domingo, 15 de enero de 2012

Tesoros pictóricos de la parroquia del Divino Salvador

En la sacristía de la parroquia del Divino Salvador, en el centro de Autlán, existen cuatro pinturas que por su valor artístico o por su antigüedad pueden ubicarse entre lo más valioso que dentro de esa arte existe en el pueblo.
Se trata de dos cuadros de don Atanasio Monroy, donados en los años 40 a la parroquia (donó en esa época más pinturas a varios templos de Autlán): una resurrección de Cristo fechada en el año de 1779 y una Virgen con el niño de 1849.




El primer cuadro es esta Crucifixión, firmada por Atanasio Monroy en 1943. Según don Gabriel Lima en su libro Nació para pintar, esta obra fue expuesta en ese mismo año en la tienda La Oriental (esquina de Escobedo y Borbón), en una exposición de artesanías, repostería y algunas pinturas, dentro del marco de los festejos de los 400 años de la fundación española de Autlán. Realizada en la mejor época de don Atanasio, el cuadro recuerda, en el uso de los claroscuros y en el dramatismo que expresa, a los pintores españoles clásicos que influyeron en don Atanasio. Aunque el lienzo se ve todavía en buen estado, el marco de esta pintura ya está deteriorado.





El segundo es esta Sagrada Familia, firmada por Monroy en 1944. Con una novedosa composición que muestra a María, José y el niño recibiendo la visita de Juan el bautista, este cuadro es de los mejores dentro de la obra de caballete de don Atanasio.





El tercer cuadro es una Resurrección, firmada en 1779 por un pintor de apellido Banderas, aunque su nombre ya no se alcanza a leer debido a los daños que muestra la tela. En el ángulo inferior derecho aparece la leyenda de que fue reformado en noviembre de 1878, ya en Autlán. El valor histórico de esta pieza debe ser muy alto, aunque ya presenta numerosos daños como rasgaduras, hoyos y humedad.





El último cuadro es esta Virgen con el niño, firmada en Guadalajara en julio de 1849 por un pintor de apellido Zárate. En ella aparece, en la composición clásica, la virgen María abrazando al niño, con ángeles en las esquinas superiores. Igual que la anterior, esta pintura presenta graves daños en su lienzo.

Las condiciones de iluminación de la sacristía no son las mejores, por lo que cuesta apreciar los detalles de los cuadros. Aunque no están expuestas al público, se puede pasar a la sacristía a verlas, previo permiso del sacristán o del cura encargado que, por lo general, se portan muy accesibles. Como ya lo comentamos en un post en agosto de 2008, la parroquia del Divino Salvador está llena de historia de nuestro pueblo.

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