sábado, 1 de mayo de 2021

Acta constitutiva del Sindicato de Agricultores Pobres de Autlán


 Encabezados por Casimiro Castillo, un grupo de jornaleros y labradores sin tierra se reunieron el 1 de mayo de 1921 en la casa marcada con el número 11 1/2 de la calle de Ignacio Allende, en Autlán, para constituir un sindicato a través del cual defender sus derechos derivados de las nuevas leyes Agraria y del Trabajo.
Esta reunión era una más de una larga serie de sesiones que este grupo había celebrado en distintos sitios de Autlán y sus alrededores, de manera clandestina, bajo la vigilancia y persecución de los hacendados locales y las autoridades municipales y federales. Las reuniones habían comenzado desde 1915, año en que fue promulgada por Venustiano Carranza la Ley Agraria, que otorgaba a los campesinos el derecho a poseer tierra para trabajar. Casimiro Castillo, que habría comenzado a politizarse desde los mítines antirreeleccionistas previos a la Revolución, comenzó luego a organizar a los campesinos autlenses para hacer valer este nuevo derecho.
Enseguida, como conmemoración del centenario de la constitución de este sindicato, antecedente del Ejido de Autlán, transcribimos el acta constitutiva, que se conserva en las oficinas del ejido:

"En la ciudad de Autlán, a las tres de la tarde del día primero del mes de mayo del año de mil novecientos veintiuno, reunidos en la casa marcada con el número once y medio, de la calle Allende de esta misma ciudad los ciudadanos Casimiro Castillo, Emeterio Contreras, J. Jesús Lepe, Camilo Vásquez, Lázaro Casillas, Encarnación Padilla, Bartolo Padilla, Valeriano Gómez, Esteban Padilla, Porfirio Sánchez, Pablo Uribe, Marcelino Terrones, Lázaro Rosales, Felipe Montes, Mateo Uribe, Juan Acosta, Benigno Uribe, Hilario Contreras, Juan Martínez, Víctor Góngora, Ramón Mora, José Góngora, Manuel Mora, Vicente Andrade, Ramón Radillo, Jesús Naranjo, Jesús Mora, Clemente Martínez, Braulio García, Gregorio Robles, Porfirio Pacheco, Rafael Castillo, Carlos Mora, Manuel Michel, Bernardo González, Tomás Gómez, Teófilo Macías, Manuel Gómez, Felipe de Jesús Colmenares, Abundio Landeros, Donaciano Ramos, Simón Naranjo, Manuel Corona, Bernardo Nogales, Eutimio Solórzano, Ángel García, Agustín Navarrete, Pablo Nogales, Guillermo Contreras, Jesús Canal, Inés Verdeja, Ramón Díaz, Jesús Gómez, Policarpo Díaz, Galación Díaz, Demetrio Topete, Rafael Piña, Marcos Vargas, Andrés Macías, Nicolás Pelayo, Andrés Pelayo, Maximino Chávez, Eduardo Palomar, Matías Morán, Jesús Morán, José Rodríguez A., Cenovio Robles, Isidro Aréchiga, Pedro García, José Gómez, Ramón Santana, Leonides Villafaña, Dámaso Espinoza, Salomé Díaz, Rafael Preciado, Esteban Ambrís, Primitivo Ambrís, Pedro Gómez, Enrique Preciado, José Corona, Antonio Covarrubias, Máximo Flores, Ponciano S. Ponce, Mónico Escobar, Narciso Vidrio, Atanasio Gabiño, Sixto González, Juan Ponce, Evaristo Aguilar, Pedro Estrada, Vicente Llamas, Cesáreo Martínez, Mercedes Sánchez, Simón Sánchez, Jesús Macías, Desiderio Ponce, José Ramírez, Victoriano Pelayo, José Quintero, Ascención González, Ignacio Rodríguez, Febronio Leonor, J. Guadalupe Camacho, Fidencio Cobián, Leonardo Barragán, Martín García, Luis Rodríguez, Benito Ramos, Lorenzo Zamora, Cruz Barragán, Luis Zamora, Julián Sánchez, J. de Jesús Gómez V., Pascual Flores, Cesáreo Arreola, Cristóbal López, Antonio V. Gómez, Cayetano Corona, Jesús Corona, Serapio Hurtado, Bibiano Sánchez, Benito Acosta, Andrés Sánchez, Donaciano Valle, Alfonso A. Villaseñor y Enrique Cuéllar, todos mexicanos, mayores de edad, algunos vecinos de esta ciudad y los otros de los ranchos adyacentes, con el objeto de constituir un Sindicato de Agricultores Pobres, de entre los jornaleros y labradores pobres, el cual Sindicato se creará para protegernos mutuamente y defendernos todos de la saña y de los abusos cometidos por los hacendados y terratenientes en contra de los pobres poniendo los primeros a los segundos las condiciones inicuas en que sujetan a éstos en sus contratos leoninos, de aparcería, o como renteros, o como peones, para hacerse de óptimas ganancias con mengua del producto y de los salarios de éstos, y con perjuicio no sólo del patrimonio de los llamados peones, o jornaleros, cuyos sueldos son exiguos y no bastan para asegurar el pan cotidiano de sus hijos ni para satisfacer sus principales necesidades e imperiosas en su modo humilde y económico de vivir, la cual Institución se denominará “Sindicato de Agricultores Pobres de Autlán”, el ciudadano Casimiro Castillo haciendo uso de la palabra dijo: “Que esta reunión se celebraba con el derecho que a todos los mexicanos nos conceden los artículos primero, noveno primer concepto del primer párrafo, y veintiocho tercer párrafo, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, y tiene por objeto principal alcanzar un fin lícito por todos los medios pacíficos y legales correspondientes; y que se permitía proponer para ello a todos los ciudadanos aquí reunidos para la creación de un sindicato, cuya Institución defienda los intereses de la colectividad de los asociados, en ejercicio de los derechos que a todo ciudadano nos concede la Ley Agraria y la Ley del Trabajo, a fin de procurar nuestro bienestar y el ensanchamiento y el desarrollo y fomento de la agricultura. Que no se proponía explotar con esta iniciativa a la clase proletaria sino salvarla y salvarse él también, como ya dijo, de extorsionamientos del adinerado contra el pobre; y que no pone en juego su conducta, a ese respecto, para medrar o hacer propaganda demagógica, o política, pues que su ánimo puramente es y ha sido siempre sólo hacer el bien y laborar por el bien mismo para sus semejantes y recíprocamente”.

