domingo, 29 de mayo de 2022

Con una nota nostálgica terminó la V Semana Cultural Ernesto Medina Lima


 La última ponencia de la V Semana Cultural Ernesto Medina Lima del Capítulo Costa Sur de la Benemérita Sociedad de Geografía y Estadística del Estado de Jalisco tuvo lugar en la sala de cine de la Casa Universitaria el domingo 22 de mayo, día del 15 aniversario luctuoso de este personaje, fundador del Capítulo. Y llevó una nota nostálgica, pero no solo en el título.

Esta última actividad estuvo a cargo de Martha Florentina Corona Santana y llevó como título Nostalgia: la torrecilla y el reloj. Su presentación comenzó con un comentario sobre la importancia que tiene, medio siglo después de su destrucción, la torrecilla del reloj como símbolo de Autlán, a pesar de que la mayoría de los habitantes actuales del pueblo no la conocimos.

Enseguida, Martha invitó a los asistentes a ubicarse, mediante su imaginación, en el centro de Autlán en el siglo XIX: ahí estaban la parroquia, la Plaza de Armas (hoy jardín Hidalgo) con su kiosco de madera, la uniformidad arquitectónica… ya instalados aquí, conocimos la historia de los relojes públicos de Autlán, reconstruida a partir de documentos que se encuentran en el Archivo Histórico Municipal y de datos publicados por el doctor Rubén Villaseñor Bordes: en el año 1848 los señores Bernardo Zepeda y María Teresa Michel solicitaron al párroco José Antonio Macías que se gestionara la compra de un reloj público, con el fin de evitar el gasto de tres pesos mensuales que se pagaba a un campanero para que tañera las campanas cada hora. El reloj se gestionó con efectividad: el 2 de agosto se turnó la solicitud a la mitra y a finales del mes el aparato ya estaba en Autlán.

Para instalarlo, nos cuenta Martha, se construyó una segunda torre en la parroquia, cuya existencia se sabe con certeza gracias a un inventario levantado por el párroco Amador Velasco en 1896 que dice: “teniendo solamente de ladrillo las dos torres”. Esta segunda torre se mandó demoler el 18 de abril de 1907, por estar en ruinas.

Para ilustrar mejor lo que dicen los documentos, Martha recurrió a la edición de fotografías: mostró una imagen moderna de la parroquia a la que le agregó una torre con su reloj. Este mismo truco sirvió para que viéramos el aspecto del edificio de la Presidencia Municipal antes de la construcción de la torrecilla del reloj, que se decidió en sesión de Ayuntamiento del 24 de agosto de 1899 y sería inaugurada el 1 de enero de 1901.

La ponencia terminó con una exhibición de fotografías de la torrecilla desde distintos ángulos, que sirvió de base para observar y comentar los cambios en la fisonomía de la ciudad que han ocurrido en las últimas décadas y que, en su mayor parte, han significado una pérdida en nuestro patrimonio edificado. De ahí la nota nostálgica…

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