viernes, 17 de agosto de 2018

Luce cada vez más deteriorado el Mural de los Toreros Ilustres

Alberto Balderas con telarañas.

El 9 de febrero de 2013 se inauguró, en un edificio de propiedad municipal ubicado en la calle de Mariano de la Bárcena, a unos metros de la entrada de sombra de la plaza de toros Alberto Balderas, un Museo de los Toreros Ilustres. Para su inauguración se montó una muy interesante exposición de arte y objetos taurinos que estuvo disponible durante poco más de una semana, mismo tiempo que tuvo de vida el museo.
El edificio volvió poco después a cumplir con las funciones de oficina para el que fue diseñado (las hay ahora de la subsecretaría de Planeación del gobierno del Estado, de la CONAFOR, del Colegio de Arquitectos y otras). Lo único que quedó del museo fue el Mural de los Toreros Ilustres, pintado en este lugar por el artista español Javier López Fernández, Canito, cuya obra es reconocida en todo el mundo taurino.

Dedazos.

Al desaparecer el museo, el espacio donde se montó la exposición pasó a convertirse en un vestíbulo y sala de espera para las personas que acuden a hacer trámites a alguna de las oficinas. El mural quedó al fondo de este vestíbulo, sirviendo ahora como decoración. El problema es que el mural no tiene protección alguna ni ha sido tratado como la obra de arte que es sino precisamente como un mero objeto decorativo: presenta huellas de suelas de zapatos en su parte inferior, seguramente colocadas ahí por quienes se recargan en el mural, telarañas con polvo acumulado en la parte superior, rayas hechas con lápiz y tinta en distintos lugares y hasta rastros de cinta adhesiva en la parte derecha, recuerdo de algún letrerito informativo, quizás sobre la ubicación de los baños.

Manchas diversas.

El mural tiene valor por tres motivos, por lo menos: la calidad de su manufactura, el nombre de su autor y la supuesta vocación taurina de Autlán, que debería tenerlo como uno de sus atractivos. Solamente por ese valor el Ayuntamiento de Autlán debería tomar interés en preservarlo y darle el mantenimiento necesario y aún difundir su existencia y promover que sea visitado. La actual administración municipal ya no hizo nada de esto, esperemos a ver qué hace la próxima.

Huellas de zapatos.

Huellas de cinta adhesiva.

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