Desde los primeros días del pasado mes de mayo los autlenses, y los jaliscienses en general, nos hemos visto invadidos por grandes cantidades de propaganda de las distintas planillas que buscan alguno de los puestos de elección popular con miras a las elecciones de este 5 de julio. Los medios por los que nos llega esta propaganda son muy variados: anuncios en los periódicos, radio y TV, volantes impresos, perifoneos y hasta visitas domiciliarias de los mismos candidatos.
Sin embargo, la gran mayoría de esta propaganda carece de propuestas concretas sobre la línea de trabajo que seguiría el candidato en caso de ganar, limitándose algunos grupos a hacer las famosas campañas negativas, donde se busca desprestigiar a los contrincantes, mientras que otros acuden a frases y slogans machacones que solo persiguen la fijación en la mente de los votantes del nombre del partido o del candidato.
Ante esta perspectiva, recomiendo a los autlenses que hagan lo posible por informarse acerca de las propuestas concretas que para resolver algún problema en particular hagan los diferentes candidatos y en base a ello razonen a favor de quién emitirán su voto o, por el contrario, si preferirán anularlo.
Con respecto a la anulación del voto, en los últimos días hemos escuchado opiniones de políticos de tiempo completo como Santiago Creel o Carlos Orozco Santillán en el sentido de que es un acto anticívico o un lamentable retroceso en el proceso democrático del país. Y así los demás políticos: no hay uno solo que no condene la idea de la anulación del voto, yendo sus opiniones desde que se trata de un “compló” de las grandes televisoras hacia el IFE con el fin de castigarlo por la limitación de la propaganda de los partidos por TV hasta el chantaje emocional, diciendo que sería desperdiciar un derecho que costó mucha sangre y sufrimiento de generaciones anteriores de mexicanos.
Para mí, la anulación del voto tiene el mismo valor que la emisión del voto a favor de algún candidato: es la manifestación legítima de la opinión del pueblo (la esencia de la democracia), solo que en el sentido de que absolutamente ninguna de las propuestas nos convence y no queremos cometer la irresponsabilidad de dar nuestro voto a una propuesta que no nos parece completamente viable o a un político chapulinero que solo busca asegurar un ingreso por los próximos tres años. ¿O qué cree usted que haría sufrir más a Madero: anular el voto o mandar al Congreso a alguien de dudosa capacidad o que sólo trabajará por los intereses de su partido? ¿Cuál sufragio es más efectivo: el que manifiesta plenamente mi opinión o el que se emite por el menos malo de los candidatos?
En resumen, autlenses, hagan un estudio crítico de las propuestas que les presenten los candidatos y denle su voto a la que mejor les parezca, aunque sin perder de vista la posibilidad de anular su voto. Un porcentaje alto de anulación de votos, aunque no tenga consecuencias jurídicas, sería un fuerte llamado de atención de la ciudadanía hacia la clase política, que actualmente se nota muy alejada de la realidad que vive el pueblo de México.
Sin embargo, la gran mayoría de esta propaganda carece de propuestas concretas sobre la línea de trabajo que seguiría el candidato en caso de ganar, limitándose algunos grupos a hacer las famosas campañas negativas, donde se busca desprestigiar a los contrincantes, mientras que otros acuden a frases y slogans machacones que solo persiguen la fijación en la mente de los votantes del nombre del partido o del candidato.
Ante esta perspectiva, recomiendo a los autlenses que hagan lo posible por informarse acerca de las propuestas concretas que para resolver algún problema en particular hagan los diferentes candidatos y en base a ello razonen a favor de quién emitirán su voto o, por el contrario, si preferirán anularlo.
Con respecto a la anulación del voto, en los últimos días hemos escuchado opiniones de políticos de tiempo completo como Santiago Creel o Carlos Orozco Santillán en el sentido de que es un acto anticívico o un lamentable retroceso en el proceso democrático del país. Y así los demás políticos: no hay uno solo que no condene la idea de la anulación del voto, yendo sus opiniones desde que se trata de un “compló” de las grandes televisoras hacia el IFE con el fin de castigarlo por la limitación de la propaganda de los partidos por TV hasta el chantaje emocional, diciendo que sería desperdiciar un derecho que costó mucha sangre y sufrimiento de generaciones anteriores de mexicanos.
