miércoles, 18 de septiembre de 2013

María Josefa Contreras


Es ya un lugar común decir que los diferentes asuntos de la vida no son de color blanco o negro, sino que tienen matices que los individualizan y hacen necesario analizarlos profundamente antes de emitir un juicio sobre ellos. Eso pasa, por ejemplo, con los participantes en una confrontación: sus protagonistas no solo son antagonistas entre sí sino individuos de carne y hueso con ideas y sentimientos propios.
Uno de los personajes más interesantes de los que participaron en la guerra de Independencia en nuestra región fue la señora María Josefa Contreras, esposa y compañera del cabecilla insurgente Ignacio Sandoval quien, entre otras cosas, atacó tres veces a Autlán y otra a Colima, antes de ser derrotado en la batalla de Palo Blanco, cerca de Tecolotlán. Aprehendida en la villa de Colima, a la señora Josefa se le siguió un proceso por su participación en el bando insurgente, en el que sirvieron de testigos varios españoles que habían sido prisioneros de su marido.
Según los documentos dados a conocer por el cronista Carlos Boyzo en su libro La Independencia en la Región de Autlán y Costa de Jalisco (por cierto, ya agotado), uno de los testigos de su proceso fue el cura de Ayutla don Juan José de Agraz, quien la acusó de haber vertido “muchas expresiones incendiarias y duras” contra el gobierno virreinal, un delito grave en el momento histórico que se vivía.
En cambio, hubo muchos testigos españoles que hablaron a favor de doña Josefa, por haberles salvado la vida o haberles ayudado incluso a recobrar la libertad gracias a los ruegos y peticiones que le hizo a su marido, aun exponiéndose a maltratos y humillaciones.
El español Eulogio Corral, por ejemplo, declaró que “habiéndolo querido degollar Sandoval por haberse pasado en la gavilla de éste, que el declarante era emisario del Rey, la dicha reo lo libró de esta desgracia y aún de que le pusieran dos pares de grillos. Que lo dicho acaeció en Autlán de la Grana donde se hallaba el que declara…”
Y como este, Boyzo exhibe diez testimonios por el estilo, donde María Josefa Contreras aboga por la libertad o la vida de prisioneros españoles, aunque fuera ella misma partidaria de los insurgentes.
Entonces, ni todos los insurgentes mataron españoles indiscriminadamente ni todos los vecinos españoles odiaban tanto a los rebeldes como para no testificar a favor de ellos. Lo mismo puede aplicarse, con toda seguridad, en cualquier otro conflicto.

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