Siguió diciendo, el ciudadano Castillo, “que era tiempo ya de que nos compenetrásemos todos de los beneficios que nos otorga la Constitución y que estemos conscientes de nuestros derechos, siendo de suma importancia, para las finalidades que se propone llevar a cabo esta Institución que va a establecerse, estudiar, conocer e interpretar bien las leyes agrarias y del trabajo, para procurar con toda eficiencia y con acierto, cooperando con nuestro grano de arena a la realización de las disposiciones de dichas leyes, y para solicitar ante quien corresponda el fraccionamiento que procede de los terrenos que en esta zona están comprendidos en la citada ley. Que así podremos ayudar y facilitar expeditamente a las gestiones que deban hacerse y a los procedimientos que sea necesario emplearse por los solicitantes de parcelas a fin de que obtengamos éxito en el fraccionamiento de las tierras, pues estando en contacto el Sindicato de Agricultores Pobres con las autoridades agrarias, con las comisiones del ramo y sus agentes lograremos, sin duda alguna, poseer los beneficios concedidos por las leyes ya citadas a la clase proletaria, y que por lo mismo urgía que se constituya luego este sindicato; que para ello se permitía proponer a esta asamblea las bases siguientes:

Primera. - Que esta asociación se denomine “Sindicato de Agricultores Pobres de Autlán” y funcionará por el conducto y los acuerdos de una Mesa Directiva, cuyos miembros serán electos hoy por votación de todos los ciudadanos concurrentes y de entre los asociados y se compondrá de los miembros siguientes: un presidente y un vicepresidente, seis vocales, un tesorero y un subtesorero, un secretario y un prosecretario. Este personal será renovado al día primero de mayo de cada año por elección de todos los asociados y en una sesión general que deberá celebrarse con quince días de anticipación, cuando menos, debiendo pertenecer los candidatos a esta misma institución.

Segunda. – Por ahora la Mesa Directiva se instalará hoy inmediatamente de que se haga la elección de sus miembros, quienes protestarán ante esta asamblea desempeñar con fidelidad y honradez el cargo que va a conferírseles, y en lo sucesivo los miembros electos rendirán esa protesta al tomar posesión de sus cargos respectivamente, ante los miembros de la mesa directiva salientes en su última sesión. La mesa directiva estará facultada para disponer y desarrollar los proyectos más fáciles, reglamentándolos, en beneficio de todos los asociados y conforme a los principios y aspiraciones a cuyo fin se instituye este sindicato, reglamentando también su funcionamiento y los deberes y las obligaciones de los sindicados o asociados.

