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| De izq. a der.: Claudio Velázquez, Guillermo Tovar, Servando Ortoll y Fernando G. Castolo. |
El primer momento de la velada
fue un mensaje de la profesora Armida Briceida Maldonado Rubio, directora del
recinto, quien expresó un agradecimiento a quienes han ayudado a que el Palacio
del Arte siga vigente y enriqueciendo la vida cultural de Autlán. Enseguida, el
violinista Leonardo Barba Cuéllar interpretó la pieza A mi manera.
La presentación comenzó al
terminar esta interpretación y se desarrolló bajo la moderación de Claudio
Eduardo Velázquez Barajas, profesor de Historia en la Escuela Preparatoria
Regional de Autlán y en otras instituciones. Él presentó a los comentaristas y
al autor del libro, con breves semblanzas curriculares, e hizo un comentario
general sobre Victoriano Huerta y cómo este libro arroja luz sobre este
personaje.
El primer comentario sobre el
libro estuvo a cargo del cronista de Zapotlán el Grande, Fernando G. Castolo,
quien compartió algunas citas sobre Victoriano Huerta tomadas de diversos sitios
web, todos con una opinión muy negativa. Afirmó que el libro de Ortoll tiene
dos troncos narrativos: uno sobre la vida de Huerta y otro sobre los pormenores
de la intervención estadounidense a México en 1914, durante el gobierno de este
militar. Dijo que encontró su lectura cautivadora y que amó a Huerta en su
papel de defensor de la soberanía nacional, enfoque de su administración
gubernamental que desconocía hasta antes de leer este libro, del que destacó la
amenidad de su lectura y le dejó la lección de la necesidad de hurgar en
documentos de primera mano y abordarlos de manera crítica.
El segundo comentario fue del cronista
de Autlán, Guillermo Tovar Vázquez, que comenzó con una reflexión sobre la
humanidad de los personajes históricos, a los que la historia oficial convierte
en héroes o villanos sin matices, pero que en realidad fueron personas con
luces y sombras como lo somos todos, produciendo pasajes fabulescos que
encadenan hechos heroicos con derrotas honrosas. Dijo que el papel de los historiadores
es precisamente el de aclarar estos acontecimientos y ofrecer una versión más
completa de la personalidad de quienes los protagonizaron, a fin de que todos
conozcamos mejor nuestro pasado común y estemos en la posibilidad de tener una
opinión propia. Sobre el libro, dijo que es producto de la investigación de Servando
Ortoll en archivos de América y Europa, a los que tuvo que acudir ante la
inexistencia en México de fuentes accesibles sobre Huerta, a pesar de tratarse
de un oficial de alto rango, presidente de México y clave en un momento crucial
de nuestra historia. Dijo que en el libro no se exonera a Huerta, pero si se
deja claro cuál fue su verdadera posición al frente del país y durante la
Decena Trágica, así como el contexto político nacional e internacional en esos
días.
Servando Ortoll cerró la
presentación con un mensaje en el que aseguró que pretendió lograr con esta investigación
a un Victoriano Huerta de carne y hueso y recordó las enseñanzas de
historiadores como Sigmund Diamond y John Womack sobre el periodo de la Revolución
Mexicana. Dijo que Huerta tuvo una personalidad muy compleja, siendo un
destacado militar con amplios conocimientos de ingeniería y no solo el asesino
que pasó a la historia oficial. Aunque Huerta también cometió asesinatos, Ortoll
dijo que no hay pruebas de que mandara asesinar a Madero y Pino Suárez, por lo
que afirmarlo es una especulación. En cuanto a la creación del personaje de
Huerta como un chacal, dijo que tuvo que ver con la intención de Carranza de
trascender como un héroe más relevante que Madero, al vencer a alguien peor que
Porfirio Díaz. El libro, afirmó su autor, es producto de su afán por acercarse
cada vez más a la verdad.
Dicho esto, el moderador
compartió algunas conclusiones de los comentarios, de donde destacó la amenidad
de la lectura del libro, la humanidad de los personajes históricos y el uso de
las fuentes primarias para la reconstrucción de un relato histórico.
Enseguida se abrió una sesión de
preguntas y comentarios abundante en felicitaciones al autor del libro y a la directora
del Palacio del Arte por su aniversario, aunque también se expusieron preguntas
sobre el pasaje de la historia de México en que Huerta estuvo vigente: quién
asesinó a Madero, cuál fue la historia de la muerte de Belisario Domínguez,
cuál fue la necesidad de acudir a archivos sudamericanos para contar la historia
de Victoriano Huerta, si éste merece un juicio más justo por la historia o cuál
fue la relación de Huerta con Paulino Navarro, a los que el autor respondió con
amplitud. Algunos asistentes también compartieron comentarios: hubo quien dijo
que sí hay archivos sobre Victoriano Huerta en el Archivo General de la Nación,
recuerdos de la presencia de Huerta en el cine y la literatura mexicanos y la
afirmación de haber logrado una visión más amplia de este personaje luego de la
lectura del libro.

