo, cuyos grupos infantil y mayor presentaron bailes del siglo XIX, a ritmo
de vals y otros géneros de la época y con vestuario de chinacos. En los siguientes
números presentarían piezas de la Revolución, como Marieta y Adelita
y, por último, sones jaliscienses.
Carlos Boyzo y Fernando Castolo. |
La siguiente ponencia fue del cronista
zapotlense Fernando G. Castolo, titulada Zapotlán y sus gobernantes,
consistente en un recorrido por la historia de Zapotlán el Grande desde la
integración de su primer Ayuntamiento, el 19 de junio de 1813. El cronista
afirmó que, a la fecha, son 179 personajes los que han gobernado Zapotlán desde
entonces, entre los que destacó a José Mariano Fernández de Castro, médico
zacatecano que fue el primer presidente municipal; el gabrielense Félix Montes
de Oca Santana; Alberto Cárdenas Jiménez, quien llegaría a gobernador de Jalisco,
y Francisco Villanueva, quien construyó la actual Presidencia. Dijo que la
historia juzgará las acciones de estos presidentes, pero se dijo convencido de
que, por lo menos, tuvieron sobre sus espaldas un peso muy grande, gobernando
sociedades cada vez más complejas.
Carlos Boyzo y Salvador Encarnación. |
El cronista de Zacoalco, Salvador
Encarnación, presentó el trabajo La viruela en Zacoalco de Torres. Una enfermedad
muy triste, realizado en coordinación con sus alumnos de la preparatoria de
su municipio, donde es profesor. Habló de las distintas epidemias de viruela
que ha padecido Zacoalco, con las características y daños que causó cada una:
muertes, deformaciones, destierros, inhumación de personas moribundas, casos
desgarradores de deshumanización ocasionados por el miedo a la enfermedad. Sus alumnos
y él recolectaron historias con ancianos de la comunidad que nos fueron
compartidas: el origen de la expresión popular “Toma tu atolito”, que se dice a
quien recibe un golpe o daño cualquiera y que era lo que les decían los sepultureros
a los moribundos que eran sepultados y pedían atolito para hacer notar que aún
no morían; remedios caseros para las pústulas que, en algunos casos, provocaron
ceguera en niños; primitivas vacunas inoculando la pus de personas enfermas… en
resumen, un vistazo al drama y dolor con que se han vivido otras epidemias en nuestro
Estado.
Ángel Pinedo. |
En el siguiente turno Ángel
Pinedo, cronista honorario de Villa Guerrero, presentó los libros Cenizas de
la Cristiada y Estirpe sacerdotal de Totatiche, ambos de Esteban
Valdés Salazar, cronista de Totatiche. El primero de ellos es una relación “de
los cuatro mil muertos cristeros” de todas las regiones en que se desarrolló
esta guerra, mientras que el segundo es una historia del seminario de
Totatiche, auxiliar del de Guadalajara y que se convirtió en un centro de
difusión de la cultura en la región Norte de Jalisco. En él estudiaron
personajes como Luis Sandoval Godoy y José León Robles de la Torre.
Gabriel Michel. |
Enseguida, el cronista de El
Limón, Gabriel Michel Padilla, expuso El desplome demográfico en el valle de
Autlán. 1525-1550, que comenzó llamando la atención sobre los pueblos
descritos como despoblados en el mapa de la Nueva Galicia conocido como “la
pintura”, enviado en 1550 a España. Esa descripción sería una evidencia de la
pérdida de población de los asentamientos indígenas después de la Conquista,
que en muchos casos osciló entre el 70 y el 90%. El cronista comparó dos
fuentes que describen las poblaciones del valle, el acta de la visita de Francisco
Cortés de San Buenaventura de 1525 y la relación de Lorenzo Lebrón de Quiñones
de 1550, que muestran el descenso de población indígena en el valle, explicado
por Quiñones en la pérdida de tierras, los trabajos forzados y las epidemias, además
de que los indígenas sobrevivientes se negaban a reproducirse para evitar que
sus hijos quedaran en la misma situación de servidumbre. Para finalizar, el
ponente se preguntó si han cambiado las cosas, a medio milenio de distancia: habló
del desastre de San Gabriel en junio de 2019, ocasionado por la deforestación
de las tierras altas de San Gabriel; del monocultivo de caña de azúcar, de la
contaminación por pesticidas en lugares como El Mentidero, el trabajo infantil
y la explotación de las minas por extranjeros.
El cronista de Autlán, Guillermo
Tovar Vázquez, presentó el libro Cartas de lo anómalo. Crónicas autlenses
del año de la pandemia, escrito en coautoría con Carlos Efrén Rangel. Se trata
de la recopilación de cartas que los autores se intercambiaron semanalmente
durante el año 2020, en las que comentan los acontecimientos cotidianos de ese
año en Autlán y la región, además de asuntos como política, historia y cultura
popular de Autlán. El cronista dijo que uno de los principales aportes de este
libro será el testimonio de la vida en Autlán en el año en que se declaró y se
vivieron los momentos más angustiantes de la pandemia, por lo que se convertirá
en una fuente para futuros investigadores.
Cristina Ruiz. |
La última ponencia del Congreso
27 estuvo a cargo de la cronista de Unión de Tula, Cristina Ruiz Santana, quien
hizo una presentación sobre la presa de Tacotán, ubicada dentro de los límites
de ese municipio. Luego de compartir algunas características físicas de la presa,
habló de su historia, comenzando desde el siglo XVIII, cuando se fraccionó la
hacienda de San Clemente, siendo Tacotán una de sus estancias. Ésta quedaría, tiempo
después, en manos de Dolores Palomar, luego de un nuevo fraccionamiento en el
siglo XIX. La ponente también narró las excavaciones que se realizaron en la
cuenca de la presa, en las que se hallaron restos humanos antiguos y piezas
arqueológicas, por lo que “perdimos parte de la historia y ganamos otra”. Afirmó
que la presa funcionó por poco tiempo como hidroeléctrica, además de abastecer
a la agricultura del valle de Autlán mediante el sistema de riego establecido
en la década de 1960.
Muchas felicidades por su ardua labor por conjuntar las cónicas que es historia en hora buena.
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