domingo, 1 de julio de 2012

Gala de ópera con el grupo Chant

Brindis, a cuatro voces.


La noche de este sábado 30 de junio el salón de usos múltiples del Museo Regional albergó el evento denominado gala de ópera, organizado por el personal del museo y protagonizado por el grupo tapatío Chant. Al concierto, que comenzó a las 19:40 hrs., acudieron unas 150 personas, suficientes para hacer lucir lleno el salón.
El grupo Chant, dirigido por el maestro Sergio Hernández y compuesto por la mezzosoprano Teresa Banderas, la soprano Raquel Muñiz, el tenor Javier Sevilla y el barítono Antonio Hermosillo, presentó un programa de casi dos horas, dividido en dos partes. En la primera, los integrantes del grupo interpretaron, a una sola voz, distintas piezas de óperas famosas, como Carmen de Georges Bizet (Habanera, Seguidillas y El Toreador), La Traviata y Un baile de máscaras de Giuseppe Verdi (Di Provenza, Eri tu), Madame Butterfly de Puccini (Un bel di vedremo), entre otras. Todas las piezas fueron acompañadas al piano por el director del grupo, quien además presentaba y explicaba el origen y características de cada ópera.
La segunda parte, después de un intermedio en el que el maestro Hernández ejecutó al piano el primer movimiento de Claro de luna de Beethoven, estuvo dedicada a interpretar música de tradición latina. Aquí escuchamos, también a una voz, piezas de zarzuelas como La tabernera del puerto de Pablo Sorozabal (No puede ser) y Luisa Fernanda de Federico Moreno (Lucha la fe por el triunfo), además de canciones populares como Dime que sí de Alfonso Esparza, Non tis cordar di me de Ernesto di Curtis, un buen bloque de composiciones de la jalisciense María Grever (Así, Despedida y Júrame), para cerrar con una magistral interpretación de Granada de Agustín Lara, por Javier Sevilla, que incluso generó aplausos espontáneos a la mitad de la pieza.
Al final, a petición del público, Chant cantó una pieza más, ahora a cuatro voces: Brindis, de la ópera La Traviata. El público los premió con un prolongado aplauso de pie. Sobra mencionar la altísima la calidad de los cuatro cantantes, aunque se pueden destacar las voces de Javier Sevilla y de Raquel Muñiz, por su limpieza, potencia y amplitud de registros.
Aunque los asistentes tuvimos una muy agradable velada musical, me quedó claro que este salón no es una sala de conciertos: tiene serios problemas de acústica (se meten ruidos de otras partes del museo) y es incómodo para el público por la falta de mobiliario adecuado.  Ojalá que la próxima vez se considere realizar los eventos de música en un lugar mejor acondicionado, como el auditorio Hermilio Hernández de la Casa de la Cultura o el Aula Magna del CUCSur, donde se puedan apreciar mejor.

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