domingo, 10 de enero de 2021

El doctor Nabor de Niz expuso Historias del tiempo

La persistencia de la memoria, de Salvador Dalí. Imagen tomada de Historia Arte.

 La mañana del sábado 9 de enero el capítulo Costa Sur de la Benemérita Sociedad de Geografía y Estadística del Estado de Jalisco celebró mediante la aplicación Google Meet su primera sesión del año 2021, con el doctor Nabor de Niz como anfitrión. Con la asistencia de unas 15 personas, la exposición del doctor comenzó a las 11:00 horas.

La exposición del doctor Nabor, de casi una hora de duración, comenzó remontándose a los inicios de la Humanidad, cuando el Homo sapiens alcanza un desarrollo intelectual suficiente para tener conciencia de sí mismo y de su entorno. A partir de entonces descubriría también el tiempo, a partir de la observación de la luz y el movimiento y de los ritmos de los cuerpos celestes. El doctor mostró enseguida algunas definiciones de tiempo, según distintos diccionarios, y la estrofa de un poema de Renato Leduc, famoso por rimar cuatro versos con la palabra tiempo, que no tiene otra en el idioma español con la que pueda rimar.

Según la exposición, el hombre comenzó muy temprano a buscar una forma de medir y registrar el paso del tiempo, en periodos adaptados a las necesidades de la vida civil y religiosa: desde la colocación de monolitos, como los de Stonehenge y Aberdeenshire, de aproximadamente 8 mil años de antigüedad, hasta la creación de calendarios más complejos, como el sumerio o el egipcio. El doctor Nabor dijo que la mayoría de las civilizaciones han organizado el tiempo basándose en los movimientos del sol y la luna (los famosos calendarios lunisolares), para dividirlo en horas, días, meses y años.

Por cierto, el doctor De Niz explicó por qué en los calendarios y relojes actuales no se utiliza el sistema decimal sino el sexagesimal: esto viene desde la civilización sumeria y se debe a que la circunferencia de la esfera, de 360°, es divisible entre seis, lo que facilitaba la medición del paso del sol por el cielo. Explicó enseguida algunos de los calendarios que ha utilizado la Humanidad, como el chino, que es uno de los más complejos, y el maya, uno de los más exactos.

El doctor profundizó más en el calendario romano, origen del que se utiliza actualmente en todo el mundo. Creado por Rómulo, según la tradición, este calendario constaba originalmente de diez meses de 29 días, 12 horas y 44 minutos, a los que se agregaron después dos meses extra, januarius y februarius. Su punto de partida era la fundación de Roma.

Para el siglo III se estableció el calendario cristiano, basado en el romano pero usando el nacimiento de Cristo como punto de partida. Esta fecha se estableció, por Dionisio el Exiguo, el día que siguió al 31 de diciembre de 753 del calendario romano. Enseguida, el expositor narró la historia de este calendario y su evolución: el añadido de un día cada cuatro años a partir de octubre de 1582, convirtiéndose en el actual calendario gregoriano, que fue extendiéndose paulatinamente a través del tiempo hasta que, en la actualidad, es usado en todo el mundo por lo menos en el ámbito comercial, aunque algunas culturas, como la china y la judía, tengan el suyo propio.

En la parte final de su exposición, el doctor Nabor explicó el funcionamiento de algunos artefactos para la medición del tiempo. Comenzó con el sextante que, aunque ya no se usa en la navegación profesional, sí se enseña su uso en las escuelas navales y sirve para determinar la posición en el globo de una embarcación, midiendo la altura del sol. Nos mostró también los relojes de sol, de agua y de arena, con sus características particulares.

En el artefacto que se detuvo más el expositor fue el reloj de pesas y péndulos, una maravilla del ingenio humano que permitió medir el tiempo sin los inconvenientes de los anteriores aparatos. Luego de una explicación detallada del funcionamiento de su mecanismo, su fuente de energía y los cuidados que debe tener, nos mostró imágenes del mecanismo del famoso Big Ben de Londres y del reloj astronómico de Praga, basados en este sistema. Pero, lo que más llamó la atención fueron las imágenes y explicación de la historia del reloj público de Autlán, que el pasado 1 de enero cumplió 120 años de su inauguración y que estuvo colocado originalmente en la añorada torrecilla. Su traslado a su nueva sede requirió, por cierto, seis meses de trabajo para desarmarlo y volverlo a armar en el nuevo lugar.

El mantenimiento del reloj autlense, que fue adquirido a la compañía La Esmeralda, correspondiente en México de la alemana Hauser Zivy y Compañía, está a cargo del señor Luis Ernesto Robles. El reloj obtiene su energía de tres cilindros, de los que penden pesas de 110 kilos cada una.

La exposición cerró con la explicación del paso de la tecnología de estos relojes de pesas y péndulos a los relojes portátiles y algunos datos curiosos: el reloj centesimal desarrollado enel siglo XVII por un relojero francés y que constaba de un día de 20 horas de 100 minutos, cada uno de ellos de 100 segundos; el balazo de Julián Medina al reloj del Palacio de Gobierno de Guadalajara, entre otros.

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