lunes, 18 de agosto de 2014

Los restos del acueducto de Ayutita

El acueducto cerca de su arranque en el arroyo de Ayutita.

El abasto de agua para Autlán es un problema que data del Virreinato. Como escribimos aquí el año pasado, los autlenses del siglo XVIII solucionaron parcialmente este asunto trayendo agua desde el arroyo de Ayutita, al norte del pueblo, mediante un acueducto de piedra, que se terminó de construir en el año de 1727, según cuenta don Rubén Villaseñor Bordes. Ya en el pueblo, el agua se distribuía mediante pilas ubicadas en lugares estratégicos.
Desde hace tiempo este acueducto está en desuso, aunque hay versiones de que todavía corría agua por él hace unos cuarenta años. Con el tiempo han ido desapareciendo tramos de esta obra, primero dentro del pueblo (las pilas dejaron de utilizarse hace mucho) y después también en su tramo que corre en despoblado, entre el arroyo de Ayutita y la esquina de las calles de Capaya y Lázaro Cárdenas, donde hasta el año pasado estaban en pie todavía los arquitos que le dieron el nombre al popular barrio del norte de Autlán y sobre los que corría el acueducto.
La mañana de este domingo nos dimos a la tarea de buscar los tramos todavía existentes del acueducto, partiendo desde el fraccionamiento Castellón hacia el norte. Esto fue lo que encontramos:

A unos veinte metros del arroyo de Ayutita, cerca del camino que comunica esta población con Autlán, hay restos de lo que parece ser el primer tramo del acueducto, que corre a ras del suelo, como se ve en la foto que aparece al inicio de este artículo. La parte más cercana al arroyo está enterrada en una arena fina, probablemente traída por las crecientes. El tramo que todavía se conserva aquí está cubierto por maleza y es utilizado para conducir un tubo de PVC con el que presumiblemente se distribuye agua a los sembradíos cercanos. La parte visible de este primer tramo no supera los diez metros, aunque hay que decir que se encuentra en relativamente buenas condiciones; sus piedras no parecen estarse desprendiendo y el canal que conducía el agua permanece en buen estado.

Antes de llegar al fraccionamiento Castellón.

Siguiendo este tramo hacia el sur, la línea por donde pasaba el acueducto ahora conforma la colindancia trasera de los terrenos que están sobre el camino. Hacia el sur ya no encontramos más restos del acueducto, hasta unos 100 metros antes de llegar al fraccionamiento Castellón. Aquí el acueducto sigue en pie, todavía casi a ras del suelo y también en relativamente buenas condiciones, como se ve en la foto anterior. Ya entrando al fraccionamiento Castellón se observan algunos tramos más, aunque con cortes en algunos terrenos y sirviendo como cimiento a algunas fincas. De hecho, prácticamente todas las construcciones que hay a espaldas de este fraccionamiento utilizan el pequeño muro que sostiene al acueducto, de menos de un metro de altura, como cimiento, como se puede ver en la foto.

El acueducto sirve como cimiento a este muro.

Último tramo del acueducto.


Después del fraccionamiento encontramos el primer tanque de almacenamiento de agua que, según una inscripción que se puede ver en una de sus esquinas, probablemente fue construido en 1967. Desde aquí corre otro tramo del acueducto, sobre un muro ya de más de un metro de altura que sirve también como límite de una vivienda, para perderse definitivamente antes de llegar al lugar donde antes estuvieron los arquitos y donde ahora se levanta una construcción que permanece en obra negra, misma que aparece en la siguiente imagen. Este último tramo del acueducto es el más llamativo y accesible a la vista, por su altura y cercanía con la calle de Capaya.

Junto a estos árboles se encontraban los arquitos.

Los pocos restos que quedan de este acueducto, que tiene un gran valor histórico, están todos dentro de propiedad privada y depende de la voluntad de sus dueños el que sigan existiendo, aparte del interés que los autlenses demostremos por conocerlos y conservarlos.

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