lunes, 31 de octubre de 2011

Encendido de altar de muerto al teniente Óscar Hernández Núñez





Con una emotiva ceremonia que formó parte del programa de festejos de Día de Muertos organizado por el Ayuntamiento, esta noche se encendió un altar de muertos dedicado al teniente de la policía municipal Óscar Hernández Núñez, fallecido en julio pasado.

En el patio central de la presidencia municipal se dieron cita más de cien personas para presenciar la ceremonia, muchos (sobre todo niños) luciendo disfraces de diablos, brujas, catrinas y otros personajes relacionados con el Halloween y con el Día de Muertos. Poco después de las 20:10 hrs. se leyó una biografía del teniente Hernández, con lo que se abrió el programa, en el que participaron también el policía municipal Víctor Hernández, quien describió las cualidades del homenajeado, el presidente municipal Fernando Morán, con una descripción del significado de las celebraciones de Día de Muertos y el también policía Ángel Hernández, hermano del teniente, que agradeció el montaje del altar en nombre de la familia. Intercaladas con las participaciones de estas personas, el mariachi Mi Tierra tocó piezas típicas de la fecha, como Mi viejo, Cruz de olvido, Te vas ángel mío y otras.

El taller de Artes Plásticas de la Escuela de Artes municipal se encargó del montaje del altar y de la decoración de la presidencia para esta ceremonia. El altar, de tres niveles, además de los elementos tradicionales incluyó novedades como unas coronas de cempasúchil y dibujos de calaveras en aerosol a los lados del camino. Las veladoras que forman parte de este altar fueron encendidas una por una por los familiares del teniente Hernández y por los funcionarios del Ayuntamiento que asistieron, en lo que fue el momento culminante de la ceremonia.



Para la decoración del edificio se usó papel picado de colores rosa y morado y pendones de tela con dibujos de calaveras para los pilares. La fuente, como en años anteriores, se adornó con el mismo papel picado y con listones de los mismos colores, además de macetas de cempasúchil y platos de barro con dibujos de calaveras al óleo, veladoras y más pinturas de calaveras en cartón negro.




La decoración se complementó con las catrinas de papel maché hechas por alumnos de la Universidad Pedagógica Nacional (las que se habían usado la noche anterior en el jardín Constitución), ubicadas en la planta alta, además de otra catrina del mismo material, de unos tres metros de alto, hecha por los alumnos de la Escuela de Artes.

Al final los organizadores ofrecieron pan de muerto y café de olla.

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