Con el título de "Arte prehispánico y astronomía", el dr. Jesús Galindo Trejo, de la UNAM, dictó una conferencia anoche en la Casa Universitaria Antonio Alatorre, dentro del marco de los festejos del año internacional de la astronomía que realiza la UdeG. El evento comenzó aproximadamente a las 20:15 hrs. ante unos 50 asistentes.
La conferencia del dr. Galindo, después de un breve preámbulo donde criticó el uso irracional de la iluminación nocturna en las grandes ciudades, lo que dificulta la observación del cielo, consistió en la explicación de la forma en que las grandes culturas mesoamericanas concebían los diferentes fenómenos astronómicos (eclipses, cometas, constelaciones, los ciclos de los astros y hasta la explosión de una supernova) y cómo dejaron plasmados en sus manifestaciones artísticas algunos de estos fenómenos que presenciaron. La conferencia fluýó revisando cada uno de los fenómenos astronómicos mencionados, donde el doctor Galindo mostraba fotografías de ejemplos de arte prehispánico donde se aprecia la referencia a cada uno de ellos: el "sol comido" de los mayas y mexicas o el "sol muerto" de los mixtecas para representar los eclipses de sol, la imagen comparada de un mural de Bonampak con un mapa estelar donde se puede ver claramente la representación de las algunas constelaciones (mencionó que incluso se puede determinar con exactitud la fecha que se representó en el mural estudiando la posición de las estrellas), las "estrellas humeantes" con que se representaba a los cometas y lo que al parecer fue lo más importante para la mayoría de las culturas del mundo: el sol. Se nos mostraron diferentes representaciones del astro rey en las culturas mesoamericanas, desde el dios bizco Kin de los mayas hasta el dios Tonatiuh de los mexicas, pasando por el mero disco solar de algunos códices y representaciones más sutiles, como los rayos solares representados en el penacho de un personaje maya o los glifos de nahui ollin en infinidad de objetos rituales y de uso común.
En otra parte de la conferencia se nos explicó la forma de contar el tiempo entre los mexicas, con los ciclos de 52 años, años de 360 días más 5 de ajuste y meses de 20 días. Al final el doctor dio sus impresiones sobre el supuesto observatorio de Cuautla, que conoció la misma mañana del sábado, diciendo que para poder afirmar que ese realmente era un observatorio se necesitan varios años de trabajo de arqueología para determinar la actividad humana en el sitio aunque, dijo, sin tener todos los elementos necesarios para decir que realmente hubo ahí un observatorio astronómico, le pareció un sitio bastante interesante para estudiar.
Vale el peje escribio el principio de tu reseÑa o que pex... como que arte prehipanico pueh... jojojo...
ResponderEliminarnomas criticando... ahorita comento con seriedad ja ja.
Ahora si... primero, me da gusto saber que fueron mas de tres personas a una conferencia... me da gusto tambien ver a Tata Chuy en las fotos hehehe...
ResponderEliminarDefinitivamente para que tanta iluminacion si la mejor esta mas arribita pero en fin, ya te la sabes, el progreso de un pueblo se mide dependiendo de cuantas lamparas pongan en las calles hehe, con eso de que para los gobernantes dejar "obra" es su pasatiempo favorito...(nostalgico mutis)espero que siga funcionando casa universitaria... Saludos
Estimsdo Guillermo, me parece fantástico que se le de importancia a la cultura prehispánica en todo nuestra República pero en especial en la zona de Autlán por el hecho de que nacimos ahí aunque la vida nos llevo a vivir en otros rumbos sin embargo me siento Autlense a mas no poder. Nunca había leído acerca de la posibilidad de que existió un observatorio en Cuautla, Jal. ¿Podrías por favor decirme si existe alguna bibliografía que consultar al respecto?
ResponderEliminarGracias y en lo personal aprecio los artículos que publican en este medio ya que a tanta distancia es una buena manera de mantener el contacto con el terruño.
Muchas gracias por su comentario. Sobre el supuesto observatorio de Cuautla no hay bibliografía "científica", apenas algunas leyendas acerca de esa zona. Se trata de un cerro llamado Las Águilas donde existe una buena cantidad de piedras grandes y de formas extrañas y que tiene la particularidad de que al amanecer de cada 21 de marzo el sol pasa justo entre dos de ellas, que tienen forma cilíndrica y una altura de unos tres metros, y pega directo sobre una tercera piedra que está un poco atrás de ellas. Sin embargo, no se ha hecho ninguna investigación seria para determinar si en realidad las piedras fueron colocadas ahí por el hombre o se trata de una formación natural.
ResponderEliminarSobre las culturas prehispánicas de la región, hay varios sitios registrados ante el INAH que tienen petroglifos u otros indicios de asentamientos humanos, aunque aún (que yo sepa) no se ha publicado nada sobre ellos. El único trabajo que conozco es de la arqueóloga estadounidense Isabel Kelly, que hizo investigaciones en el valle de Autlán y las publicó en los años 50 en idioma inglés. Existe la intención de reeditar esta publicación en español por parte de la UdeG, ojalá se logre.
Saludos y gracias por leernos y dejarnos sus comentarios, es un gusto saber que alguien está del otro lado de la pantalla.