Para mí, la anulación del voto tiene el mismo valor que la emisión del voto a favor de algún candidato: es la manifestación legítima de la opinión del pueblo (la esencia de la democracia), solo que en el sentido de que absolutamente ninguna de las propuestas nos convence y no queremos cometer la irresponsabilidad de dar nuestro voto a una propuesta que no nos parece completamente viable o a un político chapulinero que solo busca asegurar un ingreso por los próximos tres años. ¿O qué cree usted que haría sufrir más a Madero: anular el voto o mandar al Congreso a alguien de dudosa capacidad o que sólo trabajará por los intereses de su partido? ¿Cuál sufragio es más efectivo: el que manifiesta plenamente mi opinión o el que se emite por el menos malo de los candidatos?
En resumen, autlenses, hagan un estudio crítico de las propuestas que les presenten los candidatos y denle su voto a la que mejor les parezca, aunque sin perder de vista la posibilidad de anular su voto. Un porcentaje alto de anulación de votos, aunque no tenga consecuencias jurídicas, sería un fuerte llamado de atención de la ciudadanía hacia la clase política, que actualmente se nota muy alejada de la realidad que vive el pueblo de México.
¿Votar por el menos malo? ¿Votar por votar? No tiene sentido.
Es de lucimiento ético el promover la anulación del voto, pero resulta irresponsable ya que no se propone una alternativa a tal acción.
ResponderEliminarCreo firmemente en que los partidos políticos son un reflejo fiel de la sociedad que todos componemos (civil e insituciones) y por consiguiente los candidatazos propuestos son extraidos de la misma sociedad (¿o acaso vienen de marte?), ellos son nuestros hermanos, compadres, maestros, patrones,socios...étc.
Yo creo que se debe de votar y ya estando ahí el tipejo correspondiente, hacerlo cumplir sus promesas de campaña y su correcto ejercicio como funcionario en base a diferentes manifestaciones creativas en un ejercicio de denuncia y resistencia civil pacifica.
saludos
"...hacerlo cumplir sus promesas de campaña y su correcto ejercicio..."
ResponderEliminarY nos harán caso?? siempre es lo mismo de todas maneras.... los apoyas, votas.... y al llegar al poder, todo sigue igual.... o peor!!!
CUAL ES LA MEJOR MANERA DE HACERLOS CUMPLIR SUS PROMESAS?
ResponderEliminarVOTAR POR EL TIPEJO???
SI ESO ES LO QUE NO QUEREMOS
"TIPEJOS EN EL PODER", ME PARECE IRRESPONSABLE VOTAR POR UN TIPEJO...
Y QUE SI CON MANIFESTACIONES PACIFICAS NO CUMPLE? PUES NOS AGUANTAMOS OTROS TRES AÑOS A VER SI POR ARTE DE MAGIA VIENE UNO MEJOR. POR ESO NO CAMBIAN PORQUE YA SABEN QUE DE TODOS MODOS VAN A VOTAR!!!!
Creo que corrió mucha sangre para consolidar el voto, para que en charlas de café se decida tirar el preciado concepto a la basura...
ResponderEliminarAhora bien, los "tipejos" en cuestión estan ahí porque las "mentes brillantes" o los elementos de verdadera valía han sido lo suficientemente displicentes o pasivos para no hacerlos a un lado...
Pero como esos criticados políticos poseen mejor organización, por eso imponen su supuesta estupidez ante unos bastante tibios ciudadanos ejemplares (si es que estos verdaderamente existen).
saludos
La anulación del voto no "anula" el derecho a exigir a los funcionarios que hagan bien su trabajo. Es como si ahora nada más los que votaron por Emilio le puedan reclamar todas sus emiliadas.
ResponderEliminarEl voto es la expresión de la libre opinión de un ciudadano. Si yo creo que ninguno de los candidatos a diputado sirve para ser diputado ¿por qué le voy a dar mi voto?
Los multimencionados tipejos están ahí precisamente porque los ciudadanos, ejemplares o no, siguen votando por los mismos, sin que hasta ahora hayan logrado hacerlos cumplir cabalmente con su trabajo, por más "resistencias civiles pacíficas" en que participan detrás del caudillo en turno (que también resulta ser uno de esos tipejos). Es por eso que ahora los ciudadanos no ejemplares decidimos "hacerlos a un lado".
Saludos