domingo, 6 de marzo de 2022

Conferencia “Identidad y carácter del son, el jarabe y la canción”

Juan Pablo Alvear.

 Este sábado 5 de marzo sesionó en Autlán la delegación Jalisco del Instituto de Investigación y Difusión de la Danza Mexicana, institución que tiene como objetivos la investigación, preservación y difusión de las danzas tradicionales mexicanas. Tiene su domicilio social en Chilpancingo, Guerrero, aunque su origen se remonta a Guadalajara, en octubre de 1972, cuando surge la idea de crear este instituto en una reunión de maestros de folklore. Está organizado en delegaciones estatales, que sesionan cada mes.

Al término del orden del día de la sesión, tuvieron lugar un par de actividades abiertas al público, en el Aula Magna del Centro Universitario de la Costa Sur. La primera de ellas fue la conferencia Identidad y carácter del son, el jarabe y la canción, a cargo del investigador Juan Pablo Alvear. Ésta comenzó a las 18:50 horas, con la asistencia de unas 50 personas, casi todas asistentes a la sesión del Instituto.

El ponente comenzó su exposición hablando de los niveles de percepción de las obras de arte: la forma, que es la que se percibe de manera más fácil, y el fondo, originado en la realidad humana. Comenzó enseguida un repaso histórico por el desarrollo de las formas musicales tradicionales del Occidente: desde el canto y la danza prehispánicos, relacionados entre sí por ser actividades rituales, pasando por el sincretismo entre estas manifestaciones y las de la España mudéjar, proceso que ocurrió gradualmente. Citando a Jesús Jáuregui, describió la macro región del mariachi, ubicada originalmente entre San Blas y Manzanillo y que se ha ido expandiendo a otras regiones aledañas.

Dicho esto, el profesor Alvear habló por separado del son, el jarabe y la canción. En cuanto a los sones, habló de las diferencias vocales, de instrumentación y de ejecución musical en las distintas regiones de la ya mencionada macro región, originadas principalmente por las diferencias climáticas y de disposición de recursos: puso el ejemplo de los sones de la Costa Sur de Jalisco, cantados en un tono más agudo que los sones serranos, debido a que en un clima cálido es más fácil levantar el paladar blando, técnica de canto que permite el paso del aire, alcanzando notas más altas.

El expositor también ofreció una explicación sobre algunos conceptos de teoría musical, como pulso, ritmo, patrones o birritmia, que facilitaron la comprensión de las diferencias musicales entre los sones de diferentes regiones. Sobre esta forma musical, dijo que va más allá del divertimento, al cantarlo y bailarlo se “hace rito”, se actualiza algo que sucedió hace siglos. Para terminar este tema, mostró algunas diferencias musicales entre sones antiguos y modernos, entre las que se encuentran la velocidad de la música y la extensión de las letras.

Sobre los jarabes, dijo que ya se tocaban en España antes de la Conquista, el origen del nombre de esta forma musical estaría en el idioma árabe (xarab) y significaría “mezcla de yerbas”. Su origen estaría en las seguidillas y fandangos españoles mediante una mezcla de diferentes sones, tomando las partes más bailables de cada uno, según los autores Salas y Pauletto. Sobre el Jarabe tapatío dijo que la primera referencia que se tiene es que se bailó en el Coliseo de la ciudad de México en 1790, misma época en que Europa vivía su periodo romántico. El Jarabe tapatío fue usado como una representación de la nacionalidad mexicana en los años de la Intervención Francesa, fue como un “himno de la unidad nacional”.

La canción es, explicó el profesor Alvear, una estructura de compás menos rígido, que ya existía mucho antes de la Colonia. A diferencia del son y el jarabe, no está hecha para ser zapateada y tiene que ser libre en su estructura y ejecución. Los mariachis modernos, mencionó, cada vez tocan menos sones y más boleros rancheros (canciones).

Tierra y libertad.


Al terminar la conferencia el grupo folklórico Tierra y libertad, de El Salto, bajo la dirección del profesor Javier Juárez González, ofreció una presentación que comenzó con el cuadro Sonajeros de Tuxpan. Esta vez, a diferencia del viernes, la danza se ejecutó con música en vivo, a cargo del pitero Cándido Martínez, de Tuxpan, lo que contribuyó a que la presentación y la experiencia del público fueran más completas.

El grupo también bailó algunos sones antiguos y contemporáneos, como El tezmo, El armadillo, La negra y, como despedida, Guadalajara, para pasar de esta manera a clausurar las actividades del Instituto en Autlán.

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