Esta primera jornada de la semana
cultural comenzó a las 19:21 horas, en un acto presidido por Esdras López Mundo,
director de Cultura del gobierno de Autlán, en representación del presidente municipal;
Óscar Ruizesparza, de FCTH, y Armida Briseida Maldonado Rubio, una de los
artistas cuya exposición se inauguraría minutos después. Cada uno de ellos dio
un mensaje de agradecimiento, a organizadores, asistentes y empresa taurina.
A las 19:31 fue inaugurada
formalmente, por el director de Cultura, una exposición de pintura y fotografía
de tema taurino, con obra de las pintoras Armida Maldonado, Carmen Domínguez y
Eugenia Vargas y de los fotógrafos Álvaro Ramírez y Gustavo Pelayo. En total,
24 pinturas y 30 fotos, montadas en el salón de usos múltiples, mismo sitio
donde se desarrolló toda la actividad de esta jornada.
Luego de la inauguración, los
organizadores de la semana cultural le rindieron un homenaje a Jesús Oliva
Madrigal, el personaje que desde hace 45 años se ha encargado de pintar las
farolas que caracterizan al Carnaval de Autlán y que podemos ver lo mismo en
los desfiles de anuncio del Carnaval o del Entierro del Mal Humor, en los
desfiles que también se llaman farolas o en los convites, anunciando las
actividades que se realizarán en el Carnaval o expresando mediante la
caricatura las inquietudes de los autlenses y los temas que se encuentran en la
discusión pública.
Jesús Oliva también dio un
mensaje, luego de recibir un reconocimiento. Explicó que el oficio de rotulista
de las farolas es un trabajo que, aunque se le paga, lo hace de corazón, y le
fue heredado nada menos que de don Jaime Gómez Vázquez, cuya faceta de rotulista
estuvo siempre eclipsada por la de director de la Banda Autlán. Don Jesús
recordó también a otros personajes importantes dentro de las tradiciones
carnavalescas autlenses, como don Cliserio el piponero. La farola, dijo, es un
cubito de madera que representa a Autlán y su problemática.
La última parte de la jornada fue
la exposición titulada Festejo y Evolución. El Carnaval de Autlán en tres
momentos históricos, a cargo del cronista municipal de Autlán, Guillermo
Tovar Vázquez. Él inició su intervención explicando que la premisa de este
trabajo es que el Carnaval, como todas las tradiciones y, en general, todas las
actividades humanas, es objeto de un cambio constante. Para ejemplificar este
cambio, describió cómo fueron los Carnavales autlenses de tres épocas: la
República Restaurada y el Porfiriato, las décadas de 1930 y 1940, inmediatamente
después de la apertura de la carretera a Guadalajara, y las últimas décadas del
siglo XX, cuando el Carnaval comienza a diversificarse. De cada una de estas
etapas mostró cuáles fueron las principales actividades, cómo era la
organización del Carnaval y los cambios que de una a otra se fueron operando:
pérdida de elementos, como los gremios, nacimiento de otros, como la plaza
Alberto Balderas, y cambios profundos en otros, como los recibimientos.
La exposición del cronista estuvo
basada en documentos que se encuentran en el Archivo Histórico Municipal, en
crónicas y prensa de las diferentes épocas. Entre los datos que se expusieron estuvo
un acta del Ayuntamiento de Autlán de febrero de 1867 en el que se tratan
asuntos de la organización del Carnaval, las comisiones que se conformaban en
el comité organizador del Carnaval en los años 1930, entre las que había para
conseguir madera para la plaza o la contratación de toreros, y el momento en
que nacieron elementos como el programa cultural o los conciertos masivos.
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