miércoles, 16 de noviembre de 2022

“Sombras sin decir adiós” en el Aula Magna


 Enfermos por todas partes y el ayer se diluía.

 

En la historia de la Humanidad, algunas generaciones han sido marcadas por algún suceso de trascendencia global: las guerras mundiales, el inicio de la globalización, la Guerra Fría… a la nuestra le ha tocado vivir una pandemia, el desarrollo de una enfermedad desconocida que obligó a la gente a cambiar sus hábitos y sus relaciones interpersonales, dejando una huella que acaso sea permanente.

La pandemia, su impacto y las transformaciones a la vida cotidiana fueron el motivo para Sombras sin decir adiós, el primer proyecto interdisciplinario producido en la licenciatura en Artes, cuya primera generación ya alcanza el quinto semestre. La obra, que incluye música, danza, pintura, video y teatro, surgió a partir del poemario La verdad es lo único que no cambia, del maestro Jesús Medina García, de próxima presentación, que fue la base sobre la que se compuso todo el material de la obra.

El lunes 14 de noviembre, por la noche, Sombras sin decir adiós fue estrenada en el Aula Magna del centro cultural José Atanasio Monroy, por profesores y alumnos de la licenciatura en Artes y personal invitado. Con la asistencia de unas 350 personas, la función comenzó a las 19:15 horas.

La obra está dividida en tres partes, relacionadas con la etapa inmediatamente anterior a la descripción del COVID-19, con el periodo de incertidumbre y miedo de la época de mayor incidencia de contagios y, al final, un recuerdo para quienes se fueron sin que pudieran ser despedidos por sus amigos y familia. Por medio de música y danza y con el apoyo visual de dibujos, pinturas o videos proyectados sobre la pantalla del fondo del escenario (insisto, todo compuesto especialmente para esta obra) los espectadores recordamos el fin de año de 2019, con la alegría consumista propio de la época (“qué ironía, lo que vendría”); pasamos en el segundo acto a una recreación del miedo, la incertidumbre y el dolor por la muerte de personas queridas, sin el consuelo mínimo de la despedida, que caracterizó a la peor etapa de la pandemia; y recordamos con sentimiento a los fallecidos y a sus familias al final de la obra.



El hilo conductor de la representación lo lleva el personaje de un médico medieval, con su capa y su máscara intimidantes, que aparece entre las actuaciones del resto de los artistas recitando algunos de los versos del poemario, con reflexiones sobre cada etapa de la pandemia.

El director artístico de la obra, Mauricio Allera Malo, dijo al terminar la representación que fue un reto integrar a un equipo tan grande y diverso en criterios e ideas para el proceso de creación a partir de un poema.

El personal que intervino en este proyecto interdisciplinario es el siguiente:

Mauricio Allera Malo, director artístico.

Jesús D. Medina García, autor del poema.

Mauricio Allera, César Gómez y Germán Santana, compositores.

Silvestre K´anil Díaz Landeros, actor.

Mauricio Allera, César Gómez y Germán Santana, Dani Becerra, Mayra González y Alfredo Mardueño, músicos intérpretes.

Artes escénicas: Nora Pérez (responsable), Aarón Alvarado, Jair Anguiano, Yuri Cardona, Delia Dávila, Eduardo Flores, Melany García y Juliana Moreno.

Artes plásticas: París Valle (responsable), Lorena Leticia Cisneros, Ximena Díaz, Ana Araceli Galindo, Judith Huitrón, Alexis Landín, Dulce Pérez, Nora Pérez, Jazmín Rodríguez, Gabriela Valdivia, Andrea Vargas, Brenda Vargas.

Eric Chávez y César Gómez se encargaron del diseño gráfico, video, animación e iluminación.

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