lunes, 28 de marzo de 2022

Música y danza De nuestra tierra

Valses de don Ernesto Medina Lima.

 El pasado viernes 25 de marzo, luego de casi dos años y dos semanas de confinamiento y restricciones para prevenir contagios en el contexto de la pandemia, el Aula Magna del Centro Universitario de la Costa Sur volvió a abrir sin límite de aforo y sin otra medida de prevención que la aplicación de una sustancia desinfectante en las manos de los asistentes. Este paso adelante en la vuelta a la normalidad pasó casi inadvertido para quienes acudimos al espectáculo de esa noche, dentro de la Agenda Cultural 2022 A del CUCSur pero, si bien nadie lo mencionó, sí que fue aprovechado: la sala registró una asistencia de poco más de tres cuartas partes de su capacidad.

Y no era para menos, puesto que el anuncio del evento de esa fecha prometía: se trató del espectáculo de danza y música titulado De nuestra tierra, bajo la dirección general de Orlando Israel Ramírez Ramírez y con la participación del ballet La Grana, la chirimía López Peña y músicos autlenses y de la licenciatura en Artes del CUCSur. Fue un repaso por la obra de músicos y compositores de la región, interpretada por el ballet La Grana y por los músicos participantes. Una celebración de la identidad autlense a través de las artes. Para redondear la experiencia, en la pantalla que se encuentra al fondo del escenario se proyectaban imágenes relacionadas con la música: videos de pájaros coa o martín pescador, una escena de lo que podría ser una sala de baile porfiriana o paisajes urbanos autlenses de la primera mitad del siglo XX.

El primer número correspondió al grupo infantil del ballet La Grana, que bailó las canciones Smooth y Black Magic Woman, de Carlos Santana, reproducidas con pistas grabadas. Por cierto, al inicio hubo que lidiar con los problemas del equipo de sonido de la sala, que en forma de zumbidos, cortes y dificultades para reproducir las pistas aparecen constantemente en eventos celebrados aquí.

Don Ernesto Medina Lima estuvo presente esa noche, en su faceta de compositor musical. El joven pianista autlense Daniel Michel Hernández tocó en vivo los valses 15 primaveras y Lena para que el ballet La Grana ejecutara a su ritmo las coreografías diseñadas por Guadalupe García y Orlando Ramírez. De Clemente Amaya escuchamos el vals Lencha y la marcha Viva Autlán, interpretados por los profesores Carlos Guadalupe Morán al acordeón y Jaime Gabino Gómez al piano, dos de los mejores músicos autlenses en activo. Bajo las notas salidas de sus instrumentos el ballet La Grana bailó unas coreografías diseñadas por su director, Orlando Ramírez.

Sonata para violín y piano.


Hermilio Hernández es considerado el compositor autlense más importante de todos los tiempos, ganador del Premio Jalisco 1953 por una de sus obras, Cantata de Adviento, y un innovador en la composición de música con formas clásicas. Por eso no podía quedar fuera de este recorrido musical: su Sonata para violín y piano fue interpretada por los profesores Konstantin Ziumbilov al violín y Mauricio Allera al piano, cuyos compases fueron acompañados por el ballet con la ejecución de una coreografía de Elisa Anaid Godoy Pérez.

El son de la coa.


El último compositor local cuya obra apareció en escena fue el maestro Salvador García Ruvalcaba, quien ha escrito letras de sones dedicados a animales de la región, con intenciones de educación ambiental. De él se escucharon, grabados por el Mariachi Grullense, los sones Mulato, La coa y Martín Pescador, bailados por el grupo mayor del ballet con coreografía de Azucena Medina y Orlando Ramírez.

Con la chirimía López Peña.


La segunda parte del evento contó con la participación en vivo de la chirimía López Peña, que entró al escenario tocando los entrañables y carnavaleros papaques, para enseguida interpretar Plan de la Villa y el Son de la Chirimía, compuesto por los integrantes de este dueto tradicional y cuyo análisis fue parte de las actividades del pasado Día Municipal de la Chirimía. Estas dos últimas piezas fueron bailadas por el ballet, como zapateado el Plan de la Villa y como una representación de las fiestas de Carnaval la segunda. Con un zapateado sobre tarima de madera, el grupo infantil bailó La vaquilla, también interpretada por la chirimía, que se despidió tocando El cihualteco.

Para terminar la velada el ballet La Grana bailó su cuadro Autlán costumbrista, con música de corridillas y sones populares en la primera mitad del siglo XX. Se trata de uno de los cuadros más gustados del ballet, en el que se representan elementos de la vida cotidiana del Autlán de hace un siglo: las serenatas dominicales en el jardín o en los llanos del Coajinque, las rivalidades entre barrios y la música popular.

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