viernes, 25 de marzo de 2022

Cuarta jornada del Festival de Poesía Antonio Alatorre 2022

Jorge Souza.

 El domingo 20 de marzo concluyeron los trabajos de la segunda edición del Festival de Poesía Antonio Alatorre, con una serie de lecturas de poesía. La asistencia no fue mucho mejor que en la jornada anterior, apenas unas diez personas, y las actividades comenzaron a las 11:05 horas en el salón de usos múltiples del Museo Regional.

La primera actividad se tituló Charla con Jorge Souza, en la que el poeta ganador del Premio Jalisco en 2015 habló brevemente de la poesía, que ha estado presente en su vida desde la infancia, de los talleres literarios de su juventud y las reuniones de poesía aderezada con vodka o vino. Leyó enseguida algunos poemas propios de diferentes épocas, bajo la premisa de que “es posible que mi voz les diga algo de lo que somos”. Sobre la poesía, ya al final de su intervención, afirmó que es una construcción lingüística muy fina, que permite traer a nuestra realidad lo que el lenguaje cotidiano no ha podido.

Felipe Angulo y Gregorio Lewis.


Enseguida comenzó una lectura de poesía de Gregorio Lewis, un poeta bostoniano radicado en Tepoztlán y que, según afirmó, se siente mucho mejor en México que en los Estados Unidos, lugar donde sufrió abusos en su familia. Bajo el título La vida inicia en México, Lewis leyó poemas escritos en inglés, con la traducción simultánea de Felipe Angulo, del comité organizador. La obra de este poeta habla de su conflictiva historia de vida, de su adaptación a otra cultura y el abandono voluntario de su país, con títulos como Mala madre, Soy un alien, Hay tanto amor dentro de mí que duele o La primera vez que recé lo hice desnudo.

Jesús Medina.


El tercer turno fue para el maestro Jesús Medina, tapatío pero avecindado en Autlán desde 1994, donde es catedrático del Centro Universitario de la Costa Sur. Él habló del movimiento literario que se desarrolló en la primera mitad de la década de 1990 en el sector Hidalgo de Guadalajara, en el que participaron estudiantes de la facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Guadalajara (entre quienes se encontraba él) y jóvenes vecinos de los barrios bajos de ese sector. Habló de las lecturas informales en el Pinos Bar o el foro Jim Morrison, la editorial independiente Alimaña Drunk que publicó plaquetas de autores jóvenes, algunos de los cuales siguen en activo y convertidos en personajes importantes de las letras jaliscienses, como Raúl Ramírez o Lalo Quimixto. Estas investigaciones, dijo, podrían servir para investigaciones sociológicas o literarias.

El maestro Medina leyó enseguida algunos poemas de su libro Pescados vivos que peces fueron, publicado por la Secretaría de Cultura de Jalisco: Esos son, Certeza, Homenaje en do menor, Sangre de toro en la plaza (de los primeros de sus poemas “autlenses”), Fanfarrias estridentes de San Juan de Dios, entre otros.

Miguel Asa.


Para cerrar la jornada y el festival el poeta y promotor de la poesía Miguel Asa, iniciador del movimiento Por favor, lea poesía, hizo un performance bajo el título Ululayo, en el que, en tono provocador habló de la poesía como forma de comunicación superior. Miguel improvisó prosa poética, algunos de cuyos pasajes los dijo a pocos centímetros de la cara de algunos de los asistentes, propinando una como bofetada verbal.

Dicho esto los organizadores clausuraron el festival, con la promesa de realizar en julio próximo la premiación del concurso que convocaron con meses de anticipación y que no pudieron celebrar dentro del programa del festival, como estaba anunciado.

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