domingo, 19 de enero de 2014

Pedro el loco



 “…locos azul entre el gris de los normales…”
Gris Normal. La Castañeda.
El barrio del Gallo Negro y sus alrededores fueron por muchos años el territorio de Pedro, llamado el loco por los vecinos debido a su costumbre de pasear su triste figura casi desnuda a cualquier hora del día, a veces aderezada con un casco (que los normales veíamos como una bacinica) y una lanza improvisada con un palo, con los que se defendía de ciertos molestos enemigos cuya presencia estaba vedada para la vista del resto de los mortales.
Aunque sin el carisma de personajes como Romana o Polo el del carretón, Pedro era no solo tolerado sino que tenía la solidaridad y cierta amistad soterrada de las personas que viven cerca de su casa, ubicada en la calle de Allende. Prácticamente todos le ayudaban con un poco de comida o alguna ropa para ponerse encima (aunque no siempre lo hacía), ayudas a las que él correspondía dando algo a cambio.
Tampoco tenía el imán de otros locos para que los chiquillos del barrio lo fatigaran con insultos o agresiones de otro tipo. Más bien le tenían un respeto rayano en el miedo, quizás por su peculiar forma de andar armado o por la jauría que lo acompañó durante un tiempo. Nadie se metía con él, así caminara muy lentamente o desarrollara sus batallas en mitad de la calle, con el correspondiente atorón de la circulación de autos.
Algunos dicen que Pedro fue originario de Chiquihuitlán, donde en su juventud fue muy trabajador y asiduo participante de fiestas y bailes. También dicen que su locura fue el resultado de un balazo recibido en la cabeza durante un pleito en aquellos tiempos.
Sea cual fuera la verdad sobre su origen, en los fríos últimos días del año pasado Pedro falleció, dejando ya de batallar contra sus invisibles enemigos y dejando ese hueco que dejan los personajes como él en los barrios donde les toca vivir su locura.

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