domingo, 13 de febrero de 2022

Se celebró en Autlán un Encuentro Regional de Cronistas

Un aspecto de la mesa 1.

 Organizado por el Archivo Histórico Municipal, entre el 11 y el 12 de febrero pasados se desarrollaron en el auditorio Hermilio Hernández de la Casa de la Cultura los trabajos del Encuentro Regional de Cronistas Sierra de Amula y Costa Sur, teniendo como tema general el de las fiestas de cada municipio.

El presidente municipal de Autlán, Gustavo Robles Martínez, declaró inaugurado el encuentro a las 10:09 horas del viernes 11, luego de dar un mensaje a los cerca de 100 asistentes, dando la bienvenida a los visitantes de otros municipios y, dirigiéndose a los alumnos de secundaria que se encontraban presentes, habló de la importancia de la historia para conocer el origen de nuestra comunidad, así como de la obligación de las generaciones para conservar la memoria colectiva. A este siguió otro mensaje, ahora el cronista de El Grullo, Ignacio Gómez Zepeda, en representación de Pedro Vargas Ávalos, presidente de la Asociación de Cronistas Municipales del Estado de Jalisco, quien ponderó la importancia de Autlán en la historia de la región, diciendo que quien quiera conocer la historia de cualquiera de los municipios de esta parte del Estado tendrá que conocer antes la historia de Autlán. El acto de inauguración fue presidido por los personajes ya mencionados, además del regidor Miguel Ángel Santana González, el director de Cultura Esdras López Mundo, el jefe del Archivo Histórico César Hernández y el cronista de Autlán Guillermo Tovar. Entre el público hubo alumnos de las secundarias Manuel López Cotilla, Autlán y Jesús Velázquez.

En el encuentro presentaron ponencias cronistas de 12 municipios de las dos regiones ya mencionadas, repartidos en tres mesas. El viernes se desarrollaron las dos primeras mesas, de las que enseguida compartimos un resumen de las exposiciones:

Mesa 1, moderada por la maestra Carmina Rosario Villaseñor López:

Gabriel de la Asunción Michel Padilla, de El Limón, abrió las actividades del encuentro presentando su libro Diligencias de Zacapala. Esta presentación comenzó con unos comentarios del cronista Guillermo Tovar sobre la importancia del pueblo de Zacapala a lo largo del periodo virreinal y su decadencia en el siglo XIX, que concluyó con su total despoblamiento. Enseguida don Gabriel habló de los orígenes de Autlán e hizo una relación de documentos del siglo XVI sobre nuestro pueblo, concluyendo con el litigio desatado por Bernardino de Sámano al solicitar merced de tierras en las inmediaciones del pueblo de Zacapala, en el valle de Autlán. En este litigio, que enfrentó entre los años 1591 y 1592 a los indígenas de Zacapala y Amilpa con el español Sámano, tuvo un lugar señalado el alcalde de Autlán, Gonzalo Velázquez de Lara, quien se preocupó por que los indios tuvieran traductor para defenderse. El cronista de El Limón consideró que en Autlán se le debe algún nombre de calle a este alcalde, que verdaderamente veló por los intereses de sus gobernados.

Sergio Ochoa Ramírez, de Tecolotlán, presentó el trabajo Fiestas patronales de san Agustín y santa Rosa de Lima, que comenzó haciendo una semblanza de cada uno de estos santos, de los que existe la creencia popular y errónea de que eran esposos. Dijo que no hay certeza del origen de esta fiesta en Tecolotlán, aunque actualmente se juntaron ambas el día 28 de agosto, día de san Agustín, recorriendo la de santa Rosa, que es el día 30. Actualmente es un novenario que comienza el día 20, con peregrinaciones y carros alegóricos que implican competencia entre los diferentes barrios. El cronista describió las particularidades de las diferentes peregrinaciones, así como algunas actividades que se desarrollan alrededor del novenario: un desayuno que se ofrece a los hijos ausentes el 28 de agosto, día en que además se presentan todos los carros alegóricos que peregrinaron cada día, donde los ejidatarios llevan una milpa con elote como ofrenda. Cada noche hay serenata en la plaza principal, juegos mecánicos, kermesse y otras distracciones. La ponencia terminó con la escucha de una canción, compuesta por el cronista, sobre Tecolotlán y los hijos ausentes.

