domingo, 12 de junio de 2016

La construcción de la carretera a Purificación en la década de 1930 1: Antecedentes y primeras acciones

Fragmento del oficio por el cual el gobierno del Estado enviaba a Autlán los nombramientos a los integrantes de la primera Junta de Caminos.

La comunicación directa por tierra entre Autlán y Purificación no es solo un deseo de los habitantes de estos pueblos para el futuro o un proyecto que a alguien se le ocurrió de la nada. Esa fue la ruta habitual para todos los que, por motivos comerciales u oficiales, tenían que pasar de la región de la Costa al valle de Autlán, desde por lo menos los primeros años de la Colonia.
Existen registros de que nada menos que el primer virrey de la Nueva España, don Antonio de Mendoza, llegó a Autlán el 8 de febrero de 1541, al parecer procedente directamente de Purificación, después de supervisar los trabajos que se hacían en Barra de Navidad para preparar la flota que partiría a la conquista de las Filipinas.
Todavía en la primera mitad del siglo XX la ruta de Autlán a la Costa pasando por Purificación (es decir, saliendo hacia el Poniente en lugar de hacia el Sur, como hacemos actualmente) era la habitual para comerciantes y arrieros que traían de allá productos agropecuarios y los llevaban a Sayula para que el tren se los llevara a Guadalajara.
Sin embargo, el camino era solo de herradura, apto para ser transitado a pie o por bestias. Al desarrollarse y popularizarse los modernos medios de transporte de vapor o de combustión interna, a finales del siglo XIX, se hizo necesario adaptar esta vía para que pudiera ser utilizada también por ellos.
Con el tiempo, la idea del ferrocarril se abandonó y nació, en cambio, la de construir una carretera moderna, que permitiera el tránsito de camiones y automóviles. Entre los objetivos principales que se esgrimían para defender este proyecto estaban el hecho de que los productores agropecuarios de la Costa tenían un intercambio comercial más intenso con el Estado de Colima, vía Manzanillo, que con el resto de Jalisco, en detrimento de la economía jalisciense, así como la idea de la existencia de riquezas naturales fabulosas en ese poco habitado territorio.
El primer paso para la construcción de una carretera se dio en Autlán con la conformación de una Junta de Caminos, conformada por Flavio Fierro como presidente, Daniel Rueda vicepresidente, Ireneo Barragán tesorero, Jenaro Corona y José Galación Michel secretarios y Serapio Ortega, Salvador Quintero, Eduardo Dávila, Alfonso A. Villaseñor y Luis Villaseñor como vocales, constituida por iniciativa de ciudadanos autlenses. Fue el 26 de febrero de 1930 cuando el gobierno estatal remitió los nombramientos para estos personajes.
El fruto de sus primeras gestiones se vio hasta el 9 de abril siguiente, cuando el subsecretario de Gobierno ordenó al director general de Rentas que ordenara a su vez al receptor de Rentas de Autlán que prestara al presidente municipal las herramientas que le enlistaba, con el fin de destinarla a “la reparación” del camino a Purificación. La lista de herramientas es la siguiente:


· Tres carretillas de fierro

· Once palas de fierro con cabo

· Cinco palas con el cabo quebrado

· Dos palas sin cabo

· Diez zapapicos con cabo

· Un zapapico con el cabo quebrado
Sin embargo, no es sino hasta el 8 de mayo siguiente cuando Aristeo Hernández, el mencionado administrador, le entrega la herramienta al presidente municipal y hasta el 21 de mayo quedó por fin a disposición de Flavio Fierro, el presidente de la junta. Dos meses casi exactos desde que este último la solicitó por primera vez.

Mientras la Junta de Caminos autlense hacía estas gestiones, en la ciudad de México un grupo de autlenses encabezado por el licenciado Daniel Benítez, conformaba el Comité de Mejoras del Suroeste de Jalisco, que sería el segundo actor que intervendría en la obra. Según El Informador del 5 de abril de 1930, este Comité estaba constituido por Daniel Benítez, presidente, Federico Solórzano, secretario, Elías Hurtado, tesorero, José Mares y Aureliano Villaseñor en la comisión de ingeniería, Francisco Ramírez y Domingo Rodríguez en la comisión de información, Federico Solórzano en la comisión de prensa y Vicente Ramírez, Ramón Blancarte, Juan González, José H. Gómez, Eladio Sauza, Luis Topete Bordes y José Corona.

El 14 de abril  de ese año llegaba a Autlán la circular no. 1 del recién creado Comité, que fue enviada también a los presidentes municipales de Sayula, San Gabriel, Tonaya, El Limón, El Grullo, Purificación, La Huerta y Cihuatlán y en la que se explicaba que se había conformado con el objetivo de que esta región de Jalisco por fin “desarrolle en toda su amplitud su natural capacidad de ser el granero de Jalisco y la más intensa productora de variadas riquezas de su suelo”, para lo que había proyectado varias acciones, entre ellas la construcción de una carretera que uniera a Guadalajara con algún puerto del Pacífico, “probablemente a Chamela”, pasando por los pueblos mencionados. Se explicaba cómo se habían puesto ya en contacto con el ingeniero Carlos A. Blake, subsecretario de Comunicaciones y Obras Públicas, quien ofreció conseguir del gobierno la dirección técnica de la obra y los materiales, siempre que los beneficiados se comprometieran a costear la mano de obra. Solicitaban que se conformaran comités en cada pueblo e informan también de los acuerdos a que debían comprometerse cada uno de ellos.

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