Foto de Andrea Tovar. |
Además de la conferencia Serpientes
venenosas de Autlán, dictada por Héctor Alejandro Estrada Carrillo en el Aula
Magna la mañana del jueves, el sábado 15 de julio estuvo a disposición del
público una exposición de serpientes vivas, en el jardín Hidalgo. De hecho, es
la segunda exposición de este tipo que se realiza ahí, luego de que en 2022, durante
el primer festival, se realizara la primera de ellas. Tanto la conferencia como
la exposición y las actividades complementarias de ésta, fueron organizadas por
el grupo Herpetco, en colaboración con el gobierno municipal.
Como ocurrió el año
pasado, la exposición se montó en el costado norte del jardín. Ahí se
dispusieron unos toldos y unas mesas sobre las que los organizadores colocaron
vitrinas con los ejemplares que los varios cientos de asistentes pudimos
conocer de cerca; acompañando a las serpientes estaban algunos miembros del
grupo organizador, que lo mismo levantaban y prestaban a quien quisiera tomarlos
a los ejemplares no venenosos que daban completas explicaciones sobre sus
características y hábitos y, con gala de paciencia, contestaban a las preguntas
de los profanos: efectos del veneno, qué hacer cuando vemos una serpiente en
nuestra casa, cómo evitar un encuentro si andamos en el campo…
Así conocimos (o nos volvimos
a encontrar, ahora sin miedo) a la culebra lira o chata (Salvadora mexicana),
al tilcuate (Drymarchon melanurus), a la culebra verde ratonera (Senticolis
triaspis), a la ilamacoa (Boa sigma), la falsa coralillo (Lampropeltis
polizona), la falsa nauyaca (Trimorphodon tau) y la ojo de gato (Hypsiglena
torcuata), todas ellas comunes de ver en Autlán e inofensivas para los
humanos. Había otras serpientes inofensivas pero que no se encuentran en Autláncon
facilidad, como otra ojo de gato (Leptodeira maculata) y la escombrera (Pseudoleptodeira
latifasciata). Todas estas estaban a disposición del público, que podía
manipularlas y acercarse a ellas, bajo la supervisión de los organizadores.
En la sección de las
serpientes venenosas había dos serpientes de cascabel (Crotalus basiliscus)
y una zolcuate o cantil (Agkistrodon bilineatus), ambas fáciles de
encontrar en Autlán, no solo en el campo sino también dentro del pueblo. Los
organizadores nos explicaron que las dos especies tienen veneno capaz de matar
a un ser humano, aunque sus características son distintas: la de cascabel
afecta al tejido muscular y la del zolcuate, además, al sistema nervioso
central. Según experimentos que se han realizado, el veneno de la segunda tiene
también un efecto mucho más rápido. Estas serpientes, desde luego, no podían
ser tocadas.
Dentro de los mismos
toldos en que se realizaba la exposición se desarrolló un taller de dibujo de
serpientes, en el que participaron niños, jóvenes y adultos: aprendieron a identificar
algunos patrones en las escamas de los distintos tipos de especies, las
diferencias en la forma de la cabeza o de los ojos, entre algunos otros
elementos útiles a la hora de dibujar un animal de este tipo.
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