María Cristina Ruiz Santana, de Unión de Tula, presentó el tema Fiestas de fundación. Para comenzar, explicó cómo hasta bien entrado el siglo XIX todos los pueblos de la región tenían vínculo con Autlán, a donde había que trasladarse para cualquier trámite o servicio, con todas las incomodidades y peligros que eso implicaba. En ese contexto se da el proceso de fundación de Unión de Tula por las familias que llevaban los apellidos Topete, Villaseñor, Lazcano y Arriola, proceso que culminó el 28 de mayo de 1821. La toponimia del nuevo pueblo se compone por la palabra Unión, en referencia a una de las tres garantías, y las iniciales de los cuatro apellidos: TVLA, pronunciado Tula. La cronista habló del origen de las fiestas populares de la Unión, en los herraderos organizados por el hacendado Roberto Moreno, a principios del siglo XX. Las fiestas por el aniversario de la fundación habrían comenzado en 1921, para celebrar el centenario, en las que hubo toros de once, recibimientos y corridas de toros. La fiesta no tuvo continuidad debido a la situación de inseguridad en la década de 1920 pero se retomó en la década de los ´40, con una nueva interrupción a partir de 1947. El 28 de mayo de 1971 se establece de manera fija la celebración de la fundación, que se realiza hasta la fecha. En 1991 la celebración se relanza con un sentido más histórico, gracias a la ayuda de la historiadora María de la O Castellanos, con los nombres de los fundadores ocupando un lugar principal. Para terminar, la ponente describió las fiestas del bicentenario, en 2021: pase de lista de los nombres de los fundadores, lectura del acta de fundación, el recorrido de una antorcha desde Ixtlahuacán (origen de la Unión) hasta Unión de Tula y fiestas populares.

Antonio Gil Peña, de Atengo, presentó Un encuentro de fe: Romería Tenamaxtlán-Atengo. Luego de una descripción geográfica de Atengo, el cronista describió la imagen de Nuestra Señora de la Natividad, originaria de Michoacán y traída al pueblo por fray Diego Serrano en 1598. Esta imagen, dijo, originalmente era de la virgen de la Concepción, pero se cambió de advocación para no chocar con la del vecino Tenamaxtlán. En 1615 surgió la tradición de llevar la imagen en peregrinación a los pueblos vecinos, para recolectar fondos para la construcción del templo de Atengo. Cuando ya no fue necesaria la recolección, la imagen siguió siendo llevada a Tenamaxtlán, para llevar consuelo en tiempos de peste y otras calamidades; luego de cambiar de fechas en diferentes épocas, se estableció definitivamente la llevada luego del Corpus Christi, durando la visita en Tenamaxtlán tres meses. Luego de exhibir parte de un documental sobre la tradición de esta romería, que solo ha dejado de realizarse durante la Guerra Cristera y en el año 2020, el cronista comentó que es triste que este elemento no se haya “explotado” como un atractivo turístico para todo el año.

 

Parte de la mesa 2

Mesa 2, moderada por el cronista Guillermo Tovar Vázquez:

Fabiola Nuño Jiménez, de Cuautla, presentó la ponencia La vida religiosa de Cuautla, que comenzó con una semblanza histórica breve de su municipio. Relacionó enseguida las festividades religiosas que ocurren en Cuautla. La más importante es la del patrono Santo Santiago, en la parroquia de Cuautla, que tiene un origen bélico, como en otros lugares de España y América y se celebra con peregrinaciones y carros alegóricos que tienen la particularidad, con respecto a otros municipios, de llevar un 70% de su superficie adornada con arreglos florales y, en lugar de representaciones de escenas bíblicas, llevan imágenes religiosas entronadas.la fiesta se celebra entre el 16 y el 25 de julio, hay albas, repiques, serenatas y pirotecnia.

Otra fiesta religiosa de Cuautla tiene lugar en el punto conocido como Talpita, un par de kilómetros antes de llegar a la cabecera. Es uno de los lugares con mayor significado para los cuautlenses, en él hay una ermita con la imagen de la virgen de Talpa y es un sitio de descanso para los peregrinos que van a ese santuario. La ponente mencionó que hay dos versiones sobre el origen de esta ermita: la supuesta aparición de “bultos”, producto de muertes violentas ocurridas durante la Guerra Cristera; la otra dice que un grupo de peregrinos se detuvo ahí por cansancio y, al decidir ya no continuar hacia Talpa, la mismísima virgen se les apareció para animarlos a seguir su camino.

La ponente también refirió las fiestas de Tierras Blancas, dedicadas al Santo Niño de Atocha el último domingo de enero y que incluye una peregrinación desde Cuautla; y las de Tototlán, donde se celebra a san José entre el 17 y el 19 de marzo con peregrinaciones, carros alegóricos, serenatas y fuegos artificiales.

