lunes, 11 de febrero de 2019

Actividades en el Día Municipal de la Chirimía 2019

La chirimía López Peña en el Palacio del Arte.
El sábado 9 de febrero se celebró en Autlán el Día Municipal de la Chirimía, con el que se pretende exaltar y promover esta tradición autlense mientras se marca el inicio de las albas con las que los ejecutantes de esta música anuncian la cercanía del Carnaval. Luego de la inauguración a las 6:30 horas afuera de la Presidencia Muncipal se realizaron algunas interesantes actividades a lo largo del día:


Poco después de las 9:00 horas en la escuela de chirimía ubicada en la colonia Valle la Grana, en el cruce de las calles de Jaime Gómez y Paseo del Coajinque, se develó una placa conmemorativa con los nombres de algunos de los chirimilleros autlenses del siglo XX y de la actualidad. Además se inauguró un mural sobre esta tradición pintado por Luis Javier Rubio y se realizó un foro donde algunos familiares de antiguos chirimilleros compartieron algunos datos y recuerdos sobre ellos.

Mural de Luis Javier Rubio.
La placa conmemorativa.

El maestro Ernesto Cano en el uso de la voz.

La última actividad del día se realizó a partir de las 13:00 horas en el Palacio del Arte (José Clemente Orozco #115, colonia Huitzilacate) donde, ante unas 50 personas, el etnomusicólogo Ernesto Cano Lomelí dictó la conferencia "Rastros de la chirimía en México. Un acercamiento al estudio de esta tradición", donde indicó que este instrumento llegó en una época tan temprana como la expedición de Hernán Cortés, que traía entre su tropa a algunos ejecutantes de instrumentos portables. Durante la Colonia, dijo, la música estaba presente en los ámbitos militar, religioso y social, siendo la chirimía utilizada para llamadas y convites, en lugar de las campanas de los templos, y en el ceremonial que se realizaba al interior de éstos. Los chirimilleros, incluso, tenían un lugar señalado en este ceremonial y desde el siglo XVI ya aparecen en la nómina de los templos, con un salario.
Basado en las crónicas de fray Antonio Tello y fray Alonso Ponce, el maestro Cano habló de cómo desde la apertura de un templo se planificaba la enseñanza de la música, poniendo como ejemplo al maestro Juan Ponce, quien desde 1533 fue maestro de música en Zapotlán; además de cómo este instrumento estaba presente en manifestaciones festivas, como los recibimientos de personajes importantes en los pueblos. También habló sobre el desarrollo de los instrumentos musicales al interior de los templos durante el Virreinato, basado en los documentos del cabildo eclesiástico de la ciudad de México publicados por Jesús Estrada.
Por último, reflexionó sobre la paulatina pérdida de la tradición de la chirimía, diciendo que los chirimilleros viejos ya están muriendo y a los jóvenes no parece interesarles conservar la tradición. Dijo también que el sonido un tanto triste y lastimero de la chirimía se integró bien al carácter indígena, aunque lo encontramos también en contextos festivos.

Said Ramos Martínez mostrando instrumentos emparentados con la chirimía.
Enseguida Said Ramos Martínez, ejecutante e investigador de instrumentos medievales y renacentistas, hizo una exposición y demostración del sonido de algunos instrumentos emparentados con la chirimía por el uso de una lengüeta doble, desde una flauta armenia de 3,000 años de antigüedad hasta una gaita francesa contemporánea, pasando por chirimías alemanas medievales, reconstruidas a partir de dibujos y descripciones de la época. Con cada instrumento tocó fragmentos de piezas musicales, acompañado por el maestro tamborilero Héctor Chaired, con lo que pudimos conocer las diferencias en sus texturas y sonidos.
Said Ramos comentó también que estamos en un momento de decadencia de la tradición de la chirimía, que los ejecutantes de cada región la resuelven como pueden. Dijo que para preservar la tradición "hay que hacerla bonita", mejorar los instrumentos y el sonido y, sobre todo, componer música para ella.
Al final Manuel López Morales, de la chirimía López Peña, expuso las ideas que se tienen actualmente, junto con la dirección de Cultura del Ayuntamiento, de montar un ensamble polifónico y de construir un mejor instrumento, que incluso se pueda afinar, y darle más difusión a la chirimía como elemento de la identidad jalisciense.
Por último la chirimía López Peña presentó, mediante una grabación, el nuevo Son de la Chirimía, compuesto por Manuel López Morales y Noé López Peña, en las versiones de mariachi y de banda sinaloense, para tocar enseguida algunos sones jaliscienses.

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