sábado, 7 de enero de 2017

La nobleza de Ahuacapán

Anónimo novohispano. Retrato de don Juan José Ginés Gömez de Parada y Fonseca Enríquez. Tomada de aquí.

El linaje Gómez de Parada todavía sobrevive en México. Se trata de los descendientes de una familia cuyos orígenes se encuentran en el reino de Murcia, aunque el nombre compuesto se comenzó a utilizar ya en la Nueva España, a donde llegó en el siglo XVII.
Ya en el nuevo mundo su patriarca, don Ginés Gómez de Valdés, desempeñó diversos cargos en la administración virreinal en Compostela y Guadalajara, Nueva Galicia, y se hizo de grandes propiedades, entre las que se cuenta la hacienda de Ahuacapán. Y ese es precisamente o que liga, aunque sea remotamente, a esta familia con nuestra región.
Y esto tiene relevancia porque, si bien de don Ginés no hay mucho qué hablar, aparte del poder político y económico que logró acumular, sus hijos, criados en Ahuacapán y al parecer nacidos casi todos ahí, se convirtieron con el tiempo en grandes personajes de la vida pública: Juan Leandro, nacido en Compostela en 1678 y formado en la prestigiosa Universidad de Salamanca, fue diputado a las Cortes de Madrid, obispo de Yucatán, Guatemala y, por fin, de Guadalajara; Ginés fue deán de la Catedral de Guadalajara y Pedro fue chantre de la misma sede.
Es indiscutible la influencia que esta familia pudo tener en la economía de Autlán y la región, al controlar la mayor fuente de producción en el valle. Y, si resulta acertada la tesis del cronista de El Grullo, ingeniero Ignacio Gómez Zepeda, su influencia sería también fundamental en la cultura popular: según lo que asienta en su libro Autlán de la Grana al manganeso, tercera parte, el Carnaval de Autlán podría tener su origen en Ahuacapán durante la época de los Gómez de Parada, donde se habrían desarrollado actividades lúdicas relacionadas con las tareas del campo, como las suertes charras y el jaripeo, de forma organizada desde principios del siglo XVIII.

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