Alberto Velasco Morales, de Tomatlán, habló del Patrono Santo Santiago de ese municipio, que se celebran entre el 17 y el 25 de julio con misas, peregrinaciones por la mañana y por la tarde, visita del obispo, fuegos artificiales y serenatas. Los dos últimos años se suspendieron las fiestas, que solo se celebraron dentro del templo. La exposición incluyó una nutrida cronología histórica de Tomatlán desde 1624, fecha de construcción del templo, pasando por la constitución de cofradías, visitas obispales, la impronta de personajes como el liberal Pablo Ríos, el sacerdote José María Cleofas Corona o el párroco Candelario Cisneros.

Ignacio Gómez Zepeda, de El Grullo, presentó Fiestas religiosas de la virgen de Guadalupe. Su exposición arrancó con un panorama de los pueblos del valle a la llegada de los españoles y una breve cronología de El Grullo, desde la fundación del rancho de Zacate Grullo en 1785, la construcción del templo y el cementerio en 1893 y el inicio ese año de las fiestas patronales, que incluyen diez días de peregrinaciones, misas y toros. Al referir la historia de las fiestas en El Grullo dedicó un pasaje a comentar la relevancia del empresario Sergio Corona Blake para darles relevancia, llevando a los toreros y artistas más importantes en la escena nacional y propiciando una época de oro que culminó en la década de 1980, con su muerte. Dijo que a partir de entonces ha bajado la calidad de las fiestas profanas y el fervor de las religiosas, a las que ya solo acuden niños y viejitos. “Estamos esperando el surgimiento de nuevos valores” que propicien un renacimiento de las fiestas de El Grullo, concluyó.

 

El sábado 12 de febrero se llevó a cabo la segunda jornada, comenzando a las 10:25 horas, con la asistencia de unas 30 personas, incluyendo a alumnos de la secundaria Manuel López Cotilla. El orden de las ponencias fue el siguiente:

En la mesa 3


Mesa 3, moderada por el maestro Carlos Guadalupe Morán Bautista:

Miguel Gómez Arreola, de Tenamaxtlán, presentó 483 años de vida religiosa en Tenamaxtlán, en la que hizo una descripción geográfica del municipio y una explicación de la toponimia, derivada de tres cerros a los alrededores de la cabecera que forman un como tenamaxtle, una formación de tres piedras sobre las que se colocan los alimentos al fuego. El cronista hizo una relación histórica de Tenamaxtlán, pueblo fundado en 1538, y una descripción de su organización religiosa durante el virreinato, dependiente de la guardianía de Cocula. Refirió enseguida los atractivos turísticos, como el templo de Santo Santiago, la piedra “respondedora”, algunas casas particulares “tipo museo”, entre otros. Sobre las fiestas y tradiciones, mencionó las patronales de la Purísima Concepción en diciembre, el novenario de Guadalupe, las fiestas taurinas del 24 de diciembre al 1 de enero, las Fiestas Patrias, las de fundación, la Semana Santa y la romería a Atengo. Entre las fiestas ya extintas mencionó las quemas de Judas, la velada de Hidalgo y los toros de once. Hay algunas costumbres que se mantienen en Tenamaxtlán y que le dan un “sabor y olor provinciano”, como la música de banda y mariachi, la hora del Ángelus y la costumbre de transportarse a caballo.

J. Guadalupe Martínez Cisneros, de Casimiro Castillo, expuso La feria de la caña. Luego de hacer una relación de las primeras diversiones populares en la hacienda La Resolana, relacionadas con las faenas del campo, habló de las primeras fiestas organizadas, como las Fiestas Patrias, con reinas y jaripeos, y la coronación de reinas de la primavera con bailes. El santo patrón del pueblo es san José, pero no era celebrado el día de su fiesta sino el 1 de mayo, con carácter religioso y profano. En el año 1962 llegó al municipio el ingenio José María Morelos, que se convirtió en un parteaguas en su cultura, con el arribo de personas y costumbres de otras regiones del país. Producto de estos cambios, en 1964 las fiestas patronales de san José evolucionaron a la Feria de la Caña, con jaripeos, bailes y reinas. Hasta 1976 la fiesta se desarrollaba alrededor de una plaza de toros de madera y petates, hasta que en 1977 inició la construcción de la actual plaza LR. A lo largo del tiempo han ocurrido otros cambios sustanciales: con la iluminación de la plaza las principales actividades se han vuelto nocturnas, de ser una fiesta netamente local se ha pasado a traer artistas y ganado foráneos y, en la actualidad, ya es una fiesta organizada por una empresa privada y no por los gremios de la sociedad casimirense. En palabras del cronista, la Feria de la Caña ha ido perdiendo su carácter popular y ahora es un negocio.

