jueves, 30 de mayo de 2019

Las pitayas y las familias pitayeras en la quinta sesión de Conversaciones sobre Autlán


La tarde de este miércoles 29 de mayo en el salón de usos múltiples del Museo Regional se celebró la quinta sesión de las Conversaciones sobre Autlán, organizadas por el cronista municipal y que se llevan a cabo el último miércoles de cada mes. En esta ocasión los invitados fueron el doctor Alfredo Castañeda Palomera, investigador del Centro Universitario de la Costa Sur, y los productores pitayeros Jesús Huerta Aréchiga y Dora Olague, de El Corcovado. La sesión comenzó a las 19:15 horas y reunió a 27 personas.
El doctor Castañeda tomó la palabra en primer lugar, para exponer algunas consideraciones sobre la pitaya, fruto al que definió como "un símbolo de los autlenses", comparable a lo que significan el tequila o el traje de charro para México. De esta forma refirió aspectos culturales, como las expresiones que se dicen en Autlán referentes a las pitayas y los usos en la diplomacia de los pueblos prehispánicos, así como el origen de su nombre, que está en las Antillas; nutricionales, al mencionar las virtudes nutricéuticas de algunos elementos del fruto; y botánicos, con la descripción detallada del fruto y de la planta que le da origen: variedades, morfología, formas de reproducción, etc. También mencionó elementos como la zona de distribución de la pitaya, que va del sur de los Estados Unidos hasta Venezuela, con diferentes variedades, la cantidad de pitayas que puede producir un órgano (entre 133 y 355) y cuántas de estas plantas se pueden encontrar en una hectárea, que pueden ser 231. El ponente llamó a los autlenses a sentirnos orgullosos por tener disponible este fruto y a nunca regatear a quienes los venden, así como a comerlas correctamente, haciendo una correcta masticación, para digerirla completamente.
El profesor jubilado Jesús Huerta y su esposa Dora Olague, quienes tienen una huerta de pitayos en El Corcovado, explicaron algunos conocimientos que han adquirido en los años que tienen dedicados a este cultivo: don Jesús afirma que las pitayas están conectadas con el órgano por algo parecido a un cordón umbilical, que en ocasiones dificulta el corte de la fruta; la distancia adecuada entre plantas en una plantación y otros. Don Jesús compartió su opinión acerca de que en nuestra región debería impulsarse el cultivo metódico de plantas como la parota, el guamúchil y las 33 variedades de pitaya, no solo la queretaroensis, que es la más común aquí, para diversificar la agricultura y la alimentación de los autlenses.
Estos señores cultivan en El Corcovado algunas variedades de pitayas traídas de diferentes regiones del país, de las que llevaron algunas muestras, incluyendo una que produce durante la época de lluvias y cuyo fruto puede rebasar los 600 gramos de peso. Don Jesús dijo que siguen en la búsqueda de más variedades que puedan ser producidas aquí. Mencionó que "es hermoso ser pitayero", las dificultades por las que pasan son el esfuerzo durante la cosecha y la falta de un programa oficial de extensionismo y orientación para los productores, que deben aprender de forma empírica los secretos del cultivo de pitayas.
Al final los ponentes respondieron algunas preguntas del público, en el sentido de que se está perdiendo la cantidad de pitayos en la región, debido al uso de las tierras para crianza de ganado, y sobre detalles de la altitud y climas en los que se da este fruto.
El video completo de la conversación se puede consultar aquí:

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