Tercera. – Se reunirán fondos, en lo posible, como donativos de los socios, los cuales fondos, mientras se reglamenta su inversión, permanecerán en poder del tesorero, bajo su estrecha responsabilidad, para la protección y beneficio de todos los asociados, en los casos necesarios, que se acuerde en los estatutos y reglamento de este sindicato, según las distintas eventualidades que puedan presentarse.

Cuarta. – Será obligación de todos los asociados, o socios de este sindicato, principalmente de los miembros de la mesa directiva, cuidar y hacer que se cumplan todos sus acuerdos y disposiciones, así como trabajar laborando con las demás instituciones que de igual carácter hay establecidas y se establecieren en el país, por su sostenimiento, y para que se haga efectivo y de estricto cumplimiento el beneficio de las leyes agrarias y del trabajo, con provecho de los labradores pobres y de los jornaleros, ayudándolos a solicitar y obtener de quienes corresponda el reparto de tierras, conforme a la ley.

Todos los concurrentes ya alistados en esta acta hicieron suyas las proposiciones hechas por el ciudadano Casimiro Castillo y unánimemente quedaron aprobadas las mismas proposiciones, procediéndose luego a la elección de los miembros que deben integrar la mesa directiva de este sindicato, resultando electos por unanimidad: para presidente, el ciudadano Antonio V. Gómez, para vicepresidente el ciudadano Casimiro Castillo, vocales los ciudadanos Serapio Hurtado, Bibiano Sánchez, Benito Acosta, Leonides Villafaña, Andrés Sánchez y Juan Martínez; tesorero el ciudadano Cayetano Corona, subtesorero el ciudadano Jesús Corona; secretario el ciudadano Serapio Ortega y prosecretario el ciudadano Rafael Piña, quienes ante todos los concurrentes protestaron desempeñar con lealtad y honradez los cargos que se les han conferido y tomaron de ellos posesión declarándose que quedaba integrada la mesa directiva del Sindicato de Agricultores Pobres de Autlán, y abierta la sesión, previa declaratoria del presidente de la mesa, él dijo: Que daba las gracias a sus consocios por el honor que se le dispensa y que igualmente lo hace por recomendación de los ciudadanos que integran la mesa, haciendo presente que todos están animados de la mejor manera para cumplir bien su cometido y que se permite poner a la consideración de esta asamblea las siguientes proposiciones: 1ª, que se dé conocimiento a la autoridad municipal local de la instalación de esta agrupación y de su objeto, así como de la denominación del nombre que se da al “Sindicato de Agricultores Pobres de Autlán”, 2ª, que igualmente se haga conocimiento de dicha autoridad quiénes son los ciudadanos que integran la mesa directiva de este sindicato, 3ª, que también comuniquen los hechos a que se concretan los dos puntos anteriores, dirigiendo atentas y respetuosas circulares al Ejecutivo de la Unión, al Ejecutivo del Estado de Jalisco, a las comisiones agrarias de México y de la capital de este Estado y a la Junta Agraria local, y a las demás autoridades agrarias, agencias del ramo y sindicatos establecidos o que se establecieren en el Estado de Jalisco, a fin de que se reconozca el carácter y oficios de nuestra Institución.

Fueron aprobadas, sin discusión, todas y cada una de las proposiciones hechas por el ciudadano presidente, y no habiendo más asunto de qué tratar por ahora, se levantó la sesión, citando para celebrar la segunda sesión a las tres de la tarde del domingo próximo venidero, ocho de mayo, en este mismo local.

A mano: Enseguida el ciudadano Casimiro Castillo, antes de levantarse la sesión, pidió la palabra y habiéndole sido concedida, dijo: Que notando en la presente acta que le faltó externar en las bases que propuso para la institución de este sindicato que pueden asociarse a esta agrupación todos los labradores pobres, los jornaleros y demás trabajadores que deseen agremiarse, agrega esta proposición a fin de que si merece tomarse en consideración se discuta y se diga si se le da o no aprobación.

Fue tomado en cuenta lo propuesto por el ciudadano Castillo y sin discusión se aprobó por unanimidad, levantándose la sesión.

Justicia y trabajo."

Para saber más sobre el tema, recomendamos los siguientes libros:

* Vanduardia agraria de Autlán.
   Fidencio Cobián Regalado
   Autlán, marzo 2009
   ISBN: 978-607-00-0914-3

* La tierra no se vende, o, ¿sí?
   Hirineo Martínez Barragán
   Guadalajara, 2016
   ISBN: 978-607-97158-0-9

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