Ciria Ramírez Lepe, de Tonaya, habló sobre La feria del mezcal, cuya exposición comenzó con la escucha de la marcha Viva Tonaya, de Álvaro Velasco, representativa de Tonaya y significativa para sus habitantes. Ella hizo una interesante relación histórica de la plaza de toros Así es Tonaya, que comenzó en 1945 con una plaza de madera y petates, en un terreno ejidal en el que ahora se levanta la unidad deportiva Bicentenario. En 1968 fue donado el terreno para la actual plaza de toros, por el señor Amador Soto Uribe y al año siguiente comenzaron los trabajos para la construcción con maquinaria de Severiano Pérez Rulfo, hermano de Juan Rulfo. Con la exhibición de fotos de las instalaciones actuales de la plaza y datos como los nombres de sus fundadores y extractos de actas de Ayuntamiento, conocimos el devenir de la Feria del Mezcal, la constitución de un comité de feria, el nacimiento del Día de los Jóvenes, la decisión de destinar las utilidades de cada año a una obra pública, entre otros momentos importantes.

Miguel Uribe Michel, de Ejutla, presentó La semana del mariachi y sus tradiciones, una festividad que nació en el año 2001 y se celebra entre la primera y la segunda semana de mayo. La fecha se debe a que por entonces regresan los hijos ausentes para celebrar el Día de las Madres y para consumir los productos más codiciados de la tierra: las pitayas, guamúchiles, mangos y otros, además de que comúnmente no hay lluvias que entorpezcan las celebraciones y no hay otras fiestas en esos días en los alrededores. Consiste en el desarrollo de conciertos de mariachi en un escenario que se coloca en uno de los costados de la plaza principal de Ejutla, en el que se han presentado los mejores mariachis de la región y algunos de los más famosos a nivel internacional, como el Vargas de Tecalitlán, el Nuevo Tecalitlán, el América y otros, además del dueto Los Centenarios, de San Miguel Cuyutlán, que ya tiene un día reservado para cada año. Es una fiesta nueva, que está en pleno desarrollo y, según el cronista, cada administración municipal le ha dado algún nuevo elemento para mejorarla: el cambio de lugar del escenario, la mejora de la escenografía detrás de éste, la coronación de una reina elegida por el comité organizador o un desfile de inauguración. Actualmente cuenta con un Callejón del Vicio. Para terminar, el cronista hizo una relación de algunos personajes importantes en el campo de las artes surgidos de Ejutla, además de algunos de sus atractivos principales.

Para concluir los trabajos del encuentro, Guillermo Tovar Vázquez, de Autlán, expuso el trabajo Festejo y resiliencia: tres Carnavales celebrados en tiempos aciagos, realizado para reflexionar sobre la celebración del Carnaval en momentos difíciles para la población de Autlán, como los tiempos actuales. En este trabajo presentó detalles de tres Carnavales que se sabe que sí se celebraron y una descripción del contexto social en que ocurrieron: el de 1831, del que dijo que es acaso el más famoso de todos los Carnavales de Autlán por la creencia errónea de que fue el primero que se celebró y que se llevó a cabo durante un brote de viruelas y una situación de inseguridad en los caminos de la región, que llevaron a la autoridad local al extremo de exigir que los ciudadanos se aprestaran a la defensa del pueblo; el de 1867, celebrado apenas un par de meses después de que terminara en Autlán el II Imperio, luego de casi diez años de guerra continua, con su carga de crueldad, vejaciones a la población civil y estragos a la economía; y el de 1921, el del nacimiento del gremio Pollos, la coronación de la primera reina del Carnaval y el debut autlense del matador Salvador Corona, “Coronita”, un Carnaval que los autlenses celebraron a pesar del reciente impacto de la pandemia de la gripe española y el también reciente término del periodo más violento de la Revolución, con los conocidos ataques y abusos del bandolero Pedro Zamora. Al término de su presentación, el cronista reflexionó sobre la importancia del Carnaval en la identidad autlense, que explica el hecho de que se busque celebrarlo aún en momentos aparentemente poco propicios a la fiesta. La exposición terminó con la escucha del pasodoble Coronita, de Nicolás Sánchez Gómez, inspirado en la actuación en Autlán del referido matador en 1921.

Todas las mesas tuvieron la ventura de una buena cantidad de preguntas y comentarios del público presente, que buscaron aclarar algunos datos de los expuestos por los cronistas u ofrecer datos que ampliaran lo expuesto.

Los trabajos concluyeron con un recital del pianista Hugo Núñez, que dio paso a la clausura formal del encuentro por la regidora Claudia Galván García, en representación del presidente municipal.

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