sábado, 6 de febrero de 2016

Bohemia y música mexicana en el Carnaval de Autlán

Anoche en el foro de la calle Ernesto Medina Lima y en el marco del programa cultural del Carnaval 2016 se llevaron a cabo dos conciertos, con una asistencia superior a las 200 personas. La actividad comenzó poco después de las 19:00 hrs.


El primer turno fue para el trovador local Emmanuel Velázquez, quien ya cuenta con buen cartel entre el público autlense. Presentó anoche, durante casi una hora, un repertorio de música mexicana y latinoamericana, de autores como Víctor Manuel (Quiero abrazarte tanto), Gabino Palomares (La maldición de la Malinche), José María Napoleón (Vive, coreada por parte del público), Alberto Cortez (Mi árbol y yo), Javier Krahe (Los caminos del señor), Óscar Chávez (la parodia política La casita) y, desde luego, José Alfredo Jiménez. Cerró su participación con una de las favoritas de su público, Jacinto Cenobio, del jalisciense Pancho Madrigal, aunque tuvo que regresar a cantar otra pieza a petición del respetable: Me cansé de rogarle, de José Alfredo Jiménez.


Para cerrar la velada salió al escenario la cantante tapatía Lula Reyna, acompañada de "Los zánganos del ritmo" (bajo, guitarra, vihuela, percusiones y clarinete). De forma magistral ofrecieron una selección de piezas de música mexicana con nuevos arreglos y enriquecidas con una instrumentación más variada que en sus versiones más conocidas: abrieron con el bolero Amar y vivir, de Consuelito Velázquez y siguieron con la chilena Soy pescador. Durante una hora escuchamos corridos (La chumba, compuesta por Lula Reyna a su mamá), sones jaliscienses (El diablo panzón y Moreno, ambos compuestos por Lula), sones jarochos (La bruja) y canciones de José Alfredo Jiménez (Deja que salga la luna, El último trago y una muy buena versión jazzera de Paloma querida). Entre las piezas propias de Lula Reyna escuchamos también una versión de La llorona, dedicada a la playa del mismo nombre en el Estado de Michoacán famosa por la cantidad de muertes que se registran entre sus bañistas, la balada Ideario, una reflexión sobre el entorno de violencia que vive México actualmente, y Madre mestiza, una celebración de la cultura mexicana como fusión de lo precolombino y lo europeo, presentada por Lula como una "reconciliación con ese pasado tan feo y sangriento" y como un "canto de amor y perdón".
El cierre del concierto fue con Cruz de olvido, de Juan Záizar, coreada de principio a fin por la mayoría de los asistentes, en el que sin duda fue el mejor momento de la noche.

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